La transformación de Mondelez: de las Oreo con grasas trans al snack sustentable
La dueña del mayor portfolio de marcas famosas a nivel mundial busca profundizar sus procesos de producción en base a cacao sustentable y abordar temas sensibles como la deforestación, el cambio climático y la contaminación.
A nivel global, varias organizaciones ambientalistas vienen denunciando de manera sistemática a un importante grupo de multinacionales de la alimentación por entender que no cumplen con los objetivos de cuidado del medio ambiente, contribuir a la desforestación del planeta y utilizar insumos agresivos para la salud en la producción de sus marcas.
Un caso es el de Mondelez International, que viene siendo señalada por Greenpeace por utilizar procesos de producción “que atentan contra la salud de los consumidores” o por contratar proveedores que no se encuentran alineados con las políticas de sustentabilidad establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Se trata de una multinacional con presencia en la Argentina y otros 150 países, que emplea a unas 100.000 personas en todo el mundo y que está integrada por las marcas globales de alimentos de la antigua Kraft Foods, a la que sucedió en 2012.
Localmente posee tres plantas industriales en las localidades bonaerenses de Pacheco (produce galletas y bañados), y Victoria (elabora caramelos, chicles y chocolates); y en Villa Mercedes, San Luis, donde elabora bebidas en polvo y postres para preparar.
Tiene sus oficinas en el partido de San isidro, desde donde se da soporte al mercado de Cono Sur, integrado por Argentina, Uruguay y Paraguay que, junto con el resto de los mercados de América latina concentran el 9% de sus negocios, con un volumen de ventas anuales de u$s2.500 millones.
Entre sus principales marcas se encuentran los chocolates Toblerone; Cadbury; Milka; Rhodesia; los jugos en polvo Tang y Clight; los alfajores Terrabusi; Milka; Pepitos y el Mantecol.
También elabora galletas dulces y saladas como las Oreo; Melba; Duquesa; Terrabusi; Variedad; Lincoln y Manón; las Express; Club Social y Cerealitas, además de premezclas para flanes; gelatinas; postres Royal y los chicles Beldent, Bubbaloo y Bazooka, entre otras marcas.
Para contrarrestar las constantes denuncias tanto a nivel global como en la Argentina, la compañía acaba de publicar una especie de “Libro Blanco” sobre sus compromisos con el medio ambiente; la salud y bienestar de los consumidores y sobre los procesos de producción a base de cacao sustentable y otros temas fundamentales como la deforestación; la diversidad; la equidad y la inclusión, además de la importancia de trabajar en ayudar a abordar el problema del cambio climático y la contaminación.
El reporte describe el compromiso para generar un cambio positivo y significativo en el planeta y la sociedad e incluye la evolución de los programas globales creados por Mondelez International, “con el propósito de construir una compañía de snacks sostenible, minimizando el impacto en el medio ambiente y convirtiéndose en una organización más diversa, equitativa, inclusiva y transparente”.
En el documento, el holding recuerda que viene trabajando desde el 2012 con expertos en todos los países para revisar el impacto de los principales impactos ambientales en su negocio para dar forma a una nueva estrategia y planes de acción y respuesta a las necesidades medioambientales.
En este sentido, detalla una serie de programas de abastecimiento en materias primas clave incluyendo los denominados Cacao Life; Harmony Trigo y el pensado para el aceite de palma “todos con un enfoque en enfoques holísticos para construir resiliencia en estas cadenas de suministro e implementar e innovar enfoques para crecer de manera más eficiente”.
Adicionalmente, destaca las acciones implementadas para ayudar a combatir el cambio climático tratando de reducir las emisiones de carbono en sus operaciones y abastecimiento de materias primas clave.
Las tareas apuntan a lograr en el 2025 objetivos comerciales sostenibles a largo plazo, significativos y claramente definidos en materia ambiental, utilizando cada vez más materias primas sustentables, en especial en cacao y trigo, además del plan de acción para el aceite de palma; una reducción del 10% en el uso de agua y de 15% en desperdicios de alimentos en la fabricación. A esto le suma la necesidad de contar con embalajes 100% diseñados para ser reciclables; una baja del 5% en el plástico virgen total y del 25% en plástico rígido virgen.
Cacao “amigable”
Otro de los pilares de la política ambiental de Mondelez se basa en Snack Futures, un hub dedicado a crear una cartera de snacks amigables con el planeta y centrados en el consumidor a partir de crear nuevas marcas y negocio e invertir en emprendedores.
“Como uno de los productores de chocolate más grande del mundo, apuntamos siempre a lograr un suministro sostenible de ingredientes claves con iniciativas como nuestro Programa Cocoa a partir del cual descubrimos que después de que se extraen los granos de cacao para hacer chocolate, se desperdicia el resto”, advierte el trabajo.
