Argentina, con potencial para “jugar” un rol relevante en el mapa de las energías renovables
Según un informe, el país puede ocupar un papel fundamental. A qué está vinculado y qué pasa en la región de América Latina.
En la Argentina, la energía es una fuente enorme de oportunidades de trabajo, riqueza y divisas, más si se recuerdan los fundamentos de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para la transición sustentable que marcó un horizonte temporal claro para lograr la neutralidad de carbono para dentro de 26 años.
//Mirá también :Los planes de la dueña de Fiat y Peugeot para convertirse en la mayor empresa de movilidad sostenible del mundo
En este marco, hace falta conocer cómo se encuentra posicionado el país en materia de energía para afrontar esta meta y cuál es la perspectiva del nicho a nivel latinoamericano, teniendo en cuenta que solamente falta solo un cuarto de siglo de distancia del compromiso asumido de descarbonización, objetivo clave en la lucha para la mitigación del cambio climático.
Actualmente, el panorama energético local brinda muestras de crecimiento en energías renovables, especialmente en biocombustibles y energías eólica y solar (para generación eléctrica o descontar demandas productivas locales).
Según datos oficiales, Argentina ha planteado metas de un 30% de su matriz energética en renovables para 2030 pero siempre teniendo en cuenta que las prioridades en materia de energía es el cumplimiento de las normas de seguridad, como la principal preocupación, seguida de cerca por la búsqueda de la eficiencia energética. Esta conciencia destaca la importancia de garantizar no sólo un suministro de energía confiable, sino también la seguridad de sus operaciones.
Además y para garantizar la disponibilidad de energía a largo plazo, es fundamental la inversión en CAPEX (gastos de capital), lo cual incluye la construcción de nuevas plantas, la modernización de las redes de distribución y la implementación de tecnologías innovadoras.
Para los empresarios, invertir en CAPEX demuestra una visión de futuro y un compromiso con la sostenibilidad ya que al modernizar su infraestructura e invertir en tecnologías innovadoras, las empresas pueden garantizar un suministro de energía más confiable, eficiente y ambientalmente responsable para sus clientes.
En este marco, Aggreko, empresa global de soluciones energéticas, lanzó el “Informe sobre la Transición Energética en América Latina: estrategias, barreras y oportunidades” en donde ofrece análisis en profundidad y conocimientos para empresas y profesionales del sector y que incluye consultas a los ejecutivos argentinos de las empresas más importantes.
Potencial y seguridad
De acuerdo al reporte, en los últimos años, América Latina ha experimentado una importante transformación en su sector energético, con un creciente interés por fuentes de energía más limpias y sostenibles, además de la garantía de la seguridad energética.
//Mirá también: La electromovilidad, lejos de la agenda del gobierno “libertario”
En este marco, el reporte entiende que el potencial de Argentina en la transición energética es muy importante y está vinculado a sus recursos naturales clave, como el viento, radiación solar, litio y cobre; la implementación de soluciones basadas en la naturaleza, como sumideros de carbono; y la capacidad de impulsar nuevas tecnologías, como el uso de hidrógeno.
“Todo este potencial posiciona al país en el mapa global de jugadores relevantes en la transición energética”, de acuerdo a Aggreko, que realizó un estudio con más de 830 profesionales del sector eléctrico e infraestructuras, desde concesionarias, hasta agencias reguladoras, empresas de DG y proveedores de servicios relacionados con los servicios públicos, en 13 países de América Latina, entre gerentes, directores, supervisores, ingenieros y consultores.
El objetivo de la consultora con el relevamiento es comprender cómo las empresas abordan los desafíos y oportunidades de la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles.
De hecho, la investigación revela que las empresas argentinas tienen una visión general positiva en relación con la transición hacia fuentes de energía sostenible, con un 65% considerándola una oportunidad significativa; otro 32% mirando esta transición como una prioridad máxima y ya llevando a cabo planes sostenibles.
“Al observar los análisis obtenidos en este estudio, existe una clara tendencia en América Latina hacia un futuro energético más sostenible”, sostiene Hugo Domínguez, Líder del Sector de Servicios Públicos/Infraestructura Eléctrica para América Latina y el Caribe de Aggreko.
Para el experto estos descubrimientos refuerzan la necesidad de un enfoque colaborativo entre empresas, gobiernos y entidades reguladas para crear un entorno más favorable para la transición energética en la región. Entiende que “sólo con una cooperación efectiva y estrategias bien planificadas, considerando los desafíos y oportunidades identificados, será posible promover esta transformación hacia un futuro energético más sostenible y resiliente”.
Nuevas herramientas
Además, las tecnologías emergentes, como la hidrogenación y el almacenamiento de energía de baterías, están ganando fuerza, indicando una atención especial a las innovaciones que impulsan la transición.
//Mirá también: Hidrógeno verde: el proyecto estratégico de la Unión Europea para impulsar las energías renovables
En el informe se destacan las soluciones híbridas (26%), que combinan fuentes renovables y fósiles y que también se consideran importantes y se asegura que penetración de las energías renovables, o la inversión estructural, que fue destacado por el 35% de los entrevistados.
Dicha inversión podría incluir el desarrollo de infraestructura, la modernización de las redes eléctricas y la mejora de las instalaciones para dar lugar a fuentes de energía limpia.
De hecho, el 22% de los entrevistados también destaca la integración de soluciones de almacenamiento de energía como un factor crítico para promover la adopción de energías renovables, remarcando la importancia de las estrategias de almacenamiento para hacer frente a la intermitencia de las fuentes.
