Botellas de amor y ecoladrillos, ¿cómo funcionan y por qué no son iguales?
Si bien parecen lo mismo, la clave está en los materiales que se colocan adentro de las botellas. ¡A tomar nota!
Aunque ambas son estrategias pensadas para ayudar a reducir la cantidad de basura en vertederos, bosques y fuentes de agua, los ecoladrillos y las botellas de amor no son lo mismo. Entender su diferencia es clave para darle el destino final correcto a esos plásticos que por cuestiones técnicas o económicas no se reciclan.
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La forma de preparar una botella de amor o un ecoladrillo es la misma: hay que rellenarlas e ir comprimiendo el material con un palo. La diferencia entre una botella de amor y un ecoladrillo radica en su relleno y el ciclo de vida final que se le da.
Qué son las botellas de amor
Las botellas de amor es una iniciativa que surgió en la Ciudad de Medellín (Colombia) y que rápidamente se propagó en la región. La idea es que cada familia incorpore hábitos de vida sustentables y colabore con la reducción de desechos haciendo botellas de amor para producir materia prima para la industria de la madera plástica.
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La particularidad de esta madera sustentable es que son muy duraderas, resiste la corrosión y, a diferencia de la madera tradicional, no requiere tanto mantenimiento y no se astilla. Por lo tanto, es común encontrarla en mobiliario urbano, juegos de plaza, pisos y hasta viviendas.
Qué residuos se colocan en las botellas de amor
A diferencia de los ecoladrillos, las botellas de amor, que pueden ser de cualquier forma tamaño o color, se rellenan de plásticos flexibles (fundamentalmente los identificados con los sellos 5 y 7) como los envoltorios de alimentos, papel film, bolsas de supermercado, vajilla descartable, sachets, envoltorios de snacks, arroz, polenta o fideos; pero también pueden incluir cepillos de dientes, hisopos (sin el algodón) y lapiceras (sin sus partes metálicas); todo lo que no sea de plástico no debe incorporarse. Es importante que cada plástico comprimido en la botella esté bien limpio y seco.
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Según el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbano, solo en la Ciudad se llegan a reciclar más de 4.000 toneladas de residuos por día. Teniendo en cuenta que se calcula que una botella de 1.5 litros pesa alrededor de 500 gramos, este sistema funciona como un gran aliado a la hora de reciclar los residuos plásticos pequeños.
Para la renovación de los pisos del Puente de la Mujer en la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, se utilizaron cinco toneladas de madera sustentable que se fabricó a partir de unas 100.000 botellas de amor que los ciudadanos fueron llenado y llevando a los Puntos Verdes de la ciudad.
Qué son los ecoladrillos
Los ecoladrillos se pueden rellenar con plásticos flexibles, pero también con cartones, cajas, papeles, envases de aluminio, telgopor, látex, telas y toda la basura doméstica no orgánica que se genere; aunque hay que tener en cuenta que el papel y el cartón puede ser reciclados; la clave es poder reducir los desechos que no pueden reciclarse.
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Para que un ecoladrillo funcione el relleno de estar bien compactado, si es necesario se recomienda cortarlos para que todos los espacios de la botella queden rellenos.
Los ecoladrillos se utilizan como bloques de construcción de estructuras y muros. Para ello, se apilan y se van uniendo con silicona, cemento o se van atando unos a otros hasta ir formando la estructura buscada.
