¿Qué es la carbono neutralidad y qué oportunidades de desarrollo y nuevos negocios genera para Argentina?
Ser carbono neutral implica reducir y compensar emisiones de gases de invernadero para evitar un punto de no retorno en la crisis climática. Qué medidas debe tomar Argentina para lograrlo antes de 2050.
Para limitar el aumento de las temperaturas globales promedio a menos de 1,5°C, es preciso reducir las emisiones de origen antroponégico (por actividad humana) un 45% para 2030 y llegar a 0 para 2050.
Este es el compromiso que asumió Argentina junto a los demás países firmantes del acuerdo Climático de París, a fines de 2015, que fue ratificado por el presidente Alberto Fernández el 22 de abril, en ocasión de la Cumbre de Líderes por el Dia de la Tierra.
El camino de la descarbonización de la economía hasta llegar a la neutralidad implica “no solo reducir sino generar emisiones negativas capturando carbono de la atmósfera en los llamados sumideros, como los bosques y los océanos”, explica Inés Camilioni, doctora en Ciencias de la Atmósfera, docente de la UBA e Investigadora del CONICET.
Científicos de todo el mundo han definido que el aumento de la temperatura global del planeta no debería sobrepasar 1,5°C respecto de los niveles pre-industriales, y al aumento por encima de los 2°C como un punto de no retorno. El problema es que la temperatura global ya ha aumentado en promedio 1,3°C y cada vez queda menos tiempo para frenar esta suba.
Desafíos y oportunidades
Lograr la carbono neutralidad es necesario por múltiples razones. Gabriel Blanco, Profesor de la Universidad Nacional del Centro (UNICEN) en las áreas de Energías Renovables, Cambio Climático y sustentabilidad; investigador y miembro del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), comenta algunas.
“En primer lugar, para evitar una crisis ecosistémica y cumplir con compromisos internacionales como el acuerdo de París; también por la cada vez más fuerte presión social; para evitar los costos económicos del Cambio Climático (que en Argentina, según un reciente informe del Banco Mundial representan pérdidas de u$s 1000 millones al año solo por eventos como inundaciones en la Pampa Húmeda); y por los riesgos de inversión en sectores como las energías fósiles, frente a demandas y pasivos ambientales.
Pero la neutralidad de carbono también “impulsa nuevos emprendimientos y negocios innovadores especialmente en la producción de alimentos y energía”, apunta Blanco. El sector de agroalimentos, alimentos orgánicos y energías renovables son algunos ejemplos.
Otra alternativa es participar en los mercados de carbono, que permiten compensar emisiones invirtiendo en proyectos sustentables como forestación y energías renovables. Asimismo, los proyectos que apuntan a reducción y compensación de emisiones acceden a financiación en mejores condiciones.
“Para Argentina, la descarbonización de la economía representa la oportunidad de transformar un modelo de desarrollo de base extractivista, basado en recursos naturales y commodities”, dice Blanco.
“Escenarios energéticos a 2050 muestran que las energías renovables son más eficientes y menos costosas que los hidrocarburos. Sin embargo, seguimos apostando a Vaca Muerta cuando no tenemos la capacidad financiera ni tecnológica para desarrollarla. Y algo similar sucede con la producción agropecuaria basada en monocultivo, cuyo paquete tecnológico no manejamos, como tampoco su precio internacional”, describe el experto.
Llegar a la carbono neutralidad implica tomar decisiones como: descentralizar y diversificar la producción, apuntando a producir en forma local y consumir en comercios de cercanía (lo que obviamente reduce la huella de carbono del transporte de mercaderías).
También generar un desarrollo territorial con cadenas de valor locales, soberanía tecnológica, energética y alimentaria y una mejor distribución de los recursos e ingresos, en lugar de un crecimiento desigual con economía concentrada”, detalla el especialista.