Al respecto, Domínguez señala que la transición energética en Argentina y el resto de la región se encuentra en un momento crucial de evolución a medida que las empresas muestran una inclinación cada vez mayor hacia fuentes de energía más sostenibles, destacando la importancia de la disponibilidad de energía para las operaciones y el enfoque en la eficiencia.
A pesar de esa visión positiva, el sector enfrenta desafíos considerables, desde barreras financieras hasta cuestiones regulatorias y una falta de claridad legislativa.
Sin embargo, los desafíos identificados por la encuesta no oscurecen la visión optimista de las empresas, que ven como una oportunidad la transición hacia fuentes de energía sostenibles, de acuerdo a las conclusiones del informe.
Falta de incentivos
Aunque en el trabajo también existe un reconocimiento generalizado de las oportunidades asociadas a la transición hacia fuentes de energía sostenibles, se advierte que “este cambio no está exento de desafíos y barreras. Tanto empresas como gobiernos enfrentan una serie de obstáculos al buscar un sistema de energía más sostenible”.
//Mirá también: El Gobierno lanza un plan para la instalación masiva de medidores de luz “inteligentes”
Esto se refleja en que alrededor del 33% de los encuestados identifica el costo como la principal barrera para la adopción de soluciones de energía sostenible. Para Hugo Domínguez, “la percepción
de los costos de las empresas se debe a la falta de incentivos, como ocurre con el mercado regulado de créditos de carbono. Sin una contraparte clara, la transición energética puede ser vista como una inversión sin retorno inmediato”.
Para el analista, la regulación del mercado de carbono, con incentivos y mecanismos de compensación, puede cambiar esta percepción y estimular la adopción de soluciones más sostenibles”.
De hecho, el documento informa que cuando se trata de elegir modelos de negocios en energía, el 35% prefiere “Energía como Servicio” (Energy as a Service), el 32% elige Operación y Mantenimiento (O&M) y el 19% opta por “Venta Directa” (Direct Selling), preferencias que reflejan la diversidad de enfoques para satisfacer las necesidades energéticas de cada región, con diferencias evidentes en las preferencias de cada país.
Otro punto importante antes de realizar la transición es comprender cuáles son los mayores desafíos de las empresas en términos de uso de energía.
El reporte descubrió que uno de los principales obstáculos son los altos costos de inversión en nuevas infraestructuras, opción seleccionada por el 51% de los encuestados.
“La transición hacia soluciones energéticas más sostenibles, como las energías renovables y la microgeneración, requiere una inversión inicial significativa, lo que puede ser un impedimento para algunas empresas”, señala la consulta.
Por eso se destaca como importante que, aunque los costos de inversión sean un desafío significativo, a largo plazo, la transición hacia soluciones energéticas más eficientes y sostenibles puede generar ahorros de costos y aumentar la competitividad de las empresas.
Prioridad “absoluta”
Además de la inversión en infraestructura, el cambio hacia modelos de energía más sostenibles también puede implicar costos de capacitación, adaptación de procesos e incluso cambios regulatorios, lo que se refleja en la respuesta del 47% de los encuestados.
//Mirá también: América Latina ya tiene la primera red de asociaciones de mercados de carbono: cómo funciona
La falta de un compromiso claro por parte del gobierno con soluciones más sostenibles fue mencionada por el 40%, porcentaje preocupante si se observa que la encuesta reveló que las empresas tienen una visión generalmente positiva sobre la transición hacia fuentes de energía sostenibles.
Alrededor del 34% de los encuestados considera que la transición a fuentes de energía sostenibles es una prioridad absoluta y ya cuenta con planes sostenibles. Otro 20% la sitúa entre sus tres principales preocupaciones empresariales.
Pero si bien existe este reconocimiento generalizado de las oportunidades asociadas a la transición hacia fuentes de energía sostenibles, la encuesta sostiene que “este cambio no está exento de desafíos y barreras”.
Esto se debe a que tanto empresas como gobiernos enfrentan una serie de obstáculos al buscar un sistema de energía más sostenible, como el costo, votado por el 33% como la principal barrera para la adopción de soluciones de energía sostenible.
“Esta percepción es comprensible, considerando las inversiones iniciales y el retorno financiero. Sin embargo, es importante analizar el costo beneficio a largo plazo, teniendo en cuenta el ahorro de recursos, la reducción de emisiones y la mayor competitividad de las empresas”, detalla Domínguez, para quien “la percepción de los costos de las empresas se debe a la falta de incentivos, como ocurre con el mercado regulado de créditos de carbono”.
Asegura que sin una contraparte clara, la transición energética puede ser vista como una inversión sin retorno inmediato y que la regulación del mercado de carbono, con incentivos y mecanismos de compensación, puede cambiar esta percepción y estimular la adopción de soluciones más sostenibles.
Sin embargo, el documento califica como “fundamental” señalar que, a pesar de estas barreras, la mayoría de las empresas ven la transición como una oportunidad, lo que subraya la importancia de superar estos obstáculos. Las principales razones que surgen para no realizar inmediatamente la transición a fuentes de energía sostenibles son muy variadas como la falta de claridad legislativa y de subvenciones que representan un reto importante, indicando incertidumbres normativas que repercuten directamente en las decisiones de las empresas.
Además, la escasez de ejemplos prácticos, junto con la dificultad para encontrar profesionales cualificados, ponen de manifiesto la necesidad acuciante de un entorno más favorable, ya sea en términos de comprensión de los beneficios o de infraestructuras adecuadas, para promover eficazmente esta transición.