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Finanzas verdes: qué es la taxonomía sostenible

Se trata de un sistema de clasificación que permite identificar y etiquetar actividades económicas y financieras que contribuyen o no, al desarrollo sustentable.

En la Argentina, las finanzas sostenibles se encuentran poco desarrolladas a pesar de que desde varios organismos vinculados con el mejoramiento del medio ambiente se estima que la necesidad de financiamiento “verde” requería nuevas e innovadoras acciones para lograr satisfacer las necesidades existentes.

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En ese rumbo, a partir de la segunda mitad del 2022 se comenzó a trabajar en el diseño de la llamada Estrategia Nacional de Finanzas Sostenibles que llevó a cabo una mesa de trabajo creada por el Ministerio de Economía del anterior gobierno de Alberto Fernández, junto al apoyo técnico del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Finanzas verdes: qué es la taxonomía sostenible.

Durante el primer cuatrimestre del 2023 se acordó el documento final de la Estrategia y, en mayo del mismo año, Economía adoptó la estrategia a través de la Resolución 696/2023, publicada en el Boletín Oficial.

El plan de finanzas sustentables se enfoca en generar el ecosistema y las condiciones que permitan identificar alternativas para movilizar de forma escalable los recursos necesarios para catalizar inversiones públicas y privadas que contribuyan a alcanzar objetivos económicos y sociales en el marco de la Agenda 2030.

Entre sus objetivos también se incluyen las metas de mitigación y adaptación al cambio climático del país en el marco del Acuerdo de París, como así también los compromisos derivados de las restantes convenciones de Río de 1992 y el Marco Post 2020 de Biodiversidad.

Las metas fueron elaboradas por la llamada Mesa Técnica de Finanzas Sostenibles (MTFS) y marcan la hoja de ruta para el desarrollo de una taxonomía de finanzas sostenibles, con el apoyo del PNUD Argentina.

Uno de los puntos destacados es el de contar precisamente con una taxonomía como primer paso para lograr un lenguaje común, generar datos fidedignos que permitan delinear objetivos en materia de desarrollo de las finanzas sostenibles en Argentina y la correcta evaluación y comparabilidad entre inversiones, actores y activos en torno a la sostenibilidad.

También se ofrece a las empresas la posibilidad de alinear su modelo de negocios con los objetivos de la Taxonomía Sostenible para acceder a mercados de financiamiento sostenibles, como la emisión de bonos verdes, préstamos y créditos temáticos.

Origen de la “taxonomía”

En el mundo de las finanzas, la palabra se usa para definir un sistema de clasificación que se utiliza para poder identificar y etiquetar actividades económicas y financieras que contribuyen o no, al desarrollo sustentable y al logro de objetivos ambientales y climáticos.

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En su primera etapa, el enfoque gira en torno a ámbitos como el cambio climático, igualdad de género y ciudades sostenibles a partir de un instrumento diseñado durante un proceso participativo que se basa en el cumplimiento de los objetivos de la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas y de los objetivos climáticos y sostenibles del Acuerdo de París.

Objetivos de las finanzas verdes

Un reciente informe de la consultora financiera S&P Global expone que el objetivo general de esta herramienta es el poder reorientar el financiamiento y capitales hacia inversiones en actividades que favorezcan cumplir con las metas medioambientales y de beneficio social, así como la generación de datos e información veraz que evite el llamado greenwashing.

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El plan de finanzas sustentables se enfoca en generar el ecosistema y las condiciones que permitan identificar alternativas para movilizar de forma escalable los recursos necesarios para catalizar inversiones públicas.

Como parte de ese proceso, el trabajo explica que la Taxonomía Sostenible selecciona a los seis sectores de mayor impacto medioambiental, con base en el sistema de clasificación industrial como son agricultura; cría y explotación de animales; aprovechamiento forestal; generación, transmisión, distribución y comercialización de energía eléctrica y suministro de agua; construcción; industrias manufactureras; transporte y manejo de residuos y servicios de remediación.

De este modo, se anticipa las taxonomías probablemente fomentarán el crecimiento de GSSSB o el mercado el bonos verdes, sociales, sostenibles y vinculados a la sostenibilidad.

Para S&P, el número de taxonomías sostenibles en Argentina y el resto de América Latina seguirá aumentando, lo que respaldará el diseño de bonos sostenibles para abordar las principales brechas financieras.

“Consideramos que la transparencia y la estandarización que aportan las taxonomías son clave para aumentar el número de nuevos emisores de GSSSB”, detalla el documento de la evaluadora norteamericana que además espera que las taxonomías mejoren el atractivo de las emisiones con etiquetas de sostenibilidad para los inversores locales e internacionales.

Escasa oferta

El paper advierte que, en la actualidad, el mercado de bonos sostenibles local y de América Latina contiene relativamente pocos emisores en comparación con el de otras regiones. También considera que algunos inversores pueden preferir una única taxonomía regional a múltiples locales que pueden tener diferencias o inconsistencias entre ellas.

