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Daños irreversibles

Qué es la basura espacial y cuál es su impacto en la Tierra

La basura espacial comenzó a originarse en las primeras misiones. Cuáles son los efectos que pueden causar los residuos en el espacio.

La actividad humana ha provocado múltiples efectos nocivos en el medioambiente. Desde la proliferación de desechos plásticos en ecosistemas diversos, especialmente en los océanos, a la desestabilización de los patrones climáticos causados por el calentamiento global, principalmente. 

Estas son algunas de las consecuencias que, según Organizaciones Unidas (ONU) han ocasionado la deforestación, proceso en el que se destruyen los árboles para darle un nuevo uso -económico- al suelo; la utilización de transporte que funciona a través de combustibles fósiles y la generación de residuos indiscriminada sin la separación y reutilización de los mismos. Lo más preocupante: el ser humano interviene en cada una de estas acciones. 

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De hecho, algo similar está ocurriendo desde hace años en el espacio, ya que también se enfrenta a una notable contaminación debido al incremento de la denominada chatarra o basura espacial. Pero ¿Qué es y cómo se produce? ¿Cuándo comenzó a aparecer? ¿Qué impactos puede generar la basura espacial en la Tierra? En Economía Sustentable hablamos con Marcelo Colazo, astrónomo de la Universidad Nacional de La Plata y Gerente de Vinculación Tecnológica de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), para comprender más qué está sucediendo con la chatarra espacial en este momento. 

¿Qué es la basura espacial y desde cuándo está presente en el espacio?

Esta clase de basura se originó a raíz del inicio de las misiones espaciales

Tal como ocurre con el cambio climático y el aumento de emisión de gases del efecto invernadero, la generación de chatarra en el espacio también es producto de la acción de las personas. Esta basura comenzó a habitar allí hacia inicios de la década del 60, es decir, años que coinciden con la puesta en marcha de las primeras misiones espaciales. Dichos objetos, son considerados “basura”, porque si bien fueron parte de naves, cohetes o satélites construidos por el ser humano hoy ya no son útiles. También pueden ser fragmentos de pintura, por ejemplo. Sea cual sea su composición primaria,  esos trozos o pedazos de elementos quedan flotando en el espacio alrededor del planeta Tierra. 

“Los desechos espaciales pueden ser definidos como objetos creados por el hombre que está en órbita pero no son operativos. Es decir, algo que en algún momento funcionaba y ahora no tiene función alguna. Se encuentra orbitando la Tierra, pero ya sin un control, sin tener ningún tipo de aplicación. Es un objeto que gravita alrededor de la Tierra sin vida útil. En general, esto puede pasar por la falla de algún equipo o porque el objeto ya no tiene combustible y como no se lo puede ajustar a la órbita, entonces, comienza a tener un comportamiento que es diferente”, expresa Colazo. 

Hablamos que este tipo de basura empezó a concentrarse en el espacio hace más de 60 años. Entonces, ¿qué cantidad estimada de chatarra se encuentra orbitando la Tierra actualmente? Si bien determinar este número resulta complejo, según National Geographic, la Agencia Espacial Europea (ESA) sostiene que existen más 130 millones de piezas muy pequeñas de 1 centímetro o más dispersadas por el espacio y que orbitan la Tierra. Cabe destacar que ese número ha ido aumentando año a año. Además, otro dato que lanza la agencia es que actualmente hay más 2 mil satélites sin operación alguna y esos también son considerados chatarra. 

Según ESA hay más de 130 millones de piezas de basura espacial orbitando la Tierra

“La basura espacial es un riesgo para las misiones operativas, es decir, para los operadores de satélites, porque es un objeto que puede estar orbitando a una velocidad muy grande y aún hasta el más pequeño puede estropear al satélite operativo”, indica el astrónomo. 

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¿Cómo se controla la basura espacial?

