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El Gobierno quiere crear el dólar “sustentable” para pagar la deuda externa: ¿de qué se trata?

En la cumbre sobre cambio climático del G20 que se lleva a cabo en Nápoles, funcionarios locales propusieron canjear la deuda externa por acciones climáticas.

La Argentina debe ser el país donde el dólar tiene más denominaciones. Además del oficial o ahorro, conviven otras 15 variantes en la economía local, lo cual evidencia la fuerte dependencia de los argentinos por conocer a diario la cotización de la moneda norteamericana y sus diferentes opciones.

Una obsesión por el derrotero del dólar que se ha convertido en la principal herramienta de ahorro porque el peso es débil y poco confiable como reserva de valor, además de que se desvaloriza mes tras mes por la inflación.

En este incierto escenario económico vienen conviviendo muchas variantes del billete verde, como el mayorista y minorista; el dólar turista; el MEP; el CCL y el blue, además de los que se usan para importar o exportar materias primas y productos como el dólar soja; lácteo y hasta el dólar Netflix.

Quizá sin ser el objetivo final, el Gobierno acaba de contribuir a semejante confusión cambiaria proponiendo la creación de un nuevo dólar: el “sustentable” o “verde”, viene acorde al color que identifica a la moneda de curso legal en los Estados Unidos.

Cabandié pidió en el G20 “un canje de deuda por acción ambiental y climática”.

El vocero de la iniciativa es el hizo el ministro de Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, quien se encuentra participando de una cumbre del G20 en la ciudad italiana de Nápoles en la que se debate el cambio climático a nivel global.

Los países del G20, que representan casi el 90% del PBI mundial, en torno a dos tercios de la población mundial y alrededor del 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero, tratarán de firmar acuerdos para dar ejemplo y desempeñar un papel importante en la limitación del calentamiento global a 1,5 ° C y en la búsqueda de soluciones viables para luchar contra el cambio climático.

En dicho escenario y frente a la resto de sus colegas de este grupo de países, el funcionario del Frente de Todos propuso usar los dólares reservados para pagar la deuda externa para generar acciones climáticas, proteger bosques nativos, desarrollar más parques eólicos y solares.

En definitiva, inventar el dólar “sustentable” teniendo en cuenta que, según la visión de Cabandié, “como es imposible conseguir dólares sin contaminar, qué mejor que, con esos dólares que tendríamos que pagarle teóricamente a algún organismo internacional, podamos mejorar el medio ambiente”.

Una forma casi diplomática para que el país incumpla nuevamente con los compromisos asumidos, por ejemplo, con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para cancelar el pago de una deuda multimillonaria que supera los u$s52.000 millones y que se encuentra bajo negociación.

En este sentido y como portavoz del gobierno del presidente Alberto Fernández, el titular de la cartera medioambiental considera posible transformar esos dólares “contaminantes” en “sustentables” y así canjear la deuda externa por acciones climáticas que conduzcan a cumplir los objetivos firmados en el acuerdo de París para el 2030.

Su propuesta consiste en que los países elaboren planes de mitigación y adaptación contundentes y ambiciosos, conforme a sus condiciones y circunstancias nacionales, y que una porción de la deuda se oriente a su implementación efectiva.

¿Cuál es la idea inicial?

Que se suscriba un pacto global auditado por las Naciones Unidas (ONU) que permita favorecer e impulsar el desarrollo de industrias no contaminantes en países con una economía golpeada como actualmente es la Argentina.

Para Cabandié, “hay 80 países en el mundo con crisis de deuda y algunos el año que viene van a tener riesgo de quiebra”.

El argumento le sirvió al ministro para hablar sobre la necesidad de poder discutir su propuesta de cambio de deuda por acción climática concreta, “que sería la mejor forma de lograr que los países en desarrollo alcancen ese desarrollo”.