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El paper advierte que, en la actualidad, el mercado de bonos sostenibles local y de América Latina contiene relativamente pocos emisores en comparación con el de otras regiones.

“Aunque muchas taxonomías latinoamericanas probablemente se parecerán a la taxonomía de la UE, esperamos alcances más amplios adaptados a los desafíos más relevantes de la región”, se esperanza S&P en su reporte.

A modo de ejemplo, asegura que siguiendo los pasos de Colombia y México, otros países de la región probablemente tendrán taxonomías con componentes verdes que se adapten al perfil de emisiones y los desafíos de biodiversidad de la región.

“También esperamos un mayor número de taxonomías sustentables (actividades económicas verdes y sociales), como la de México, que incluyan características para abordar las importantes brechas sociales de los países latinoamericanos”, agrega.

De igual modo, la evaluadora considera positivo que varios actores de la región parezcan dispuestos a desarrollar lineamientos voluntarios sobre finanzas sostenibles que fomentan una creciente cooperación internacional en materia de marcos financieros sostenibles para preservar la comparabilidad y la interoperabilidad.

Teniendo en cuenta este contexto, para S&P las taxonomías podrían desempeñar un rol central en la configuración de la selección de proyectos y compromisos vinculados al financiamiento potencial, en línea con las trayectorias y ambiciones de las contribuciones determinadas en el nivel nacional.
Modesto incremento

Los datos corresponden al informe llamado “Emisión de bonos sostenibles en América Latina aumentará en 2024” de S&P Global que fue elaborado por Rafael Janequine; Bryan Popoola y Joydeep Mukherji. Los expertos consideran que los bonos sostenibles podrían aumentar a más del 30% de la emisión total de bonos de América Latina este año, lo que mostraría resiliencia ante las fluctuaciones en el mercado de bonos durante los últimos tres años.

Algunos inversores pueden preferir una única taxonomía regional a múltiples locales que pueden tener diferencias o inconsistencias entre ellas.

El informe de investigación explora además un tema en evolución relacionado con la sostenibilidad; refleja la investigación realizada y las contribuciones de los equipos de investigación de sostenibilidad y finanzas sostenibles de S&P Global Ratings, así como de sus analistas de calificación crediticia.

El reporte pronostica que la emisión global de bonos a través de bonos verdes, sociales, sostenibles y vinculados a la sostenibilidad (GSSSB, por sus siglas en inglés) aumentará modestamente este año a entre los u$s 9.500 y los $10.000 millones.

Para efectos de este informe, “América Latina” se refiere a México, Centroamérica, Sudamérica y el Caribe que, según S&P, tendrán una emisión de GSSSB en América Latina de entre u$s45.000 millones y u$s55.000 millones en 2024, y es probable que Brasil, Chile y México sigan siendo los líderes del mercado, en particular mediante la emisión de bonos sostenibles y vinculados a la sostenibilidad (SLB, por sus siglas en inglés).

“Es probable que el desarrollo de directrices y taxonomías locales para el financiamiento sostenible continúe fomentando la estandarización y la transparencia, alimentando el apetito de los inversionistas y alentando a nuevos emisores a ingresar al mercado GSSSB de la región”, según S&P. La calificadora espera que la emisión de GSSSB en América Latina supere el 30% de la emisión de bonos convencionales en la región, respaldada por esfuerzos globales y locales continuos para acelerar la transición energética y abordar las necesidades de desarrollo socioeconómico.

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“Esperamos que los soberanos sigan liderando la emisión de GSSSB en la región, en particular, gracias a los nuevos emisores de bonos sostenibles, como Brasil. Además, consideramos que un número cada vez mayor de bancos podría avanzar en la estructuración de financiamientos vinculados tanto al uso de los fondos como a la sostenibilidad, mientras que las empresas podrían beneficiarse del ciclo de flexibilización monetaria de la mayoría de los países de la región”, agrega el informe.

Señala también que durante los últimos tres años, los bonos verdes, sociales y de sostenibilidad han representado alrededor del 70% de la emisión total de GSSSB de la región ya que después de un débil 2022, las emisiones totales de bonos verdes y sociales se recuperaron en 2023, y los bonos de sostenibilidad siguieron siendo los instrumentos más comunes al representar 38% del total de nuevos GSSSB en la región. Esto se debe a que a medida que avanzan las estrategias de sostenibilidad en la región, los emisores tienden a complementar su financiamiento verde con proyectos enfocados en objetivos sociales, como el acceso a servicios esenciales, vivienda e inclusión financiera.

Los más grandes

Las economías más grandes de la región lideran la emisión de GSSSB, dice el trabajo que no incluye a la Argentina en esta categoría, sino a Brasil, Chile y México y anticipa que “seguirán siendo los pesos pesados del GSSSB en América Latina”.

Esto se debe principalmente al tamaño de sus economías y a sus bases de emisores establecidas ya que han representado entre el 80% y el 90% de las emisiones de la región en los últimos años.

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Fecha de publicación: 10/04, 3:44 pm