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Empresas piden acelerar el reemplazo de la nafta y el gasoil por hidrógeno “verde”

Multinacionales como Siemens Energy aseguran que Argentina y la región tienen potencial suficiente para producir combustibles que permitan reducir las emsiones de carbono

El llamado hidrógeno verde puede convertirse en la alternativa más eficiente para el reemplazo de los combustibles fósiles en los automóviles. Es decir, para reducir las emisiones que hoy causan la nafta y el gasoil.

De hecho, existen ya proyectos destinados a desarrollar hidrógeno verde como fuente limpia de energía por u$S300.000 millones en todo el mundo y hasta el año 2030, según un informe de la iniciativa Hydrogen Council.

De ese monto, el 45% financiará iniciativas en Europa, que estará seguida de Asia, donde China aglutina más de la mitad del volumen.

Esta distribución de proyectos no es casual si se tiene en cuenta que, para el 2030, Europa, Estados Unidos, China, Japón y Corea van a contar con 2.7 millones de autos particulares eléctricos a hidrógeno, que demandarán un consumo de 710.000 toneladas anuales de hidrógeno. El 40% de esa demanda sería producida por esos países, en tanto que al 60% restante se debería importar.

En tanto, América Latina hasta ahora no concentra grandes iniciativas a pesar de contar con el potencial suficiente como para convertirse también en un mercado importante.

Los expertos aseguran que la región tiene la producción de electricidad más limpia del mundo, y un enorme potencial para mantener esa posición gracias a su enorme potencial solar y eólico.

Como caso, se destaca la propuesta del gobierno de Chile para convertir al país en el 2050 en uno de los referentes a nivel mundial en la producción y exportación de hidrógeno verde como combustible limpio.

También Uruguay planea incentivar la producción de hidrógeno verde con el objetivo de exportarlo aprovechando su posición de líder en energías renovables en América Latina, con una matriz basada en un 98% en fuentes limpias.

El gobierno de Luis Lacalle Pou planea incentivar la llegada de empresas extranjeras a cambio de la firma de contratos de provisión con el Estado. El primer paso es el llamado Proyecto Verne, que prevé construir una planta piloto en Montevideo, capital del país, con capacidad para producir 900 kilos de hidrógeno por día, con una inversión estimada de u$S20 millones.

Alberto Fernández viene sosteniendo que el país cuenta con un enorme potencial para la producción futura de hidrógeno verde.

En Argentina no hay ejemplos similares a pesar de que hasta el propio presidente Alberto Fernández viene sosteniendo que el país cuenta con un enorme potencial para la producción futura de hidrógeno verde.

De todos modos, los analistas destacan que, a pesar de sólo contar con un 8% de energías renovables, el país tiene potencial de energía solar y eólica para proyectar la producción del hidrógeno verde.

Sin embargo, no hay políticas públicas orientadas a concretar esas proyecciones, más allá de la Ley de Promoción del Hidrógeno, sancionada en el 2006 pero todavía no fue reglamentada y que por eso corre el riesgo de caducar a fin de año.

Existen varias iniciativas para postergar su fecha de vencimiento por 20 años y actualizar el texto, poniendo el foco en la producción de hidrógeno verde.

Pero hasta ahora no hay señales de parte del Gobierno para acelerar los plazos o analizar normas que permitan impulsar la industria local del hidrógeno verde.

Lo más cercano es la iniciativa de Y-TEC, empresa de investigaciones tecnológicas de YPF, que lanzó el consorcio H2AR junto con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET) para trabajar en el estudio de escenarios para la producción, transporte y exportación de hidrógeno.

A partir de estos datos, multinacionales energéticas anticipan la necesidad de profundizar los planes no sólo en la Argentina, sino también en el resto de la región porque entienden que el hidrógeno verde debe jugará un papel crucial en la descarbonización de la industria, la energía y la movilidad.

Por eso, vienen reclamando a los Estados y al sector privado trabajar juntos para hacer realidad una industrialización a gran escala.

El hidrógeno verde se produce a partir del agua con el proceso de electrólisis, que se puede llevar a cabo mediante electricidad obtenida de fuentes renovables sin emitir dióxido de carbono a la atmósfera, a diferencia del hidrógeno gris, obtenido a través del gas natural.

Y el objetivo de elaborar un proyecto concreto que marque el camino hacia una economía del hidrógeno sostenible y beneficiosa fue el tema principal de un evento internacional llevado a cabo hace unas semanas vía zoom.

Se trató del seminario Latin America Energy Week, que se llevó a cabo a fines de junio pasado y en el que el punto clave de debate fue cómo hacer para que las empresas puedan mantener su crecimiento económico, satisfacer sus necesidades energéticas pero siempre aportando a la lucha contra el cambio climático.

Con el lema “Forjando al futuro de la energía”, el evento, organizado por Siemens Energy, contó con la presencia de empresas energéticas, voceros gubernamentales y de las asociaciones civiles, para abordar los desafíos y oportunidades regionales en el camino hacia la transformación energética y la descarbonización.

Fueron nueve paneles en los que se trataron temas como la producción a gran escala de hidrógeno verde y tecnologías de digitalización que contribuyan a allanar el camino para un futuro energético sustentable en América Latina.

Transición y transformación

Al abrir el seminario, Christian Bruch, presidente y CEO de Siemens Energy, llamó a los países de la región a avanzar en estrategias para reemplazar combustibles fósiles por alternativas verdes, lo que incluye el desarrollo de e-combustibles para la industria automotriz.

