Emprendedores tucumanos transforman desechos plásticos en pintura

Transformar la basura plástica en color y en arte fue la visión que inspiró al ingeniero industrial tucumano Julián Sorroza para fundar Xenilab, una empresa de base científica que produce pintura a partir de botellas y bolsas plásticas desechadas.

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El proyecto surgió hace dos años, cuando Sorroza, quien trabajaba en una planta metalúrgica e integraba la ONG Fundación Nodo Ambiental, empezó a investigar procesos químicos para reciclar plásticos. “Hoy está bastante desarrollado el reciclado mecánico de plásticos, pero yo quería explorar otras alternativas”, comenta.

“Hace tiempo tenía ganas de emprender, pero no en cualquier cosa, sino en algo que me permitiera combinar ciencia, tecnología, cultura y cuidado del ambiente”, destaca Sorroza, que si bien estudió Ingeniería Industrial en la Universidad Santo Tomás de Aquino, se había vinculado con las temáticas ambientales desde el secundario, al participar de los “modelos de Naciones Unidas” impulsados por la organización OAJNU.

Su primera idea era hacer murales con plásticos reciclados. Y se contactó con Vanessa González Lemus, doctora en Química, quien aportó sus conocimientos y experiencia en el laboratorio.

Sorroza y González Lemus idearon un procedimiento para obtener resinas (que es la base de toda pintura) a partir de plástico pelletizado o molido. “Trabajamos con botellas pet y bolsas de polietileno de baja densidad, que son los tipos de plástico más abundantes y que hoy más se desechan”, explica.

Con un kilo y medio de plásticos se obtienen resinas para 4 litros de pintura. Luego hay que agregarle solventes, aditivos antihongos, espesantes, humectantes y dispersantes.

Los emprendedores desarrollaron dos tipos de pintura blanca, a la que luego adicionarán colorantes naturales. “Estamos en una etapa de optimización y pruebas de calidad, ensayando en distintas condiciones de temperatura y humedad para evaluar su poder cubritivo e impermeabilizante”, detalla el emprendedor.

El objetivo es que tenga un precio competitivo en relación a las pinturas convencionales, aportando el diferencial de cuidar el ambiente y un poder impermeabilizante mayor, ya que está hecha de envases PET

Emprendedores argentinos con impacto

Actualmente componen el equipo de Xenilab, además de los socios fundadores, los ingenieros industriales Rosario Ottonello y Martín Robles; y la contadora Susana Conrad.

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Por su grado de innovación e impacto ambiental y social, la startup obtuvo diversos reconocimientos como el Premio Naves que otorgan el IAE Business School y la Fundación Banco Macro; el premio “Mi Primera Empresa” del banco BBVA; y resultaron finalistas del premio “Emprendimiento Argentino 2023” organizado por la Subsecretaría de Desarrollo Emprendedor. También participaron en varios programas de incubación y aceleración de startups y actualmente están en tratativas para ser incubados por la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN).

La tecnología para fabricar resinas a partir de plásticos es similar a la que ya utilizan las fábricas de pintura, así como pequeñas industrias farmacéuticas y alimenticias. “Es un proceso sustentable y circular, que aprovecha todo el plástico y solo genera vapor, que al condensarse se recircula como energía”, describe Solorza.

Además, es una alternativa de valorización de un desecho altamente frecuente y contaminante. Se calcula que en la Argentina se consumen anualmente 1,8 millones de toneladas de plástico y solo un 13% de ese volumen vuelve al circuito productivo a través del reciclado según datos de la Fundación Banco de Plásticos.

Según un estudio de la World Wildlife Foundation (WWF), una persona ingiere en promedio 21 gramos de plástico por semana, lo que equivale al peso de una tarjeta de crédito o de débito. El impacto de esta ingesta no es inocuo ya que, de acuerdo a un estudio de la Sociedad Mundial de Endocrinología, los microplásticos contribuyen a generar distintos tipos de cáncer, diabetes, daños en los riñones, el hígado y la tiroides. También provocan desórdenes metabólicos, impactos neurológicos y alteraciones en la fertilidad.

Búsqueda de nuevos inversores

“Estamos buscando un socio estratégico a quien -una vez tengamos definida la línea de productos-, podamos transferir el know how para comenzar a fabricar la pintura a escala, apuntando al mercado de hogares para interior y exterior”, comenta el socio de Xenical.

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El desarrollo del producto se financió con capital propio más los premios obtenidos y un aporte de la aceleradora local Latam Explorer VC.

“Para la próxima etapa necesitamos capital. Nos habían otorgado un Aporte No Reembolsable (ANR Dinámico) de la Secretaría de Industria por $8 millones. Pero tenemos que volver a reunirnos porque después de la última devaluación aumentó todo y si bien la mayoría de los componentes que usamos con locales, necesitamos importar un par de equipos”, comentó Sorroza.

Y destacó que “si todo sale bien, saldremos al mercado con la nueva pintura a mediados del año que viene”.