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Cuidar el Amazonas y descarbonizar la economía, los pedidos de un gigante de la cosmética en América Latina

El grupo de origen brasileño reclama un compromiso para proteger la reserva verde más grande del mundo. Los ejes centrales.

Cuidar el Amazonias y descarbonizar la economía, los pedidos de una de las compañías de cosmética más grande de América latina

Desde el 2019, el aumento de la deforestación y la quema de pastizales encendieron una luz roja para el futuro del Amazonas, la reserva verde más grande del mundo que abarca gran parte de la superficie de Brasil.

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En ese año, la tala de árboles fue un 62.7% mayor que en el mismo período del 2018 y los brotes de incendios crecieron un 70%, según datos del Instituto Nacional de Investigación Espacial (Inpe).

No se trata de problemas comunes si se advierte que la región tiene más de 30.000 especies de plantas; 100.000 animales y en donde residen cerca de 20 millones de personas. Además, tiene el poder de influir en el clima, con efectos no sólo locales sino también en el resto de América Latina y en todo el planeta.

Por lo tanto, la conservación del Amazonas se ha convertido también en un objetivo corporativo, de varias empresas con operaciones no sólo en Brasil sino globales que buscan colaborar para frenar el daño que está recibiendo la zona a partir de acciones concretas que permitan ayudar al ecosistema.

Amazonas se ha convertido también en un objetivo corporativo.
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Un caso es el de Natura, multinacional brasileña de cosméticos y productos de higiene personal y con fuerte protagonismo en el sector de venta directa no solo de ese país sino en el resto del Mercosur, incluyendo la Argentina.

La empresa forma parte de Natura & Co, resultado de la combinación de las marcas Natura, Avon, The Body Shop y Aesop que, desde hace varios años, viene reforzando su actuación en la sustentabilidad de los negocios y el cuidado del medioambiente.

Con operaciones en Argentina, Chile, Colombia, Estados Unidos, Francia, México, Perú y Malasia, sus productos se comercializan a través de las llamadas consultoras Natura o por la red de la empresa, su app y en tiendas en San Pablo, Río de Janeiro, París, Nueva York, Santiago, Buenos Aires y Kuala Lumpur, o en las franquicias “Acá hay Natura”.

A partir de una postura de defensa de una transición económica que valore la socio biodiversidad, conservando la Amazonia y valorando sus servicios ambientales esenciales, la compañía lanzó una serie de acciones orientadas a frenar la desforestación del Amazonia.

Lo hizo junto con Mapbiomas; InfoAmazonia y Hacklab y en el contexto de la conferencia COP 26 que se llevó a cabo hace unos días en la ciudad escocesa de Glasgow para analizar el impacto mundial del cambio climático.

Un aspecto importante del plan de la compañía se basa en la plataforma denominada PlenaMata, que monitorea la deforestación en la región en tiempo real.

El plan de la compañía se basa en la plataforma denominada PlenaMata.

Se trata de una herramienta que posee un contador de árboles talados por minuto y acres deforestados, a partir de información actualizada diariamente.

El objetivo es llamar la atención sobre la urgencia del tema y movilizar a la sociedad en torno a las iniciativas de conservación y regeneración de la selva, teniendo en cuenta que la deforestación ha alcanzado casi el 20% de la Amazonia brasileña desde el comienzo de la serie histórica en 1988. Es más, sólo en el 2020, el área deforestada alcanzó un millón de hectáreas.

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La importancia de conservar la zona se relaciona también con las actividades que lleva a cabo Natura en la Amazonia, donde opera desde hace más de 20 años, en un modelo de negocio que actualmente genera ingresos para 7.000 familias y contribuye a la conservación de dos millones de hectáreas de bosque.

Según un informe de la propia compañía, sus acciones “se basan en un enfoque de desarrollo territorial que involucra proyectos de compensación de carbono –comprando créditos a las comunidades proveedoras que forman parte de su propia cadena–, pago de participación en beneficios y apoyo a iniciativas con impacto social y ambiental”.

Entre el 2011 y el año pasado, este modelo ya movió cerca de u$s370 millones e impactó positivamente en la vida de unas 28.000 personas.

Natura es, además, carbono neutral desde el 2007, lo que significa que mitiga todas sus emisiones de carbono y compensa lo que no logra mitigar a través de proyectos socio ambientales.