En este sentido, es importante conocer si es que existe control alguno del comportamiento de esta basura espacial ya que la velocidad con la que se siguen moviendo es muy rápida. Y la respuesta es positiva. Son diferentes radares y sistemas láser los que se encargan de monitorear hacia dónde se dirigen estas piezas y qué movimientos hacen. El objetivo está puesto en detectarlos y despejar el área -de ser peligrosos- de acuerdo a un informe de la agencia Deutsche Welle

En sintonía, Colazo indica: “Es importante poder controlarlo y hay agencias en diferentes países que se dedican a monitorear, a observar repetidas veces para detectar la órbita. Una vez que tenés eso lo podés calcular, porque son objetos que están relativamente bajos, entonces, por el roce con la atmósfera va cambiando su energía. Por eso, cada tanto hay que ir midiendo y corrigiendo esa órbita”.

¿La basura espacial puede reingresar al planeta Tierra?

Skylab, un satélite que orbitó la Tierra durante unos años y luego en 1979 volvió a reingresar al planeta cayendo en Australia

Hay que decir que pese a su tamaño el mayor peligro radica en que pueden reingresar a la Tierra provocando una colisión ya en cualquier parte del planeta. Ahora bien, ¿cuáles son las probabilidades de que esto ocurra? 

Para Marcelo Colazo son “muy bajas”, pero  no imposibles. “No es un riesgo para nosotros en la Tierra porque si bien sí hay riesgo cuando pueden ingresan objetos muy grandes, generalmente muchos se desintegran en el reingreso, entonces, no es un peligro para la población”, manifiesta. 

Y continúa: “Los casos de reingreso son los menos probables, pero están. Ha habido casos. En Argentina, han llegado tanques de combustibles, es decir, del tamaño de un lavarropas, por ejemplo. Y esto llega prácticamente entero. El riesgo de que reingrese y justo haya una persona en ese lugar es muy bajo. Hay que saber que en general son objetos más chicos y por el calor suelen desintegrarse al contactar con la atmósfera”

A lo largo de estos años, además de la Argentina, también se han encontrado escombros de naves y cohetes en diversas regiones del planeta tales como Kazajistán y Siberia. Pero si habría que nombrar unos de los reingresos de naves más caóticos en lo que va la historia de las misiones espaciales, Skylab es el más mencionado. 

Se trataba de la primera estación espacial de Estados Unidos diseñada por el francés Raymond Loewy. Tenía un peso de entre 75 y 90 toneladas y viajó hacia el espacio el 14 de mayo de 1973. Si bien en aquel momento no contó con la presencia de astronautas, en meses posteriores algunos profesionales visitaron el satélite en el marco de nuevas misiones. Skylab orbitó la Tierra hasta el 11 de julio de 1979, fecha en la que tuvo lugar su peor desenlace, ya que ingresó al planeta en forma de pequeños pero peligrosos trozos del objeto en la ciudad de Esperance, ubicada en Australia

Si bien no se registraron heridos por este hecho, la NASA recibió una multa

Resulta importante decir que ninguna persona resultó herida, pero de igual manera la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) debió dar explicaciones de lo sucedido y, además, recibió una gran multa.

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Peligros de la basura espacial

Sabemos el impacto dañino que tiene el plástico en nuestro planeta y lógicamente en la salud de diversas especies, entre ellas la del ser humano. ¿Qué efecto tiene la presencia de basura espacial en este sentido? ¿Existen potenciales peligros para el ser humano debido a su aumento en el espacio?

Las amenazas existen y están presentes más precisamente en el propio espacio. Es que la velocidad de movimiento de estos elementos los puede hacer chocar con otros satélites actualmente activos. Por consiguiente, se provoca más chatarra en el espacio. Pero de nuevo, si habría que hablar del efecto que podría tener en el ser humano todo se reduce a la posibilidad de que ingresen nuevamente al planeta. Si bien los casos son mínimos – incluso hasta aquellos similares a los de Australia o de menor peligrosidad- existe un solo hecho registrado en el que una persona resultó afectada. 