A partir de ese descubrimiento, la multinacional incubó una nueva marca construida sobre la promesa de rescatar y reinventar ese desperdicio y cuyo resultado fue CaPao, un producto en base al cacao reciclado combinado con otros ingredientes a base de plantas.
El proceso se basa en el plan Cocoa Life desde el cual Mondelez aborda los complejos desafíos que enfrentan los productores de cacao y sus comunidades; centra los esfuerzos en soluciones para abordar las causas fundamentales de esos desafíos que amenazan un suministro sostenible.
“Habilitamos y empoderar a los agricultores y las comunidades para impulsar su propio desarrollo y trabajamos con el sector público para innovar e invertir en soluciones que mejoran la economía del cacao en países productores como Ghana, Côte d’Ivoire, Indonesia, República Dominicana, India y Brasil”, detalla el paper.
A través de este programa, la multinacional planea invertir u$s400 millones en 10 años para empoderar a 200.000 productores de cacao y mejorar la vida de más de un millón de personas.
Desde el trabajo, los ejecutivos de Mondelez aseguran ser conscientes de que la sostenibilidad a largo plazo del cacao depende de que los agricultores obtengan ingresos suficientes para construir medios de vida; de empoderar a las comunidades para que lideren su propio desarrollo; hacer frente al cambio climático protegiendo y restaurando los bosques.
Otro proceso que el holding destaca como parte de su política medioambiental es la creación de Sustainable Futures, una plataforma de inversión diseñada para abordar desafíos como el cambio climático, embalaje, residuos y reciclaje, y construcción comunidades resilientes.
La estrategia de inversión de esta subsidiaria consta de dos pilares como son contribuir a fondos enfocados en iniciativas de sostenibilidad y trabajar para financiar y empresas que han creado soluciones únicas a los desafíos globales
En el caso del clima, desde Mondelez dicen haber adoptado un enfoque integral para reducir la huella de carbono, admitiendo que el cambio climático es un riesgo real “para nuestros consumidores, nuestros negocios, nuestra economía y el planeta en general, por lo cual lo correcto es ayudar a abordar este desafío global”.
La promesa de la multinacional es reducir las emisiones de CO₂ como un enfoque concreto para mitigar los riesgos del cambio climático, con una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de un 10% para el 2025.
Del mismo modo, el holding se compromete a abordar los problemas de deforestación en cacao, lácteos, trigo y aceite de palma “donde nuestra compra directa tiene el mayor riesgo, para que podamos lograr el mayor impacto para reducir nuestra huella de carbono global”.
Estos compromisos incluyen además mejorar la gestión de la energía en sus fábricas, utilizando fuentes renovables, bajas en carbono, a partir de las cuales logró el año pasado una mejora del 9%, o un total de 117.000 toneladas de emisiones de CO₂.
En el caso de las tres fábricas que posee en la Argentina, el documento de Mondelez asegura haber logrado una reducción del 28% en las emisiones de CO2, excediendo el objetivo del 6% inicial; y del 40% en los desechos, superando también el 29%, que era la meta inicial.
De manera paralela, el grupo implementa estrategias para eliminar los residuos que dañan el medio ambiente y a la vez incrementan los costos comerciales. “Queremos hacer todo lo posible para eliminar los residuos para contribuir a un mundo mejor, aplicando diferentes tecnologías y enfoques para reducir el desperdicio, por ejemplo, utilizando radares de velocidad para analizar procesos, mejorando las inspecciones y el mantenimiento para reducir las paradas de línea y el desarrollo procesos de cambio más eficientes”, detalla el documento.
En este marco, el holding informa haber alcanzado “resultados muy sólidos” en sus plantas ya que entre el 2013 y el 2020 pudo reducir un 31% los residuos.
En el caso de los ingredientes sustentables, asegura utilizar el 100% del aceite de palma de proveedores alineados con su plan de acción. También destaca que el 68% del volumen de cacao a nivel global es obtenido a través del programa Cocoa Life.
“Mondelēz International también avanzó en sus iniciativas de bienestar, tanto para alinear el portafolio de productos de la compañía con las necesidades actuales, como para promover hábitos de snackeo consciente”, detalla el trabajo.
En este sentido, detalla el lanzamiento de productos de porción controlada, como el Bombón Milka Oreo; la ampliación de la oferta de marcas sin TACC, con la incorporación de todas las variedades de chicles Beldent y de los caramelos Lenguetazo y Palitos de la Selva; la mejora de las fórmulas de productos, con la inclusión de vitamina C y D en los jugos en polvo de Tang y Clight.