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Transición energética

Las ciudades, como “arma” clave para enfrentar el cambio climático

A medida que los países impulsan la transición energética, ciudades como Buenos Aires desempeñan un papel vital en el desarrollo, la implementación y el monitoreo de esas políticas.

Si aplican acciones concretas en toda la cadena de valor, podrán mitigar riesgos, adaptarse a la emergencia climática y crear un futuro mejor para todos sus habitantes.

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Por lo menos así lo entiende un informe elaborado por PwC referido a las consecuencias de la transición energética global y que también hace referencia a lo que podrá ocurrir en la Argentina.

Las ciudades, como “arma” clave para enfrentar el cambio climático.

El trabajo entiende que las ciudades tendrán un papel protagónico en el futuro del planeta, debido a que para 2050 casi un 70% de la población mundial habitará zonas urbanas.

También entiende que si bien el cambio climático es un problema global, no existe una única solución a nivel mundial, regional o local aunque destaca que las acciones nacionales e internacionales son importantes, y los líderes de cada ciudad deberán tener claro en qué situación están, cuáles son sus capacidades y comenzar a actuar en consecuencia para implementar, financiar e integrar soluciones que nos permitan avanzar en el camino de la transición hacia las energías verdes.

El informe “La transición energética: Construyendo ciudades sostenibles: Cómo las infraestructuras urbanas pueden hacer frente a los retos y las crisis energéticas” publicado por la consultora explora cómo las ciudades pueden generar nuevas trayectorias más sostenibles a partir de volcarse a energías limpias que mitiguen los impactos globales del cambio climático y las amenazas del clima específicas para su propia infraestructura.

Impacto decisivo

El reporte anticipa que en el 2050, “el futuro del planeta estará en manos de las ciudades y el modo en que éstas conformen su infraestructura energética tendrá un impacto decisivo en nuestra capacidad de mirar más allá de los combustibles fósiles en las próximas décadas”.

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De este modo, las ciudades serán el terreno en el que se desarrolle la transición a cero emisiones netas, agrega el trabajo que también argumenta la importancia vital que tiene “acelerar las transformaciones holísticas necesarias para avanzar en el proceso de la transición energética, ya que el alcance y los beneficios de las inversiones empiezan a ser claros y tangibles”.

La infraestructura energética tendrá un impacto decisivo en nuestra capacidad de mirar más allá de los combustibles fósiles en las próximas décadas.

Los autores del trabajo de PwC consideran necesario un cambio en el uso de combustibles como el carbón, petróleo y gas natural (considerado también como combustible de transición), para comenzar a utilizar electricidad de fuente renovable y otros tipos de energías de desarrollo futuro, como el hidrógeno.
Al respecto, Diego López, socio de PwC Argentina se muestra consciente “de que la transición ya está en marcha, y no hay tiempo de esperar que nuestros sistemas estén listos para cumplir con la ambiciosa agenda climática que el mundo demanda, el trabajo debe comenzar ahora”.

Mitigar riesgos

Según el relevamiento de PwC, las ciudades deben considerar como “de vital importancia” el desarrollo de un enfoque cohesivo y coordinado que permita facilitar una transición energética más limpia y rápida, habilitada por la tecnología.

Agrega que para incentivar la innovación, “deben involucrar al gran ecosistema que rodea a las cuestiones energéticas: reguladores y líderes políticos, generadoras de energía, empresas de transmisión y distribución, empresas emergentes tecnológicas y manufactureras y consumidores”.

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Según el reporte de PwC, si aplican acciones concretas en toda la cadena de valor, podrán mitigar los riesgos, adaptarse a la emergencia climática y crear un futuro mejor para todos sus habitantes.

En ese sentido, el informe ofrece un marco estratégico que podría permitirle a los líderes, incluyendo los de Argentina, considerar la tipología de su ciudad para trazar caminos constructivos de avance, basados en cuatro premisas:

  • 1) modernizar las reglamentaciones
  • 2) planificar para alcanzar resiliencia energética y sostenibilidad
  • 3) invertir en investigación y desarrollo
  • 4) repensar las asociaciones público-privadas (APP).

Modernizar las regulaciones

Según PwC, “el primer paso para cualquier ciudad es dimensionar las metas en cuanto a cero emisiones netas en el ámbito nacional o específicas de la ciudad, a fin de poder evaluar el rol que tendrán las reglamentaciones sobre energía para lograr esas metas”. El trabajo entiende que el marco normativo tendrá que modernizarse de modo que fomente tecnologías de avanzada (como vehículos eléctricos y redes de energía descentralizadas).

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Según PwC, el primer paso para cualquier ciudad es dimensionar las metas en cuanto a cero emisiones netas en el ámbito nacional o específicas de la ciudad.

Deberá además ofrecer incentivos para el desarrollo de fuentes de energía limpias y machine learning para monitorear el impacto de las normativas sobre energía limpia y, con el tiempo, refinar las reglamentaciones.

En este sentido, Ezequiel Mirazón, socio de PwC Argentina, líder de la práctica de Energía, Minería y Utilities, Argentina cuenta con importantes recursos naturales para la generación de energía eólica y solar.

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Destaca que la ley 27.191 que fue publicada en el 2015 estableció que estas energías debían alcanzar el 20% de la matriz en el 2025.
Posteriormente, se publicó el decreto 531/16, donde se establecieron con más detalle los objetivos de la ley y cómo lograrlos, lo cual “deja un gran desafío dado que actualmente las energías renovables representan un 16,2% aproximadamente de nuestro consumo energético”.

Alcanzar la resiliencia energética

Según el paper de PwC, sin importar cuánto hayan avanzado en materia de energía limpia, la Ciudad de Buenos Aires, así como el resto de las poblaciones del mundo, deben planificar para alcanzar la resiliencia energética sostenible.

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En sentido, se destaca como una parte central de esa estrategia la de invertir en infraestructura (por ejemplo, estaciones de carga de vehículos eléctricos) para reducir la dependencia de fuentes convencionales de energía.

Invertir en Investigación y Desarrollo

A pesar de la incertidumbre geopolítica y económica actual, para PwC las ciudades deberán seguir invirtiendo en I+D para energías limpias. “En el futuro, el foco de I+D debería incluir inversión en aplicaciones de tecnologías emergentes como IA y BlockChain para la optimización de la energía y su almacenamiento”, agrega el trabajo.

Del mismo modo, se aconseja a las asociaciones público-privadas (APP) que se transformen en un instrumento valioso para implementar proyectos de energías limpias. Para ello, entiende que serán necesarios “modelos nuevos e innovadores, que garanticen que se otorgan incentivos para ahorro de energía e implementación de energías limpias, y así acelerar la velocidad de la transformación”.

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Fecha de publicación: 25/12, 9:00 am