Una histórica empresa de la construcción transforma los desechos en energía y materia prima: ¿cómo lo hace?
Utiliza coprocesamiento, que permite tratar desechos industriales, del agro y residuos no reciclables urbanos, para que no terminen en rellenos sanitarios.
La cementera Loma Negra apuesta a la diversificación de su matriz energética a partir del “coprocesamiento” de residuos y la incorporación de un 50% de energía eólica a su consumo.
El año pasado, la mítica compañía fundada por Alfredo Fortabat y hoy parte del grupo brasileño Intercement, logró reemplazar 14 millones de m3 de combustible fósil por energía obtenida mediante el coprocesamiento de residuos.
Este proceso se realizó en la planta de Recycomb, perteneciente al mismo grupo, e incluyó el tratamiento de 1.000 toneladas de residuos sólidos urbanos no reutilizables, evitando que sean enterrados en rellenos sanitarios o vayan a parar a basurales a cielo abierto.
Además, con un consumo anual de 227 GW de energía eólica (equivalente al consumo de 100.000 hogares tipo), la firma de Olavarría se transformó en el mayor usuario privado de energía limpia proveniente de parques eólicos.
Estos anuncios fueron realizados el 5 de junio, Día Mundial del Ambiente, por Gabriela Guzzo, responsable del planeamiento de recursos energéticos de la compañía y gerenta de Recycomb.
Asimismo, Guzzo explicó en qué consiste el coprocesamiento de residuos. «Esta técnica permite transformar residuos no reciclables ni reutilizables, tanto de origen industrial y agrícola como urbano, incluyendo neumáticos, en energía y materias primas para la elaboración de cemento”, aseguró.
“A partir de un proceso térmico, residuos que irían a parar a un relleno sanitario o a un basural, se transforman en energía, sustituyendo el uso de combustibles fósiles y minerales no renovables”, detalló.
Además de la energía, se obtiene un material granulado, seco y homogéneo, que puede mezclarse con cemento y otros materiales para la construcción.
Un proceso circular
El coprocesamiento de residuos no genera cenizas, ya que estas son incorporadas a la mezcla para fabricar cemento, sin alterar su calidad.
Además, reduce la emisión de gases de efecto invernadero, el uso de combustibles fósiles y permite a la empresa optimizar su producción, dándole uso a sus propios desechos, así como a los de otras industrias y municipios, permitiéndoles reducir su huella ambiental.
Los combustibles desarrollados con esta tecnología son de dos tipos, dependiendo de la clase de residuos utilizados:
- Líquido, proveniente del tratamiento de efluentes de refinerías, industrias automotrices, siderúrgicas, químicas y de pinturas
- Sólido, elaborado con residuos sólidos y pastosos generados por esas mismas industrias más alimenticias y papeleras.
Los tipos de residuos que pueden tratarse con coprocesamiento son, por un lado los “especiales”: tierras de filtración, grasas, pinturas, barros de fondos de tanque o de piletas de tratamiento de efluentes.
Y por otro lado los residuos Industriales No Especiales (RINEs): descarte de packaging, embalajes, pallets, maderas, descartes de plásticos y textiles.
La idea es convertir en energía aquellos residuos que no pueden ser usados ni reciclados. A partir de esta iniciativa “Loma Negra está liderando el cambio hacia una industria de cemento más sustentable”, afirmó Guzzo.
La estrategia de sustentabilidad de la compañía se completa con los programas sociales de la Fundación Loma Negra, que incluyen orientación vocacional, formación laboral y capacitación en oficios para jóvenes; actividades de voluntariado y desarrollo de emprendedorismo y negocios inclusivos.