PUBLICIDAD
En el Ingenio Ledesma

La familia Blaquier producirá envases biodegradables a partir de la caña de azúcar

Se trata de una de las estrategias de los dueños de uno de los mayores ingenios de la Argentina para colaborar con el cuidado del medioambiente.

La compañía jujeña de la familia Blaquier alcanzó una producción de 301.000 toneladas de azúcar física durante este año. Se trata de Ledesma que, a pesar de que hubo menos lluvias, su gestión del riego posibilitó una mejora en el rendimiento finalizando su cosecha anual de caña de azúcar, con una producción levemente superior a la del año pasado.

//Mirá también: Una startup argentina transforma los residuos y paga a sus usuarios por reciclar, ¿cómo funciona?

Por lo menos así lo informa la compañía en un documento en el cual también explica que con la caña, fabrica azúcar, papel, alcohol, bioetanol, cuadernos y repuestos y productos electrolíticos.

La familia Blaquier producirá envases biodegradables a partir de la caña de azúcar.

En este contexto, Ledesma encaró un proceso para reducir sus emisiones de carbono y cumplir con las metas sustentables con iniciativas como las de aprovechar los residuos vegetales de la cosecha de caña para generar energía renovable, que cubre más de la mitad de las necesidades de la empresa en sus procesos productivos.

Además, a través del programa Una Vuelta Más, la compañía incrementó el riego sobre los cañaverales en un 27%, con un mejor aprovechamiento del agua sumando tecnología que midió y controló los ingresos de agua en sus canales de manera de tomar mejores decisiones de riego, y capacitó a su personal a través de un acuerdo con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

En cuanto a su zafra termina con una producción de alcohol de 49 millones de litros, y está previsto que ese número ascienda a 80 millones en el total final, volumen del cual más del 90% se destinará a la producción de bioetanol para autos y el resto irá a alcohol de farmacia y licorería.

Proyectos 2024

Pero su transformación productiva hacia mejores prácticas ambientales Ledesma se basa en el uso de energía limpia para producir azúcar, alcohol, bioetanol, papel, frutas y jugos en Jujuy es renovable.

//Mirá también: Investigadores argentinos desarrollaron un método para degradar nanoplásticos en agua

Su matriz está conformada por tres fuentes como son el gas natural; centrales hidroeléctricas; biomosa a través de dos fuentes principales: malhoja y madera.
Siguiendo ese camino, el año próximo sumará varias iniciativas para el año próximo como la inauguración en su complejo agroindustrial de una planta de producción de pulpa termomoldeada, en la que obtendrá recipientes biodegradables de un solo uso, hechos a partir de la caña de azúcar para su uso en gastronomía.

Para su transformación productiva hacia mejores prácticas ambientales Ledesma se basa en el uso de energía limpia para producir azúcar, alcohol, bioetanol, papel, frutas y jugos en Jujuy es renovable.

Según explican en Ledesma, este tipo de envases representan una alternativa sostenible al plástico de un solo uso, ya que son reciclables, biodegradables y compostables.

Además, se trata de una técnica que contribuirá a la reducción de la huella de carbono, con la participación de los consumidores, que con su decisión de compra serán partícipes de una acción en favor del medio ambiente.

En la actualidad, la planta se está construyendo y comenzará a funcionar durante el año próximo en su Parque Industrial. Se trata de la producción de vajilla descartables a partir de la caña de azúcar para reemplazar a los envases plásticos de un solo uso. Este proceso se suma a la producción de otros envases biodegradables mediante un acuerdo con la empresa Plastimi, una PyME familiar de Misiones, con la cual desarrollan diferentes proyectos de envases sobre la base de papel Ledesma NAT y laminado de bioplástico compostable.

Como resultado de ese trabajo, ya se están fabricando sobres de seguridad para documentación de bancos, bolsas en las que YPF entrega a sus clientes la borra de café que se genera en las estaciones de servicio para volcar en composteras y paquetes de yerba “Mate Rojo” de la empresa Molinos La Misión S.A.

Están apostando por la producción de vajilla descartables a partir de la caña de azúcar para reemplazar a los envases plásticos de un solo uso.

