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En Mendoza

Así funciona la planta más grande de vegetales deshidratados de la Argentina

Es la única deshidratadora de Unilever en el mundo y recibe 15.000 toneladas de vegetales crudos al año. Cómo es el lugar donde se producen alimentos de la firma Knorr.

Unas 400 familias trabajan de manera directa al año en la planta más grande de deshidratación de vegetales que tiene en Argentina. Con más de 7000 m2 de extensión, en un terreno de 74.267m2, se trata de la única planta deshidratadora de Unilever en el mundo donde se producen alimentos de la marca Knorr.

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Allí se procesan en tres líneas de producción 15.000 toneladas de vegetales crudos anualmente, que se traducen en 3.200 toneladas de vegetales deshidratados entre escamas, granulado y polvo, que se destinan en un 90% al mercado local. Solo un 10% se exporta a Alemania, Brasil y México (dentro de Unilever), explican desde la empresa al hacer el recorrido donde Economía Sustentable estuvo presente.

Así es la planta donde se procesan en tres líneas de producción 15.000 toneladas de vegetales crudos anualmente,

“Trabajamos de lunes a sábados en turnos de 8 horas. Por ejemplo en zapallo, en un solo turno procesamos 20 mil kilos, es decir, unos 60 mil por día. Y en hojas, 30 toneladas por día y 10 por turno”, contó Ramiro Cabrera, jefe de planta y detalló que en la actualidad la fábrica está en un 67% de ocupación de producción aproximado, por un tema de estacionalidad de los productos y del consumo en sí.

En el lugar se deshidratan zanahoria, zapallo, espinaca, albahaca, repollo, puerro, tomate, ajo, papas, pimiento rojo, cebolla y batatas, de acuerdo a la estacionalidad de cada vegetal, con los que luego elaboran los productos de la marca. ¿Cuál es el que más eligen los argentinos? El pack de espinaca, luego la cebolla y la zanahoria y en último lugar el de morrón.

Cómo es el proceso de deshidratación

Antes de ingresar al corazón de la fábrica, Cabrera muestra cómo arranca el proceso de deshidratación con tres variedades de zapallos. Una de ellas, es el “Zapallo Aconcagua”, variedad híbrida que desarrolló Unilever junto al al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en 2006, que luego la empresa brinda la semilla a los productores locales para producir esta variedad.

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¿Cómo es el proceso de deshidratación? En este caso mostrarán el proceso del zapallo, para poder ver el paso a paso. Primero se introduce el vegetal crudo, donde se corta, pela y lava. Luego, de manera manual se le quitan las semillas y cualquier residuo que tenga de por sí el zapallo. Se pica en cubitos, que se precocinan con vapor.

Ramiro Cabrera, jefe de planta, explicando cómo es el proceso de deshidratación.

Los cubitos pasan en placas de hornos de secado, donde reciben aire caliente y se logra disminuir el porcentaje de humedad hasta un 6 y un 8%. Se trata de siete hornos semi continuos que hay en la planta y trabajan con 10 bandejas, donde circula aire caliente por su interior, provocando evaporación y reducción del líquido.

Se agrega más calor, y ya está listo para ser embolsado. En el caso del zapallo, se empaqueta en bolsas de 20 kilos que se envían a la planta que la empresa posee en Pilar, provincia de Buenos Aires, para realizar, por ejemplo, sopas.

El deshidratado, ¿es más sustentable?

En cuanto a la sustentabilidad, Ana Hernández Hermida, Brand Manager de Knorr Argentina destaca dos puntos claves del sistema de producción. “El deshidratado en sí, que es una forma sustentable de conservar el producto en sí porque comparado con un congelado o con otro tipo de conservas, es un producto que no necesita refrigeración y además te permite ahorrar en el transporte porque al concentrar ese ese vegetal arras transportándose versus un vegetal menos”, detalla.

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Y agrega: “A su vez, el segundo es el pack de los vegetales deshidratados en reciclable entonces nos permite que vuelva ese ciclo. La sustentabilidad es 360 en todo el porfolio y estamos buscando nuevas oportunidad para que sea más circular”.

Cabe remarcar que el packing es “7 otros”, por lo que incluyen una variedad de materiales plásticos que son difíciles de reciclar, por lo que hay que colocarlo en una ecobotella. Sin embargo, desde la firma admitieron que “están probando nuevas alternativas para que el proceso sea aún más circular”.

El proceso de empaquetado, en este caso de zapallo para producción de más productos del portfolio de Knorr,

Sí cuentan con una política de reutilización del agua y otra de residuos, donde solo se desperdicia el 1% de lo que producen, lo demás va a compost o se hacen unos barros que se los brindan a los productores.

