Científicos encontraron nuevos vestigios de las primeras señales de vida en la Tierra, ¿en qué país se dio el hallazgo?

Los estromatolitos son estructuras órgano-sedimentarias laminadas (típicamente de CaCO3) que crecen adheridas al sustrato y se elevan verticalmente, formando diversas morfologías y distribuciones biogeográficas. 

Qué son los estromatolitos

Los estromatolitos también jugaron un papel crucial en el Gran Evento de Oxigenación, que transformó la composición de nuestra atmósfera al liberar oxígeno. Este oxígeno eliminó inicialmente la competencia de los estromatolitos, permitiéndoles dominar en el ambiente Arcaico y Proterozoico temprano. Sin embargo, a medida que más formas de vida se adaptaron a la atmósfera oxigenada, los estromatolitos comenzaron a disminuir, apareciendo en el registro geológico solo después de extinciones masivas o en entornos hostiles.

En qué condiciones se encuentran los estromatolitos

“Las bacterias siempre están presentes, pero normalmente no tienen la oportunidad de formar estromatolitos”, explica Volker Vahrenkamp, autor de un nuevo estudio en Geology.

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En la actualidad, los estromatolitos se encuentran relegados a ambientes extremos, como entornos marinos hipersalinos (por ejemplo, Shark Bay en Australia) y lagos alcalinos. Hasta hace poco, el único análogo moderno conocido de los ambientes marinos abiertos y poco profundos, biológicamente diversos, donde se desarrollaron la mayoría de los estromatolitos proterozoicos, eran las islas Exuma en las Bahamas.

Dónde se descubrieron los estromatolitos

Hasta que Vahrenkamp descubrió estromatolitos vivos en la isla Sheybarah, en la plataforma nororiental del Mar Rojo en Arabia Saudita, se creía que solo existían en las Bahamas. Vahrenkamp estaba estudiando domos de corteza de sal visibles desde el espacio cuando encontró un modesto campo de estromatolitos. Afortunadamente, Vahrenkamp había visto estromatolitos antes en las Bahamas, lo que le permitió reconocerlos de inmediato.

“Cuando los pisé, supe lo que eran”, comenta Vahrenkamp. “Son 2.000 kilómetros de costa de plataforma carbonatada, lo que hace que sea una zona ideal para buscar estromatolitos… aunque es lo mismo en las Bahamas, y solo hay una pequeña área donde se pueden encontrar”, amplía.

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La isla Sheybarah presenta un entorno intermareal y submareal poco profundo, con condiciones de humedad y sequía alternadas, temperaturas extremas que oscilan entre 8 °C y más de 48 °C, y condiciones oligotróficas, muy similares a las de las Bahamas. Dado que estas condiciones ambientales se extienden por toda la plataforma de carbonato de Al Wajh, es posible que existan otros campos de estromatolitos en la zona. Vahrenkamp y su equipo han comenzado la exploración, aunque los estromatolitos son pequeños, de unos 15 cm de diámetro, y difíciles de detectar hasta estar muy cerca.

En el campo de la isla Sheybarah hay varios cientos de estromatolitos. Algunos son ejemplos perfectos de libro de texto, bien desarrollados, mientras que otros son más laminares y de bajo relieve. “Quizás sean juveniles”, sugiere Vahrenkamp, “pero no sabemos cómo es un estromatolito bebé. Deben empezar siendo pequeños, pero no lo sabemos con certeza”.

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Hasta donde sabemos, el descubrimiento de los estromatolitos en Sheybarah es el primero de su tipo en el Medio Oriente, lo que brinda una oportunidad única para estudiar su geobiología en esta región. Los estromatolitos marinos poco profundos modernos son raros en el planeta, lo que dificulta encontrar análogos adecuados para sus antiguos homólogos.

Cuál es la edad de la Tierra

La edad de la Tierra como planeta acrecionado se calcula en 4500 millones de años. Las rocas ígneas más antiguas de la Tierra están en Groenlandia y tienen 3800 millones de años.

Los estromatolitos más antiguos son de Warrawoona, Australia y tienen unos 3500 millones de años (Precámbricos – Arqueanos). La teoría dice que, dadas las condiciones en esa época, los primeros habitantes de la Tierra debieron ser organismos unicelulares, procariontes, y anaerobios. Por tanto, los estromatolitos forman parte del registro fósil más importante de la vida microbiológica temprana. El estudio reciente puede poner la aparición de la vida en la Tierra más allá de los 3.500 millones de años.