Cómo las constructoras usan modelos climáticos para planificar sus proyectos
El sector comenzó a utilizar esta herramienta para mitigar riesgos. Las pérdidas por catástrofes ascendieron a u$s258.000 millones en América Latina hasta septiembre pasado.
Los modelos climáticos son programas informáticos que ayudan a sectores industriales a evaluar riesgos y peligros, tomar decisiones informadas, y planificar a largo plazo.
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Se basan en factores como el vapor de agua, el dióxido de carbono, el calor y la rotación del planeta en un marco donde las computadoras calculan cómo interactúan estos factores con el océano, el aire y la tierra.
Sus resultados ayudan a entender cómo las acciones de las industrias pueden afectar el clima futuro; permiten analizar distintos escenarios de aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero y ver cómo esos aumentos pueden afectar al planeta.
Pero, a medida que la tecnología ha mejorado, estos modelos se han vuelto más avanzados ya que los anteriores calculaban los procesos físicos de los componentes de la atmósfera, la tierra, el océano y el hielo marino por separado.
Ahora, combinan los componentes del océano y la atmósfera en un solo modelo, que representa con mayor precisión el clima de la Tierra y ofrecen mejoras en la capacidad de procesamiento que permitieron que se ejecutaran a resoluciones más altas.
Gestionar los riesgos del cambio climático
En el caso del sector de la construcción, sus protagonistas comenzaron a utilizar esta herramienta para mitigar riesgos ante los desastres naturales, al tener en cuenta que las pérdidas por catástrofes ascendieron a u$s258.000 millones en América latina, incluyendo a la Argentina, hasta septiembre pasado.
De hecho, entre el 2023 y lo que va de este 2024, se sucedieron eventos como terremotos, tormentas convectivas severas e inundaciones que generaron interrupciones y pérdidas financieras significativas en la industria de la construcción.
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Por este escenario, las empresas constructoras resaltan la necesidad de contar con estrategias de gestión de riesgos ante el cambio climático mediante el uso de modelos de riesgo para identificar y cuantificar amenazas, impactar decisiones de diseño y construcción, así como informar las estrategias de transferencia de riesgos.
Tanto en Argentina como en el resto de los países de la región se comparte el objetivo de adoptar prácticas sostenibles y resilientes para minimizar riesgos y contribuir significativamente a un futuro más sostenible.
Enfoque proactivo
Al respecto, el informe del tercer trimestre de 2024 Global Catastrophe Recap de AON advierte que los desastres naturales registrados desde enero hasta septiembre causaron pérdidas económicas millonarias.
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Así lo destaca Clemens Freitag, Industry Leader, Construction & Infraestructure, Latin America en AON, para quien “la gestión de riesgos complejos en proyectos de construcción es un proceso dinámico que requiere una planificación cuidadosa, colaboración interinstitucional y el uso de tecnologías avanzadas”.
El ejecutivo entiende que, al adoptar un enfoque proactivo hacia la identificación, evaluación y mitigación de riesgos, la industria puede mejorar su resiliencia ante desafíos climáticos y asegurar el éxito de sus proyectos a largo plazo.
Asegura además que la integración de modelos avanzados de catástrofes y modelos climáticos en los marcos de gestión de riesgos facilitará a las empresas de construcción la anticipación y abordaje de amenazas que plantean los desastres naturales y el cambio climático.
Cómo apoyar el crecimiento
En este sentido, el informe de AON explica que ambos esquemas apoyan específicamente a la industria de la construcción en las siguientes áreas:
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- Evaluación de riesgos y peligros del sitio: para comprender los riesgos básicos de construir en una determinada zona geográfica, identificar peligros desde las primeras fases del proyecto y evaluar su evolución durante todo el ciclo de vida de la construcción.
- Toma de decisiones informadas: proporciona datos exhaustivos que permiten identificar de resistencia y optimizar el diseño y construcción del proyecto, lo que reduce interrupciones y pérdidas financieras.