“Junto al INTA, capacitamos a los agricultores que cultivan nuestras hortalizas y que son procesadas en la planta para producir nuestras sopas, caldos, deshidratados y condimentos. Implementamos diferentes prácticas desde el campo hasta la góndola: el riego por goteo, que nos permite ahorrar más 30% de agua en la producción, la aplicación de mulching para proteger el suelo de la erosión y la eficientización de rutas de distribución que permite ahorrar 15 toneladas de CO2 por mes solo en este aspecto”, agrega María Bulla, gerente de Responsabilidad Corporativa e Impacto Social Unilever Argentina.

Cuidar la cadena de valor

“Hoy un tenemos un sistema de trazabilidad en donde si uno agarra una sopa Knorr que contiene zapallo, me permite hacer toda la trazabilidad para saber qué productor fue el que entregó ese zapallo”, precisa Cabrera durante la visita donde Knorr le abrió las puertas de su cocina a distintos medios, cocineros e influencers para mostrar cómo se cultivan y deshidratan sus vegetales en la provincia.

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Todo arranca con 10 fincas de las provincias de Mendoza, San Juan y Córdoba, que son proveedores directos de la multinacional. Allí se trabaja con agricultores locales a quienes se capacita de forma permanente, promoviendo además el desarrollo de la comunidad, y se “cultivan y cosechan todos estos vegetales de manera sustentable”.

Como es el caso de José Gámez, dueño de la finca Los Almendros, en la localización de Maipú, que hace 30 años es proveedor de la multinacional además de abastecer al mercado local.

José Gámez, dueño de la finca Los Almendros, es proveedor de la compañía hace 30 años.

Gámez contará mientras recorremos la finca entre plantaciones de zapallo, espinaca, ajo y tomate que toda la cosecha es manual y que en el lugar trabajan entre 10 y 15 personas. “Comencé a trabajar en la finca con mi padre en el 76’ y luego me instalé a vivir con mi esposa. Toda una vida tenemos acá y hemos pasado por todo. Trabajamos con rotación de cultivos y el riego se hace por goteo”, dice el productor de 68 años.

Comer mejor, la premisa

Desde la firma destacaron que el 80% de los hogares tiene al menos un producto de Knorr en la Argentina. “Queremos inspirar a más personas a comer mejor, a incorporar más variedad y cantidad de vegetales, promoviendo una alimentación más consciente y saludable. Los vegetales están en el corazón de todo lo que hacemos”, señaló la Brand Manager de Knorr Argentina, y agregó: “Trabajamos bajo dos pilares fundamentales: cómo sumar más variedad de vegetales a las comidas y, por otro lado, cómo cuidamos esos ingredientes desde el origen hasta la mesa.

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Y remarca que los vegetales deshidratados de la firma “no tienen aditivos, sal ni conservantes. Lo que llega a la mesa de cada argentino es el mismo vegetal que está en la planta”.

De la huerta a la góndola del supermercado.

En este sentido, están promoviendo la producción sustentable, en base a una agricultura regenerativa, entendida como un método de reconversión, que se enfoca en la idea de conservar y revitalizar los procesos biológicos del suelo, la biodiversidad, la calidad del agua, la resiliencia climática y la rentabilidad agrícola.

En este punto, la compañía trabaja en alianza junto al INTA a través del cual se brindan herramientas, ciencia y tecnología para cultivar alimentos más sustentables.

El INTA hace más de 30 años que trabaja en alianza con Unilever.

“Hace más de 30 años que trabajamos en alianza con Unilever. Las variedades que se usan en la planta de deshidratado no son las mismas que se ven en las verdulerías, son variedades de hortalizas desarrolladas para el deshidratado -Zapallo Aconcagua, Zanahoria Nara, Cebolla Alfredo- producto de mucho trabajo. Con orgullo podemos afirmar que en muchos caldos y sopas que se consumen en la Argentina y en otros lugares del mundo está presente la genética naciona”, afirmó Claudio Galmarini, especialista en mejoramiento genético de hortalizas del INTA.

Y sumó: “Además estamos colaborando en la transición hacia la agricultura regenerativa, una manera de producir respetando las maneras que tiene la naturaleza de regenerarse así misma. Respetar las condiciones ambientales en las que se produce, preservar la fertilidad del suelo, la biodiversidad del suelo, conservar el agua, principal problema de nuestra región”.

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Fecha de publicación: 17/04, 4:22 pm