En Argentina y la región peligra el cumplimiento de la Agenda 2030 para impulsar el desarrollo sostenible
Un documento advierte sobre la necesidad de transitar aceleradamente hacia un modelo que apunte a transformaciones hacia un desarrollo sostenible.
Tanto la Argentina como el resto de los países de la región, se encuentran comenzando a atravesar los retos de la segunda etapa de acelerar el paso hacia el cumplimiento de la Agenda 2030, establecida en el Acuerdo de París para mejorar la calidad del medio ambiente dentro de seis años.
//Mirá también: Argentina, lejos de los objetivos globales de electromovilidad
Los retos parecen ser enormes y es alto el riesgo de alejarse de la senda que conduce hacia el desarrollo sostenible, teniendo en cuenta que es evidente que ya no hay tiempo para pausas y menos aún para retrocesos.
En este contexto, la CEPAL acaba de elaborar un informe en el cual reitera su compromiso de contribuir al cumplimiento de los ODS en 2030, mediante la organización de las reuniones anuales del Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible, el apoyo en la realización de exámenes nacionales y locales voluntarios sobre el avance y los desafíos de los ODS, la cooperación técnica en diversos campos y otras variadas intervenciones que se examinan en este informe sobre el avance en el cumplimiento de la Agenda 2030 en la región.
De acuerdo al documento, que incluye un capitulo dedicado a la Argentina, “transitar hacia un desarrollo productivo, inclusivo y sostenible marca que los países latinoamericanos y caribeños enfrentan retos que se originan en el entorno mundial y en las dinámicas regionales propias”.
Advierte que el sistema económico multilateral basado en reglas claras y predecibles, con cadenas globales de producción centradas en la búsqueda de la eficiencia, se encuentra en riesgo frente a la compleja situación geopolítica. “Esto ha redundado en un mundo fragmentado en bloques regionales”, advierte el paper del organismo multilateral en el cual también se asegura que las potencias económicas del mundo renuevan sus carteras de políticas de desarrollo productivo y relocalizan sus centros de producción y las rutas de sus cadenas de distribución.
Estas dinámicas, según la CEPAL, tienen impacto en los países de América Latina y el Caribe, influyendo en la toma de decisiones que realizan para gestionar amenazas, aprovechar oportunidades y minimizar perjuicios en un marco global inestable, sobre el que la región no tiene control.
Transformar la producción
Esto impone la necesidad de explorar y analizar las megatendencias mundiales y anticipar las mejores respuestas y estrategias. En ese contexto, la región exhibe un ritmo de crecimiento económico muy lento; el desarrollo productivo se rezaga frente a competidores internacionales; la productividad prácticamente se ha estancado en los últimos 20 años, y la pobreza y la desigualdad se mantienen en niveles demasiado altos, todo lo cual pone en riesgo el cumplimento de 58 CEPAL 2024 los ODS.
//Mirá también: Los principales bancos del mundo siguen financiando proyectos de combustibles fósiles
La región requiere transitar aceleradamente hacia un modelo que apunte a transformaciones en el desempeño productivo, social y ambiental, con el desarrollo sostenible como objetivo central.
“La urgencia de acelerar el paso hacia el cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible impone la necesidad de realizar profundas transformaciones de las políticas de desarrollo productivo y macroeconómicas (fiscales, monetarias, cambiarias), en el sentido de “qué” hacer y “cómo” hacerlo, de modo que faciliten la implementación de dicha Agenda y potencien su impacto en el crecimiento y la productividad, con una visión estratégica de largo plazo y con la participación de múltiples actores en todos los territorios”, detalla el informe.
Los autores del paper señalan como “necesario” dirigir la mirada al horizonte lejano para facilitar la adopción de políticas públicas prospectivas, es decir, políticas con objetivos de largo plazo que sean resultado del diálogo y de acuerdos amplios, participativos e incluyentes entre los actores del desarrollo.
Para ello se requiere de un Estado renovado y de acuerdos democráticos sobre el papel de los actores, lo que debe redundar en la conformación de una gobernabilidad democrática y una nueva gobernanza del quehacer público.
Otro de los compromisos debe ser el de afrontar los desafíos para alcanzar los ODS que actualmente evidencia un panorama regional heterogéneo y complejo.
Si bien la CEPAL observa un buen desempeño en lo referente a algunos ODS, persisten desafíos en la mayoría de ellos, que obligan a actuar con urgencia para cambiar el rumbo y realinear las trayectorias hacia el cumplimento de los Objetivos definidos en 2015.
Reducir las brechas
En un marco de renovada colaboración entre los países, será fundamental compartir experiencias relevantes dirigidas a acelerar el avance hacia el logro de los ODS, especialmente en los casos en que existen mecanismos institucionales subregionales propicios para la cooperación.
//Mirá también: Argentina, con potencial para “jugar” un rol relevante en el mapa de las energías renovables
Ello posibilitaría reducir las brechas entre las trayectorias observadas y los umbrales definidos en las metas, así como acortar las diferencias en el avance hacia los ODS que presentan los territorios dentro de un mismo país.
Según el organismo, se enfrentan numerosos desafíos, pero al mismo tiempo se cuenta con múltiples fortalezas y oportunidades para retomar la ruta y acelerar el paso hacia el pleno cumplimiento de los cinco Objetivos que 59 América Latina y el Caribe ante el desafío de acelerar el paso.
En la mayoría de los casos, como el de la Argentina, se debe realizar un esfuerzo adicional para llegar a las metas, especialmente en aquellos ODS cuyos indicadores avanzan en la dirección correcta, pero a un ritmo muy lento, y en el caso de aquellos en que las trayectorias son regresivas respecto de los umbrales que está previsto alcanzar en 2030.
