Qué es la hidrólisis alcalina o “acuamación” y por qué es un método más ecológico que la cremación
Los métodos tradicionales de entierro se consideran opciones ambientalmente contaminantes. Por qué y cómo se hace la acuamación.
Los métodos tradicionales de entierro, así como la cremación, se consideran opciones ambientalmente contaminantes cuando se busca llevar a cabo funerales más respetuosos con el medio ambiente.
En el caso de los entierros tradicionales, implica la tala de árboles y una significativa huella de carbono. Según datos de Ecofuneral, solo en Estados Unidos, se contaminan anualmente alrededor de 3 millones de litros de tierra debido al uso de formaldehído en el proceso de embalsamamiento de los cuerpos.
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En cuanto a la cremación, tampoco se considera una alternativa ecológica. Según información proporcionada por el Natural Death Center, una cremación requiere la cantidad de gas y electricidad equivalente a un viaje en automóvil de 800 km y emite más de 100 kilos de dióxido de carbono.
A pesar de estas opciones menos sostenibles, existen alternativas más respetuosas con el medio ambiente, como los ataúdes biodegradables, la compostación humana y las urnas ecológicas. Sin embargo, el término “acuamación” ha ganado popularidad en línea debido a su elección por parte de un arzobispo sudafricano.
Qué es la “acuamación”
El término proviene del inglés “aquamation” y se refiere a un proceso ecológico para descomponer un cadáver en aproximadamente tres horas. Aunque la FundéuRAE sugiere utilizar la expresión “cremación con agua” en lugar de “acuamación”, ambos términos se refieren al mismo tipo de proceso, que puede reemplazar a la cremación tradicional.
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Según una explicación de Interesting Engineering, el cadáver se coloca en un recipiente presurizado lleno de una mezcla de agua e hidróxido de potasio, luego se calienta a temperaturas entre 90 y 150°C para evitar la ebullición. A medida que aumenta la presión, la solución alcalina descompone suavemente la materia orgánica durante varias horas.
Este proceso licua todos los tejidos del cuerpo, excepto los huesos, que se secan en un horno, se reducen a polvo y se entregan en una urna a los seres queridos. El volumen de cenizas resultante es mayor que el de una cremación convencional.
Por qué es más sustentable la acuamación
A pesar de dejar un 32% más de restos orgánicos en comparación con la cremación, la huella ecológica de la acuamación es considerablemente menor. Según Bio-Response Solutions, una empresa estadounidense especializada en este procedimiento, no se emiten gases de efecto invernadero dañinos, y se utiliza un 90% menos de energía que en la cremación.
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La Asociación de Cremación de América del Norte (CANA) también destaca que la descomposición que ocurre en la hidrólisis alcalina es similar a la del entierro tradicional, pero se acelera significativamente debido a la presencia de químicos. Además, el líquido resultante, conocido como efluente, es estéril y contiene nutrientes beneficiosos, como sales, azúcares, aminoácidos y péptidos. Este efluente se elimina junto con las aguas residuales y se utiliza para fertilizar la tierra después de un tratamiento adecuado.
El proceso de acuamación se ha modernizado desde la década de 1990 y ha sido utilizado por figuras prominentes, como el arzobispo Desmond Tutu, quien recibió el Premio Nobel de la Paz en 1984 por su papel en la oposición al apartheid en Sudáfrica.
La legalidad de la acuamación varía según el país y la región. En Estados Unidos, algunos lugares la autorizan, mientras que otros no. En cambio, en España aún no está permitida por la legislación. Sin embargo, países como el Reino Unido, Canadá y los Países Bajos la han legalizado.
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