El funcionario explicó que “los beneficios de estas inversiones permitirán una recuperación económica en línea con los compromisos asumidos en el marco del Acuerdo de París”. “Tenemos pocos meses para lograr un acuerdo y ocho años para dar lugar a una nueva etapa en el desarrollo humano integral y sostenible”, agregó.

Al mismo tiempo, y frente al hotel de Nápoles donde se llevaron adelante las reuniones, la organización Avaaz organizó una protesta con caretas de Diego Maradona, ídolo napolitano, para reforzar el planteo de Cabandie.

La organización Avaaz organizó una protesta con caretas de Diego Maradona para reforzar el planteo de Cabandie.

La protesta estuvo acompañada por una campaña en el diario Financial Times donde la organización pidió a los países “ricos del G-20 a reconocer su deuda ecológica y a comprometer financiamiento concreto en las acciones para mitigar el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad”.

Según Avaaz, el presidente de la 26a Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el brítánico Alok Sharma, “tiene un poderoso menú de herramientas para que el 50% de la financiación disponible se dirija rápidamente para atender la adaptación climática, ya que los impactos medioambientales negativos se han vuelto cada vez más severos, no sólo en los países en desarrollo, sino también aquí en Europa”.

En el caso de Cabandie, recordó que el evento debe dialogar sobre biodiversidad, finanzas “verdes”, transición ecológica y energías renovables, y dijo que la Argentina representa el 0,9% de las emisiones globales.

Pidió además no olvidarse que Latinoamérica tiene 240 millones de personas bajo el nivel de la pobreza y que en Argentina seis de cada 10 niños se encuentran en situación de pobreza.

También aseguró que el G20 tienen la posibilidad de imponer un precio mínimo global al carbono para reducir las emisiones y sostuvo que para alcanzar una “justa transición ecológica” el mundo debe hacer “convivir lo convencional con la energía renovable”.

En este sentido, Cabandié dijo que la Argentina ya cuenta con un 8% de su energía generada por mecanismos renovables y recordó que el Gobierno se comprometió a alcanzar el 30% para el 2030.

En el marco del encuentro, el funcionario también mantuvo reuniones bilaterales con México, España, la Unión Europea y Brasil, ante quienes pidió “solidaridad internacional y un diálogo honesto para construir acuerdos sobre la acción por el ambiente y el clima”.

Lo hizo por entender que el planeta atraviesa una crisis integral donde “el colapso ambiental, la recesión económica, la emergencia social y el avance de la pobreza se han agudizado como consecuencia de la pandemia, generando las condiciones para una potencial crisis global de deuda”.

Acelerar la transición

La reunión del G20, de la que participa Cabandie discute varias instancias sobre las políticas de los países frente a la crisis climática.

Por un lado, se trató “El capital natural para proteger y gestionar” y por otro el “esfuerzo conjunto para el uso circular y sostenible de los recursos”. Se busca establecer programa para acelerar la transición ecológica, frenar las emisiones contaminantes, propiciar las inversiones “verdes”, y combatir la contaminación marítima de los plásticos.

El encuentro se celebra bajo la presidencia de turno de Italia y el ministro anfitrión es el italiano de Transición Ecológica, Roberto Cingolani.

El encuentro reúne a los ministros mediambientales de las 20 economías más importantes del mundo con el objetivo de que alcancen acuerdos, inclusivos y sostenibles, que favorezcan la recuperación tras la pandemia, el impulso de la utilización de energías renovables y la aceleración del camino a recorrer para lograr la neutralidad del carbono en 2050.

Según medios especializados, los funcionarios centrarán sus trabajos en tres áreas fundamentales: cómo proteger la biodiversidad y restaurar los ecosistemas; cómo hacer uso eficiente de los recursos y fomentar la economía circular, y cómo incentivar las finanzas “verdes”.

Otra de las metas busca que los países se sumen a la iniciativa de “aceptar una descarbonización del 55% para 2030”, cuestión sobre la que no hay consenso, según dijeron recientemente varios miembros del G20.

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Fecha de publicación: 23/07, 3:51 pm