“Para ello, es necesario llevar a cabo una transición adecuada, debemos transformar la industria con la introducción a una nueva tecnología y tener en cuenta que estamos discutiendo los cambios fundamentales del sistema eléctrico lo cual requiere de una inversión masiva de infraestructura, producción y transporte”, agregó.

En ese marco, pidió instrumentar una estrategia para saber cómo reutilizar infraestructuras que ayuden a la descarbonización. “En ese sentido, el hidrógeno es un elemento que brinda oportunidades para lograrlo, y tal vez no sea la solución para todo, pero sí va a ser un elemento importante para el futuro, además de la electrificación”, aseguró.

Por su parte, Tim Holt, miembro del Managing Board de Siemens Energy para la América Latina, pidió aprovechar lo mejor de las sinergias locales a favor de medidas efectivas que tengan como objetivo impulsar la transformación energética en todos los países de la región.

Desde Siemens Energy pidieron aprovechar lo mejor de las sinergias locales.

El interés de este grupo alemán por la energía no contaminante verde se vincula al potencial que, por sus recursos renovables, tienen países como Chile y Argentina, considerados dos mercados óptimos para la producción de hidrógeno verde.

De hecho, Siemens Energy ya trabaja junto a la automotriz alemana Porsche en un proyecto piloto en Chile, que se espera sea la primera planta integrada, comercial, a escala industrial del mundo para producir combustibles limpios.

En Argentina, el holding europeo también está preparando planes a mediano plazo para copiar el modelo chileno porque sus ejecutivos consideran que el país tiene recursos de energía renovable, pero sobre más cantidad de superficie.

Durante el evento, Tim Holt, remarcó este potencial pero también advirtió que “la región puede quedarse atrás si no encara la transición energética de forma temprana”.

Tras calificar al hidrógeno como “la siguiente frontera”, se mostró confiado en la posibilidad de que países como la Argentina puedan contar con la capacidad de producir hidrógeno barato que, convertida en una molécula, pueda ser exportada a Europa o América del Norte.

“El hidrógeno brinda energía a bajo costo y amigable con el ambiente”, agregó Holt, para quien el cambio hacia nuevas tecnologías “no se dará de la noche a la mañana y será necesario apoyar la transformación a partir d diseñar una base activa de transición”.

Por su parte, Karin Amin, vicepresidente ejecutiva de la División de Generación de Siemens Energy, mencionó el interés de inversores por participar en temas de sustentabilidad, por ejemplo en los bonos verdes y sociales. “En ese sector, se han invertido u$s10.000 millones en los últimos años”, recordó.

A la vez pidió trabajar en dos vertientes. Por un lado, la sustentabilidad de la red de la energía y por otro la optimización y descarbonización del insumo para las actividades económicas como la industria, agricultura y transporte.

Del mismo modo, Javier Pastorino, managing director de Siemens Energy, Argentina, Chile y Uruguay, destacó que el hidrógeno es actualmente un gran jugador para poder llegar a la descarbonización del mundo en los siguientes años.

“Podemos hablar del hidrógeno con una expectativa mayor porque tenemos una conciencia global respecto a la urgencia del cambio climático, la aceleración y la toma de decisiones en la descarbonización del sector con emisiones muy altas”.

También calificó a la electrificación como un pilar esencial en el proceso de la transición energética. “Se tiene que lograr el mejor costo de producción y tener combustibles limpios”, reclamó el ejecutivo durante su presentación en el seminario.

Entre los participantes del evento también se destacaron ejecutivos de varias automotrices, como Oliver Blume, CEO de Porsche AG, para quien Latinoamérica juega un papel muy importante en los e- combustibles, a la vez que recordó el proyecto chileno, donde la empresa está invirtiendo u$s20 millones.

Porsche vende una tercera parte de los autos eléctricos producidos en Europa en 2020.

Además, dijo que el objetivo de Porsche es la electromovilidad, ejemplificando con las operaciones que actualmente llevan a cabo y que, por ejemplo, le permitieron vender una tercera parte de los autos eléctricos producidos en el 2020 en Europa. “Esto es el 50% de lo que nosotros esperamos para el 2025, que es el 80% de autos eléctricos. Esta es una parte de nuestro pilar y como estrategia queremos ser neutrales en carbono para el 2030”, detalló.

Otro de los participantes del seminario fue Enrique Alba, director General de Iberdrola México, quien aseguró que el hidrógeno verde ya es un negocio competitivo para las empresas y defendió lo que supone una “gran oportunidad” para descarbonizar América Latina.

“La región se tiene que sumar porque el hidrógeno verde será una gran oportunidad tanto en el precio como para dar competitividad a la región”, sostuvo durante su intervención.

Para Alba, la tecnología necesaria para producir hidrógeno verde ya es “una realidad” y permite sustituir el hidrógeno gris a las empresas y los países.

Explicó que México, Brasil, Colombia o Venezuela todavía usan mucho transporte de mercaderías por carreteras mediante grandes camiones que podrían usar hidrógeno verde.

“Las energías renovables no solo son la vía para lograr el objetivo de descarbonizar el planeta en el 2050 sino que aportan competitividad a las industrias, las empresas y los países”, detalló el ejecutivo de Iberdrola.

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Fecha de publicación: 05/07, 10:00 am