La marca china que avanza y preocupa desde Tesla hasta los fabricantes argentinos de autos eléctricos
Es uno de los productores asiáticos más grandes de China. Nació como fabricante de baterías, y luego las llevó a los vehículos. Quiénes son, cómo piensan y qué objetivos tienen.
En 1995 Wang Chuanfu, un joven de 29 años que había estudiado ingeniería y físico química, se unió con un primo y fundó BYD en Shenzhen, una ciudad al sureste de China. Era una fábrica de baterías eléctricas para celulares, notebooks y otros aparatos electrónicos.
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Los autos eléctricos no estaban todavía en el centro de la escena de la movilidad, pero en 2002, cuando Chuanfu decidió comprar Qinchuan Automobile Company, una empresa estatal de autos que estaba atravesando un mal momento, se dio cuenta que tenía la materia prima más preciada de la industria automotriz, las baterías, y el negocio cerró a la perfección.
Cuatro años después, con el BYD F3, apareció el primer auto eléctrico que hizo despegar a la marca primero en China y después en otros países de Asia. Y mientras en Europa muchos fabricantes veían a BYD como una amenaza por su tecnología y bajos costos, que le permitieron ofrecer vehículos eléctricos a precios casi imposibles, en su crecimiento fue por más.
Hoy, BYD acorrala a Tesla, la empresa estadounidense de Elon Musk que parecía inigualable, y ahora llegó a América Latina, con la compra de una fábrica en Brasil, para producir para autos eléctricos más económicos para la región, confirmando que va por los “grandes y pequeños productores”, ya que el valor de sus unidades podría ser más bajo que las comercializadas por fabricantes locales de autos eléctricos como Tito y Sero Electric.
El plan regional de BYD
BYD fabricará en Brasil autos híbridos y eléctricos; en otra nave se especializarán en camiones eléctricos y chasis de autobuses; y en otra procesarán fosfato de hierro y litio para exportar. Ese será un centro para abastecer a toda América Latina.
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La capacidad de producción de la planta de autos será de unas 150.000 unidades anuales, pero los planes de la compañía es duplicar esa cifra en el futuro. Los modelos híbridos que se podrían producir son el auto compacto Dolphin y el SUV Song Plus, en su versión PHEV (híbrido enchufable), en tanto el vehículo 100% eléctrico elegido es el compacto Seagull.
Por entender la competencia, mientras el vehículo eléctrico básico de BYD, el Seagull, cuesta 11.000 dólares, el Tesla sedán Model 3, sale 36.000 dólares.
Un nuevo producto de BYD que también preocupa a Tesla es el recién presentado Song L, rival del Model Y.
El SUV presentado hace unos meses mide 4,84 metros de largo, 1,95 metros de ancho y 1,56 metros de alto. Es más grande que un Model Y, con un gran espacio interior y un motor con 230 kW (308 CV) de potencia y otro superior de 380 kW (510 CV).
El valor actual de BYA
El fabricante de autos eléctricos llegó a convertirse en una empresa de gran valor. Cuesta u$s18.700 millones.
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En 2008, el multimillonario inversor estadounidense Warren Buffett compró una participación de 10% en BYD Auto, por considerar que algún día se convertiría en “el mayor actor de un mercado mundial del automóvil que inevitablemente se volvería eléctrico”.
Y tenía razón. Hoy, China domina la producción mundial de vehículos eléctricos, en gran parte gracias a BYD. Este fabricante creció porque se especializó en las baterías, el componente más caro de los vehículos eléctricos, y fabricarlas internamente ahorra mucho dinero.
Según sus propias informaciones, la compañía trabaja con una integración vertical ocho en uno. Es decir, ocho de sus componentes más importantes los producen ellos mismos, como las baterías, los semiconductores, el software o las bombas de calor, por poner algunos ejemplos.
Pero no quieren que esto se quede aquí. Y la compañía ya está construyendo sus propios barcos, para ganar mayor a la hora de hacer sus envíos y ahorrar en costes de transporte.