Ocurrió en 1997 en Tulsa, Oklahoma, Estados Unidos. Una joven llamada Lottie Williams se encontraba en un parque de esa ciudad dando un paseo cuando de repente sintió que algo había caído sobre ella: se trataba del trozo de un cohete. Según sostuvo la NASA en dicho momento, se creía que esa pieza pertenecía al cohete Delta II. En el momento, el objeto rozó solo su hombre, pero eso bastó para convertirse en la primera y hasta ahora única persona en ser alcanzaba por un desecho del espacio. 

El peligro de la basura espacial radica en que ingrese de nuevo a la Tierra y provoque daños en sitios especialmente urbanizados

Más allá de este hecho no hay ningún otro que haya ocurrido y, por eso, aún la basura espacial no llega a poner en peligro el bienestar del ser humano en el planeta. “Si hubiera un caso en el que reingresara un objeto como una batería que tenga plutonio o algún otro material reactivo podría ser un problema. En la mayoría de los casos se desintegran”, señala. 

Y agrega sobre la posibilidad de que algo como lo de Lottie Williams vuelva a suceder: “Cuando vos pensás que más del 70% de la Tierra es agua, las zonas urbanas están muy concentradas, la probabilidad es muy muy baja. Pero si esto sigue incrementado el riesgo va a ser mayor”. 

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¿Cómo frenar el avance de la basura espacial?

El riesgo de que colisione gravemente en la Tierra y provoque daños irreversibles aquí es poco probable, pero aún así los desechos espaciales continúan aumentando, conforme al incremento de las misiones espaciales. 

¿Cómo se puede frenar o equilibrar este fenómeno sobre todo teniendo en cuenta que la actividad espacial permite el avance económico de un país? Simple. Con el desarrollo de tecnología consciente y comprometida y una organización correspondiente. También con mecánicas de control y limpieza más efectivas. Desde hace algunos años, la Agencia Espacial Europea (ESA) puso en marcha el diseño de un satélite llamado Clear Space One, que tiene la misión de limpiar los objetos que se encuentren en la órbita terrestre.

A su vez, desde el 2022, en la estación Izaña 1 en la ciudad de Tenerife, en España se encuentra en desarrollo un láser de 100 watts que busca identificar la basura espacial para luego eliminarla de la órbita por completo. Se trata de develar la ubicación de aquellos trozos de chatarra más grandes, es decir, los que resultan más peligrosos debido a una posible colisión. 

No obstante, en 2020, ya científicos de la Universidad de Colorado en Estados Unidos advirtieron que con la presencia de láseres o satélites que detecten y eliminen la chatarra espacial no es suficiente. En este sentido, en su informe sostuvieron que la solución vendría más de la mano de una política económica que implique un acuerdo internacional comprometido en cobrar tarifas orbitales. Esto quiere decir que se le debería cobrar a cada compañía por el satélite que tiene puesto en órbita, entonces, con el tiempo se irían disminuyendo y la basura espacial, por consiguiente, bajaría. 

En sintonía con la investigación de Colorado, Colazo comenta: “Se debería pensar las cosas de manera que no se generen desechos o al menos a un ritmo menor. Hay ciertas reglas o directrices de cómo uno debería planificar sus sistemas satelitales de manera que los desechos espaciales sean mínimos”.

“Un ejemplo podría ser tener su misión satelital y una vez que termina su operación asegurarse de que ese objeto ingrese en menos de 25 años, es decir, que no esté orbitando en 25 años. Entonces, se toma un satélite, se lo saca de operaciones y se guarda combustible como para hacer una maniobra que lo ponga en órbita y que en 25 años esté ingresando. Así se evitaría que estén cientos de años orbitando ya que pueden ser un riesgo”, finaliza.

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Fecha de publicación: 09/02, 8:34 am