- Planificación a largo plazo y preparación para seguros: al calcular los riesgos con décadas de anticipación, prepara las estructuras para enfrentar los peligros a lo largo de su vida útil, lo que fomenta la inversión temprana en medidas de mitigación.
A nivel regional, la industria de la construcción está utilizando estos modelos climáticos avanzados para guiar decisiones y gestionar riesgos asociados al cambio climático.
Varios son los esquemas elegidos por las constructoras locales como el modelo actuarial para la transferencia de riesgos que se realiza a menudo en proyectos de construcción a través del mercado internacional de reaseguros.
Modelos regionales
Un ejemplo es el practicado en el aeropuerto y el subte de Ecuador, que utilizan seguros de tipo “Todo Riesgo en Construcción”, para mitigar los riesgos asociados con desastres naturales y otros eventos climáticos adversos.
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Además, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) diseñó un instrumento financiero para proporcionar apoyo inmediato a los países en caso de desastres naturales, lo que permite una planificación más efectiva y la transferencia de riesgos financieros hacia mecanismos más sostenibles.
Otro caso es el denominado Proyecto CEELA (Construcción Eficiente y Ecológica en América Latina), que promueve edificaciones sostenibles que consideren las condiciones climáticas locales, integrando principios de eficiencia energética y confort adaptativo.
“A través de la capacitación y el desarrollo de edificios modelo, ayuda a tomar decisiones informadas que minimicen el impacto ambiental y fortalezcan la resiliencia ante el cambio climático a largo plazo”, señala el documento de AON.
También identifica otro modelo que se utiliza bajo el nombre de “Caja de Herramientas para Resiliencia Climática” y que proporciona directrices y estrategias para integrar consideraciones climáticas en la planificación y ejecución de infraestructuras.
Se trata de una herramienta del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), considerada esencial para que las empresas constructoras evalúen los riesgos climáticos y adopten medidas proactivas en sus proyectos, asegurando así un desarrollo sostenible.
Enfoque sostenible en la construcción
En este sentido, Mario Ordaz, Cofundador de ERN, firma mexicana de modelización catastrófica comprada por AON hace dos años, sostiene que las iniciativas fueron creadas a partir de los resultados que arrojaron los modelos climáticos, pero entiende que su aplicación es muy práctica.
“El papel que desempeñan estos modelos en la industria de la construcción guía las decisiones estratégicas y facilitan la transferencia efectiva de riesgos”, aseguró el ejecutivo.
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De igual modo, agregó que “iniciativas como éstas no solo ayudan a mitigar los impactos negativos del cambio climático, sino que también promueven un enfoque más sostenible en el desarrollo infraestructural de la región”.
Ordaz también enumeró varias estrategias que considera “efectivas” de modelos climáticos que los gerentes de riesgos de la construcción pueden implementar.
Un caso es el de la asesoría experta, que se propone buscar servicios de asesoramiento experto que ofrecen técnicas innovadoras de modelado adaptadas a los desafíos específicos de la construcción.
Otra es la de adaptar soluciones de modelado a las fases del proyecto para emplear herramientas que coincidan con las soluciones de modelado con las diferentes etapas del proyecto, lo que garantiza una evaluación integral de los riesgos.
También se destaca la adopción de soluciones de modelado holísticas que se basa en seleccionar modelos integrales que proporcionen perspectivas actuales y futuras sobre las catástrofes naturales y los impactos climáticos.
En este caso, se recomienda optar por programas holísticos de riesgo climático para navegar por las incertidumbres, facilitando decisiones informadas de gestión.
Para Freitag, se hace esencial que las empresas o los gobiernos accedan a asesores de riesgos especialistas en la industria de la construcción, con los conocimientos técnicos y las herramientas necesarias para proponer vías adecuadas de mitigación de riesgos en sus proyectos de construcción desde un inicio.
“Si consideramos que desde el momento en que se coloca la primera piedra hasta que se concluye un proyecto de construcción pueden pasar meses o incluso años, y luego ese proyecto tendrá una vida útil muy larga, es vital asegurarlos contra riesgos climáticos”, destacó el ejecutivo de AON, consultora que está presente en más de 120 países.
