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Cómo las startups Foodtech buscan terminar con el hambre y el desperdicio de comida en Latinoamérica

Si bien muchas granjas y campos están destinados a la generación de comida, la realidad es que 47 millones de personas sufren de hambre. Cuál es la solución.

Los campos y las granjas de Latinoamérica producen una gran cantidad de comida, sin embargo, 47 millones de personas sufren de hambre. Por este motivo, las startups Foodtech analizan cómo terminar con el hambre y el desperdicio de comida en la región.

América latina representa casi un cuarto de las exportaciones de productos agrícolas y pesqueros mundiales, incluyendo frutas y verduras, salmón, maíz, azúcar y café. El sector agricultor es crucial para la vida de los latinoamericanos, ya que, en promedio, contribuye en un 4.7% del PIB y emplea a un 14% de la población. 

Pero, “paradójicamente, el número de personas desnutridas en la región crece anualmente”, expresa Daniel Cossío, Director Regional en Latinoamérica de Village Capital, la organización más grande del mundo que apoya a las startups en etapa temprana. 

De hecho, en los últimos 5 años, esta cifra incrementó alrededor de 13 millones de personas y la Organización Panamericana de la Salud estima que para el año 2030, “el hambre afectará a 67 millones de personas en la región, una figura que no toma en cuenta las repercusiones de la pandemia de COVID-19”.

En la opinión de Cossío, uno de los factores que más contribuyen a este problema es el desperdicio de comida: más de un tercio de la comida que se produce anualmente en todo el mundo se pierde o es desperdiciada, y Latinoamérica y el Caribe no son la excepción. Si la cadena de distribución mejorase, esta cantidad de comida podría alimentar hasta 2,000 millones de personas en el mundo. 

“En ese sentido, si se quiere abordar asertivamente la desnutrición en Latinoamérica, las soluciones de agritech y foodtech deben de ser creadas dentro de la región. No solamente porque Latinoamérica tiene una enorme riqueza natural, sino porque la mayoría de los latinoamericanos han experimentado la inseguridad alimentaria de una manera u otra, y alguien que entiende el problema es propenso a idear una respuesta adecuada”, explica. 

Ady Beitler, CEO de Nilus, lo dice bien: “Hay más comida allá afuera de lo que se necesita para erradicar el hambre. Eso es seguro. Lo que no existe, es un sistema de distribución que lleve esa comida a quienes más lo necesitan”.

Afortunadamente, Latinoamérica es también una cuna de mentes creativas que están diseñando soluciones de agritech y foodtech para mejorar la distribución de comida, incrementar la eficiencia de la agricultura y prevenir el hambre. Los emprendedores están ayudando a que los agricultores puedan acceder a herramientas de apoyo eficiente, reduciendo el desperdicio de alimentos y desarrollando productos a base de plantas. Estas soluciones están abordando las diferentes partes del sistema de producción, desde los campos hasta los platos de las personas.

Una de las categorías de innovación que reduce el desperdicio de comida son las herramientas que mejoran la productividad del campo. Por ejemplo,  Sensix de Minas Gerais, Brasil, usa drones y aprendizaje automático para mapear la fertilidad de la tierra. Ciencia Pura, una startup chilena, implementa un software para iluminar a las plantas durante las diferentes etapas de crecimiento cuando la luz natural es insuficiente. 

Una categoría relacionada es la innovación que ayuda a disminuir la pérdida de alimentos mediante el control de plagas. Normalmente, los agricultores controlan las plagas con fungicidas riesgosos para la salud tanto de los consumidores como de los agricultores, y suelen detectarlas demasiado tarde. La startup de Costa Rica ClearLeaf, crea un fungicida natural libre de tóxicos que ayuda al crecimiento de las plantas. Y la startup brasileña SensalOTech, opera una plataforma que monitorea el crecimiento de los cultivos y recopila información para detectar plagas a tiempo. 

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La cadena de suministro representa otra ventana crucial para prevenir el desperdicio de comida y por consiguiente, reducir la emisión de gases invernadero. La comida que un barrio desecha por ser “imperfecta” sigue siendo saludable y consumible para otro que la necesita. Es por eso que las startups de Argentina están revolucionando la logística: Nilus recupera comida que sería tirada a la basura y la lleva a vecindarios de bajos ingresos a precios descontados; y Savetic, desarrolla un software que rastrea productos, analiza datos y predice las tendencias para reducir el desperdicio de comida en los supermercados. 

Otra categoría que reduce el desperdicio de alimentos es la reutilización de residuos agrícolas. La startup chilena Fotortec transforma residuos agrícolas en hongos que pueden ser usados como saborizantes y potenciadores de proteínas; y la startup peruana Bio Natural Solutions, reutiliza residuos de frutas tropicales para desarrollar una protección de frutas y vegetales que duplica su vida en el anaquel y es 100% natural y libre de tóxicos. 

Finalmente, los emprendedores están encontrando soluciones a base de plantas que proveen proteínas y nutrientes de una manera más amigable para el medio ambiente. Plant Sauad de la Ciudad de México, desarrolla productos nutritivos de proteína alternativa realizados a base de plantas que son conscientes con el medio ambiente y Faba de São Leopoldo, Brasil, extrae proteínas de los garbanzos de manera sustentable. 

Desde la perspectiva del Director Regional de Village Capital, el sistema alimenticio en Latinoamérica es grande y complejo y no cambiará en un solo día. Pero estas startups (y muchas otras) están liderando el camino y creando una respuesta colectiva. Además, están fomentando conciencia alrededor del apoyo financiero que necesitan para poder seguir avanzando. 

Los sectores de agritech y foodtech están ganando interés de inversionistas internacionales y regionales, así como de otros jugadores claves del ecosistema. Actualmente, estos sectores reciben alrededor del 12% de la inversión total regional, pero si estos emprendedores tuvieran más apoyo, la exorbitante cantidad de comida desperdiciada podría reducirse y los emprendedores podrían construir un sistema alimenticio más justo y sustentable para los latinoamericanos.

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Fecha de publicación: 25/11, 4:23 pm