La búsqueda de una energía definitiva e inagotable llegó a su fin. A una distancia de 50 millones de kilómetros, se descubrió y se está preparando para su extracción. La energía es vital para las actividades diarias, y ante la urgente necesidad de encontrar nuevas fuentes energéticas, la humanidad se embarcó en una búsqueda incansable. En medio de este período de transición energética, la humanidad fue testigo de proyectos ambiciosos como, por ejemplo, la formación de la alianza más grande en la historia de Europa para la producción de energía renovable. Durante mucho tiempo, hemos dependido de combustibles fósiles para alimentar nuestros automóviles y diversas máquinas que facilitan nuestras vidas. Sin embargo, estas fuentes son finitas, y los científicos están explorando alternativas como la energía solar, que aprovecha la luz del sol para generar electricidad. Ante la creciente demanda, la búsqueda de nuevas alternativas energéticas ya no es un simple deseo, sino una imperiosa necesidad. Aunque enfrentamos desafíos significativos en este proceso, un grupo de visionarios ha presentado un proyecto que desafía convenciones y promete ser una solución viable. La llegada de la energía infinita: un descubrimiento inesperado Exempleados de Blue Origin proponen la extracción de helio-3 de la Luna. Durante millones de años, la superficie lunar ha sido bombardeada por el viento solar, transportando partículas cargadas de helio-3, un elemento escaso en la Tierra pero cada vez más demandado por industrias como la computación cuántica y la energía nuclear de fusión. El helio-3 se ha vuelto tan valioso que una empresa ha expresado su interés en realizar expediciones a la Luna para obtenerlo. La startup Interlune recientemente anunció haber recaudado 15 millones de dólares como parte de su proyecto para cosechar y comercializar recursos naturales lunares. Helio-3: la energía ilimitada que hemos estado esperando La corporación tiene su mirada puesta en la extracción de helio-3, un recurso que puede ser vendido tanto al gobierno como a clientes comerciales en sectores clave como la seguridad nacional, la computación cuántica, la tecnología de imágenes médicas y la energía de fusión. Interlune ha compartido esta visión. «Existe una creciente demanda de helio-3 en industrias en auge y potencialmente enormes», afirma Alexis Ohanian, uno de los principales inversores en la última iniciativa de la compañía. Y añade: «Hemos invertido en Interlune porque el acceso al abundante suministro de helio-3 y otros valiosos materiales naturales en la Luna y más allá abrirá o acelerará avances tecnológicos actualmente limitados por la escasez de suministro». Interlune ve en la Luna el lugar ideal para la obtención de esta energía ilimitada. La empresa Interlune fue fundada en 2020 por el ex presidente de Blue Origin, Rob Meyerson, y el ex arquitecto jefe Gary Lai, junto con Harrison Schmitt, el único miembro superviviente del Apolo 17, la última misión tripulada de la NASA a la Luna. «Por primera vez en la historia, la extracción de recursos naturales de la Luna se ha vuelto tecnológica y económicamente viable», declara Meyerson en un comunicado. Aunque factible, la empresa aún enfrenta el desafío de cómo llevarlo a cabo. La reciente ronda de financiamiento representa un gran avance, pero todavía hay un largo camino por recorrer. Interlune está actualmente concentrada en el diseño de su primera misión de aterrizaje robótico, la cual realizará análisis de los niveles de helio-3 en el área lunar seleccionada para su primera operación. Aunque sus aspiraciones están en una etapa inicial, Interlune tiene como objetivo inaugurar una nueva era para la economía lunar, posicionándose como la primera empresa en cosechar y comercializar recursos naturales extraídos de la Luna. Es un modelo de negocio futurista, pero tangible. En última instancia, Interlune sostiene haber descubierto la energía definitiva e infinita en la Luna. Solo el tiempo determinará si logran cumplir su objetivo y dejar una marca en la historia. Mientras tanto, existen otros proyectos fascinantes en curso que buscan desarrollar nuevas fuentes de energía, como el estudio de combustibles alternativos.