El desarrollo de estos envases biodegradable fue posible gracias a las características de Ledesma NAT, un papel elaborado con 100% fibra de caña de azúcar, 0% fibra de árbol y 0% blanqueadores químicos.

Del mismo modo, durante la zafra que terminó, Ledesma también llevó adelante el proyecto para envasar sobres de sucralosa y stevia en Jujuy con el objetivo de aprovechar al máximo la estructura existente en la fábrica, lo que ayuda a optimizar los costos de producción y con una capacidad de producción de 1.000 sobres por minuto.

Otra inversión fue la renovación del sistema ferroviario interno para la carga de productos, que tiene una extensión de 2 km dentro del complejo agroindustrial.
En este proyecto, le permitirá avanzar en su propósito de incrementar año a año el transporte de productos a través del ferrocarril.

Reducción del impacto ambiental

Otro de los planes fue la culminación de la construcción de un nuevo tanque para almacenar alcohol hidratado, con una inversión de US$ 1.440.000 que tiene una capacidad total de 5.255.000 litros, lo que representa un incremento significativo en la capacidad de acopio.

//Mirá también: Esta empresa invierte u$s 5 millones para crear vajilla descartable a base de caña de azúcar

Además, desde el 2007 Ledesma realiza un inventario de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en su complejo agroindustrial de Jujuy que le permite evaluar riesgos y oportunidades en relación con el cambio climático, así como encarar programas de reducción de emisiones en cada fase del proceso de producción. El estándar utilizado para esas mediciones es el GHG Protocol, del World Business Council for Sustainable Development y el World Resources Institute.

Desde el 2007 Ledesma realiza un inventario de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en su complejo agroindustrial de Jujuy.

Y como parte de su Plan de Ordenamiento Territorial, mantiene en conservación 100.000 hectáreas silvestres en Jujuy que funcionan como “depósitos de carbono”, en tanto el carbono atmosférico absorbido por fotosíntesis puede permanecer allí por períodos muy largos.

Un factor que la empresa complementa con los bioplásticos biodegradables, una de las soluciones a los problemas de contaminación ambiental que cumplen con el objetivo de crear una bioeconomía sostenible y circular. Este año instaló en Ledesma un laboratorio de biotecnología, donde trabaja en varios proyectos, entre ellos, en el desarrollo de bioplástico de base biológica producido a través de un proceso de fermentación bacteriana que utiliza derivados de caña de azúcar como materia prima.

Para el desarrollo de este proyecto, se asoció a Inmet (Bioceres), líder en biotecnología en la Argentina, y hasta ahora ha llevado adelante diferentes ensayos en los que escala el proceso a un biorreactor de 150 litros, y logramos resultados de producción y calidad de producto similar a los obtenidos a escala laboratorio.
Actualmente, continúa investigando para optimizar el proceso, con un análisis profundo de costos y el propósito de avanzar a la etapa de aumentar la producción de bioplástico por escalado.

Qué son los Biosurfactantes

Otro proyecto en el que Ledesma investiga es la producción de surfactantes biológicos a partir de derivados del Ingenio, en colaboración con un instituto de la Universidad Nacional de Salta.

//Mirá también: #GranDía: McDonald’s te invita a participar de la preventa y ayudar a Fundación Sí y Casa Ronald

Otro proyecto en el que Ledesma investiga es la producción de surfactantes biológicos a partir de derivados del Ingenio.

Además, está en constante comunicación y búsqueda de nuevos desafíos para incorporar a la cartera de proyectos, mediante la asociación con startups biotecnológicas.

Así, por ejemplo, colabora con Nat4Bio para pruebas de aplicación de un producto biológico en la superficie de la fruta, que permite el retraso de la maduración y la protege contra el ataque microbiano, lo que permite el reemplazo de productos químicos y ceras en la fruta post cosecha.

El plan lo complementa con el uso de la malhoja, las hojas y restos de la caña que quedan esparcidos en los campos tras la cosecha. Con el objeto de mantener cobertura orgánica y restituir los nutrientes extraídos, se retira solamente el 50% de residuos post cosecha: un total de 7 toneladas por hectárea cada año, que son trituradas y enviadas a las calderas de biomasa.

Fecha de publicación: 02/11, 3:10 pm