Electromovilidad: a qué apuesta la multinacional Scame en Argentina
Quieren instalar un cargador para autos eléctricos en cada ciudad del país. Cómo lo harán y qué potencial le ven al mercado nacional.
El uso de los vehículos más amigables con el medioambiente tiene un crecimiento constante en todo el mundo y Argentina no es ajena a la tendencia.
Si bien la producción nacional es reciente, ya existen algunos modelos como Tito, en la provincia de San Luis y otras apuestas locales en Misiones.
Con conocimiento en el mercado internacional, desde la multinacional italiana Scame, que tiene 18 filiales en el mundo, afirman que el crecimiento de la industria automotriz dedicada a los eléctricos es “exponencial”.
Por eso, lo filial en Argentina ya empezó a colocar cargadores de vehículos eléctricos en distintos puntos del país -llevan 14 hasta el momento instalados- y tiene un ambicioso proyecto: armar una red de cargadores gratuita y de acceso público con presencia en todas las provincias para alcanzar así un total de 50 puntos el próximo año.
Así lo explica Francisco Casella, e-mobility Marketing Manager de Scame Argentina en diálogo con Economía Sustentable, quien comenta que la empresa internacional en 1999 desarrolló el primer enchufe para vehículos eléctricos de bajo porte y en 2015, viendo que se avecinaba el boom de lo que es los autos eléctricos, empezaron a desarrollar los cargadores ahora sí para vehículos de gran porte.
“En palabras del CEO de la empresa, la unidad de negocios de cargadores va a pasar a ser uno de los pilares de la compañía”, remarcar Casella y cuenta que el facturado de la unidad de negocio de cargadores, en 2015 estaba en el orden del 6%, y “hoy está en 27%”.
Desde la empresa ven un potencial en Argentina para esta industria. “Definitivamente el mundo va hacia ese lugar y tarde o temprano nosotros también vamos a llegar ahí”, sostiene y agrega: “Tenemos que empezar a profesionalizarnos, a entender el mercado, a conocer las distintas tecnologías que entran en juego y estar preparados para esa demanda”.
Si bien el referente de la empresa en Argentina cita el último informe de ADEFA de 2020 donde apenas hay 111 autos 100% eléctricos, sostiene que “no hay autos eléctricos porque no hay lugares donde cargarlos. Y no hay puntos de carga porque no hay autos eléctricos”. “Nuestra idea de fomentar y aportar nuestro granito de arena a la electromovilidad es armar esta red de recarga”, agrega.
Gratuitos y públicos
Sobre por qué los puntos de carga son gratuitos y públicos, Casella sostiene que en la mayoría de los países donde empezó la infraestructuras de recarga, en un principio, “siempre suele ser gratuita”.
“Con el tiempo ese modelo no se puede sostener y se empieza a cobrar, pero por lo general empiezan así y se colocan en lo que llamamos grandes superficies: estacionamientos, supermercados, aeropuertos y shoppings. Este último es un lugar donde uno puede estar tres horas recorriendo y ese momento se aprovecha para cargar el auto”.
Desde la filial nacional remarcan que hoy el negocio en Argentina “está enfocado en usuarios particulares o empresas que estén migrando su flota de eléctricos y necesitan hacer una carga”.
A su vez, afirman que se requieren de ciertas alianzas para potenciar la carga de los autos eléctricos, ya sea que alguien provea “el espacio y/o la energía”. “Más vehículos, más demanda de cargados, hay que esperar que la rueda empiece a moverse”, sostienen.
En este sentido, están “expectantes” ante la posibilidad de tratar una ley de electromovilidad en el país. “Lo mencionó el Presidente este año en el inicio de las sesiones ordinarias en el Congreso y todos estamos a la espera y la expectativa de ver qué implica esta ley y si se va a poner una fecha límite como están haciendo otros países”, dice.
Y agrega: “Noruega tiene el 42% del parque automotor ya electrificado. Entendemos que tarde o temprano esto va a llegar”.
Para Casella se van a necesitar tres tipos de incentivos para que la industria arranque. “A la oferta, que ya está pasando, los vehículos que son híbridos o eléctricos tienen un arancel de importación más bajo; otro a la demanda, por ejemplo, líneas de créditos flexibles para la compra; y después al uso, como el caso del Gobierno de la Ciudad, que eximen de pago de patentes a los vehículos eléctricos. Ese sería un buen incentivo o por ejemplo, un subsidiar la electricidad que se use para la carga de eléctricos”.
Potencia de los cargadores
Con respecto a la potencia de todos los cargadores que tienen instalados, desde Scame explican que son de 7,4 kilowatts, que es la potencia estándar que admite la mayoría de los autos. “Todo lo que es bicis, monopatines, y demás se cargan directamente en un enchufe de la red, no necesitan de esta tecnología”, aclaran.
Y añaden: “Estamos pensando de qué manera integrar los dos cargadores para que las personas tengan las dos posibilidades, pero hay que hacerlo de una manera segura”.
En cuanto a extender este tipo de carga apuntando a la logística más pesada, como camiones o colectivos, explican que estos vehículos “se cargan exclusivamente en corriente continua, porque se necesita suministrar mucha energía en un tiempo corto” y que requeriría una inversión “muy grande” para poder llevarlo a cabo.
“Scame está desarrollando cargadores de corriente continua pero de momento no tenemos nada para ofrecer. Sí está el proyecto y se estima para mediados del año que viene, a nivel mundial, a partir de la compra de la empresa portuguesa de Magnum Cap Lda”, aclara Casella.