Qué es la cochinilla, un insecto que está presente en la mayoría de los alimentos
Se utiliza en varias industrias como colorante natural, sobre todo en la industria alimentaria. ¿Es realmente natural? ¿Cómo es el proceso?
Recientemente se ha despertado una “polémica” con ciertos productos como los yogures de frutilla por el colorante que utilizan conocido como “E-120”. El mismo es un colorante natural y se extrae de la cochinilla grana, un insecto que se alimenta de plantas como nopales que, al molerlo, se obtiene ácido carmínico.
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¿Cómo se obtiene el colorante “E-120” y en qué alimentos está presente?
Como mencionamos previamente, el colorante “E-120” se obtiene al recolectar las cochinillas hembras de plantas como los nopales. Luego, se dejan secar al sol para posteriormente hervirlas a 100° C en agua con una parte de ácido sulfúrico.
Posteriormente, el ácido se disuelve, las partículas insolubles se eliminan bajo la técnica de filtrado y se obtiene una solución obtenida se trata con alumbre para obtener un colorante rojo carmesí. Para obtener 50 gramos de dicho colorante se necesitan, aproximadamente, 1 kilo de estos insectos.
Este colorante se encuentra en una gran variedad de productos como la ropa, los productos cosméticos, y, entre otros, los alimentos. Dentro de la industria de alimentos se encuentran algunas gaseosas, embutidos, golosinas como las “gomitas”, helados, productos de panadería como las donas y, especialmente, en los yogures.
Por lo general, suele estar presentes en aquellos alimentos de color rojo, por lo general los de sabor “frutilla” o similares, o los alimentos que, naturalmente no son rojos, pero se desea darle cierta tonalidad como, por ejemplo, las salchichas.
¿Cuáles son los beneficios y perjuicios de utilizar este tipo de colorante?
Entre los principales beneficios de este tipo de colorante se encuentra un mayor grado de seguridad frente los colorantes artificiales, siendo por lo general creados a partir de derivados del carbón o el petróleo, y, por otra parte, se apoya a ciertas comunidades en países como Perú que su sustento depende de esta actividad.
De hecho, el 85% del comercio mundial de este producto se concentra en Perú. Entre sus perjuicios, se encuentran las reacciones alérgicas y respiratorias que sufren algunas personas, además de que puede contener alérgenos.
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Por otra parte, muchos defensores de los derechos de los animales reclaman que se usa una enorme cantidad de insectos para producir este colorante (más de 60.000 insectos para tan solo medio kilo de colorante artificial), por lo que apelan a opciones más sustentables.
Además, si bien son productos aptos para el consumo humano, no sea han realizado estudios a largo plazo sobre los efectos de un consumo prolongado de este colorante, generando preocupación en algunos consumidores.
En cuanto a las alternativas sustentables se encuentra el “licopeno” un extracto natural a base de tomate. El mismo fue reemplazando el uso de la cochinilla en empresas como Starbucks, luego de que en el 2012 se despertara la polémica por el uso de este colorante en algunas de sus bebidas, tortas y cafés.
Otra de las opciones es la betamina, obtenida a través de la remolacha, otorgándole coloración a los alimentos de forma natural. Sin embargo, estos colorantes tienen la ventaja de tener un tiempo de duración corto y es más difícil de usar.
Por ejemplo, la betamina se suele degradar al exponerse a la luz, por lo que se utiliza en alimentos de “corta duración”, es decir, aquellos con fechas de vencimientos cortas o en productos congelados. Por estos motivos, el carmín será, de momento, siendo una de las opciones más utilizadas en la industria alimenticia.