Acelerar las transiciones hacia la sostenibilidad
Para la CEPAL son seis las transiciones centrales para la transformación del modelo de desarrollo. “El objetivo es avanzar desde la situación actual de lento crecimiento, con empleo precario, estancamiento del bienestar social y deterioro del medio ambiente, hacia un escenario de desarrollo más productivo, inclusivo y sostenible, que genere prosperidad y progreso social, y mejore la calidad de vida de la población latinoamericana y caribeña”, detalla el trabajo del organismo.
//Mirá también: La ONU afirmó que solo restan dos años para salvar al planeta Tierra del cambio climático
En este sentido, las seis transiciones hacia la sostenibilidad —en las áreas de sistemas alimentarios, acceso a la energía y su asequibilidad, transformación digital, educación, empleo y protección social, y cambio climático— se vinculan y retroalimentan con las iniciativas transformadoras que la CEPAL ha propuesto para el avance hacia el cumplimiento de la Agenda 2030 (CEPAL, 2023b).
Su aceleración y alineamiento con los ODS requiere de nuevas estrategias y políticas de desarrollo de largo plazo, diseñadas y ejecutadas colectivamente por los actores sociales con la coordinación del Estado.
También se sostiene que, a fin de impulsar iniciativas transformadoras se requiere el fortalecimiento de las capacidades institucionales de diálogo social e inclusión, gobernanza, articulación público-privada, vinculación multiescalar y visión prospectiva.
Sumar financiamiento
Otro de los pedidos es el de incrementar las opciones de financiamiento ya que América Latina y el Caribe se estima que las necesidades adicionales de inversión para avanzar hacia el desarrollo sostenible alcanzan entre el 3% y el 8% del PBI regional por año. Sin embargo, el espacio fiscal es limitado y la arquitectura financiera internacional, caracterizada por desigualdades e ineficiencias, no ha podido respaldar la movilización de financiamiento estable y de largo plazo para impulsar inversiones de tal envergadura.
//Mirá también: Qué es la Electricidad 4.0 y por qué puede ser clave para reducir las emisiones de CO2
“Por ello, el Secretario General de las Naciones Unidas ha hecho una audaz propuesta para reformar la arquitectura financiera y tributaria internacional (Naciones Unidas, 2023b)”, recuerdos el trabajo.
En el plano regional, la CEPAL recomienda la movilización de recursos públicos y privados, con un enfoque que alinee la política fiscal con los ODS y, al mismo tiempo, cree las condiciones para desbloquear el capital privado y atraer inversiones.
Se propone un nuevo pacto fiscal que oriente los incentivos tributarios en el sentido de los objetivos de desarrollo y siente las bases de la sostenibilidad de las finanzas públicas.
Para ello, es necesario incrementar el nivel de la recaudación tributaria, su progresividad y su capacidad de reducir las desigualdades de ingreso y riqueza.
Además, para elevar la recaudación tributaria se precisa disminuir la evasión fiscal y los costosos gastos tributarios, así como modernizar los regímenes fiscales aplicados a la explotación de recursos naturales no renovables, tal como busca hacer el gobierno de Javier Milei en la Argentina.
Se debe mejorar la eficiencia de la política de gasto público para reducir brechas sociales e impulsar el potencial de crecimiento de la economía, priorizando medidas con alto rendimiento económico, social y ambiental.
En este sentido, el informe recomienda que el gasto público “debe fomentar un desarrollo productivo, inclusivo y sostenible a mediano y largo plazo ya que es posible incrementar las capacidades de la banca de desarrollo para movilizar recursos financieros a través de una mayor capitalización, un uso más eficiente de su capital y mayor flexibilidad en sus criterios de préstamo”.
El sector público puede apoyar los esfuerzos de la banca de desarrollo para obtener financiamiento de bajo costo a largo plazo, mediante el otorgamiento de garantías, el fortalecimiento de capacidades y la diversificación de proyectos.
La función del Estado
Ante la crisis del desarrollo y el atraso relativo de la marcha hacia el cumplimiento de los ODS, para a CEPAL tanto la Argentina como el resto de los países de la región requieren un cambio de rumbo en la conducción de las políticas públicas, el impulso de áreas estratégicas que lideren el proceso, la puesta en marcha de iniciativas transformadoras alineadas con las seis transiciones hacia la sostenibilidad descritas y una nueva gobernanza para el desarrollo que facilite la sistematización y el aprovechamiento de los aprendizajes del ejercicio de la política pública.
//Mirá también: Alerta medio ambiente: una docena de proyectos de ley están cajoneados en el Congreso
Propone además, una participación efectiva y nuevas funciones de los actores sociales, el fortalecimiento de las capacidades de las instituciones y el uso de nuevas herramientas, como la planificación estratégica y la prospectiva.
“La implementación de la Agenda 2030 ha mostrado que la función del Estado es fundamental en la construcción de un futuro sostenible. Es necesario un Estado proactivo que retome, fortalecido, sus funciones básicas como coordinador y articulador de las transiciones hacia la sostenibilidad. Se requiere un Estado que impulse a los sectores que tienen mayor potencial transformador y acelerador de procesos de aprendizaje para desarrollar las capacidades, las habilidades y la innovación en todos los niveles” aconseja el organismo en su documento.
También pide que sea un Estado que cree mercados, apoyando a las empresas, fomentando la modernización tecnológica, eliminando cuellos de botella de infraestructura y facilitando inversiones para el desarrollo.
La transformación del modelo exige un Estado capaz de impulsar la construcción de instituciones eficaces, la buena gobernanza y el diálogo social para la implementación exitosa de políticas públicas de nuevo cuño, con miras a un escenario de mayor productividad, inclusión y sostenibilidad del desarrollo.