Natura es carbono neutral desde el 2007.

De hecho, la empresa ya está evitando la emisión de más de 1,28 millones de toneladas de carbono y su próximo objetivo es cero emisiones netas para el 2030, lo que supone captar, a través de su modelo de negocios, más carbono del que emite.

Se trata de un objetivo que forma parte del llamado Compromiso con la Vida, un plan emprendido por todas las marcas del grupo Natura & Co con acciones para abordar algunos de los retos globales más urgentes, como la crisis climática y la conservación de la Amazonia.

Descarbonizar la economía

El grupo también propuso el compromiso para la deforestación cero de la Amazonia durante la 26ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima de Glasgow.

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A través de un documento distribuido en la cumbre, la compañía asegura que se trata de la selva tropical más grande del mundo, que ofrece un vasto potencial de captura de carbono, ya sea por la conservación del bosque en pie, por la regeneración de pastos y áreas degradadas o por la producción agrícola sustentable, una importante fuente de atracción de recursos e inversiones.

En ese contexto, asumió el desafío de articular esfuerzos para garantizar la deforestación cero del bosque para el 2025. Además, anunció sus planes para impulsar un acuerdo global para la descarbonización de la economía.

El documento apunta a cinco pilares estratégicos:
1) cero emisiones netas para 2050
2) mercado de carbono con inclusión social
3) Bio economía basada en soluciones de la naturaleza
4) deforestación cero en la Amazonia
5) justicia climática.

El texto destaca la necesidad de discutir la regulación del artículo 6 del Acuerdo de París, el compromiso climático multilateral más importante de los últimos años, que podría crear instrumentos económicos y financieros para establecer un mercado global de carbono.

En este sentido, Andrea Alvares -vicepresidenta de Marca, Innovación, Internacionalización y Sustentabilidad de Natura, advierte desde el trabajo sobre la necesidad de que los países asuman objetivos ambiciosos para generar oportunidades y escalar la transición de los principales sectores industriales a una economía baja en carbono.

La empresa asumió el desafío de articular esfuerzos para garantizar la deforestación cero del bosque para el 2025.

“Creemos que Brasil puede convertirse en un líder mundial en bioeconomía forestal con el fin de la deforestación, el uso adecuado de la tierra, las inversiones en ciencia y biotecnología y el acceso al conocimiento de los pueblos tradicionales, incluidos los indígenas y ribereños. La Amazonia nos pone en el lugar de protagonistas de la agenda global de sustentabilidad”, señala el ejecutivo en el informe.

También propone un debate más profundo sobre la transición a una economía que valore la sociodiversidad y los servicios ambientales esenciales proporcionados por la selva amazónica y las comunidades tradicionales que allí habitan.

Durante la conferencia de Glasgow, los ejecutivos de Natura reclamaron a los gobiernos que participaron del evento que redimensionen los esfuerzos globales para abordar la crisis climática y crear instrumentos económicos y financieros para establecer un mercado global de carbono, una directriz que permitirá a las naciones hacer la transición a un nuevo modelo de desarrollo.

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“Se trata de una oportunidad única para superar la desconfianza y la sensación de falta de alternativas para garantizar la seguridad climática del planeta”, destaca el trabajo de Natura, que recomienda la creación de una agenda que tendrá sobre la descarbonización la principal estrategia de desarrollo para los próximos 30 años.

Así es el nuevo envase con plástico recuperado del mar que presentó Natura.

“El mundo ha despertado a la emergencia climática, y muchos países se están adaptando a esta visión asumiendo compromisos públicos para reducir las emisiones de carbono. Esta actitud es un reflejo de la nueva economía y geopolítica global, en la que el tema climático es un componente estructurante”, agrega.

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En el caso de la Amazonia, el informe advierte que el protagonismo de Brasil en la agenda global de sustentabilidad, “sólo será efectivo si elegimos apoyar la transición a una economía que valore la socio biodiversidad y los servicios ambientales esenciales de este bioma, creando ingresos y fortaleciendo las comunidades locales y tradicionales para permitir el mantenimiento de la floresta en pie”.

Para lograrlo, la compañía reclama actuar más rápido y colectivamente, por entender que la selva amazónica está llegando a su punto de inflexión, desde el cual ya no podrá regenerarse. “Las acciones actuales del gobierno, a su vez, siguen siendo insuficientes ante el desafío de poner a cero la deforestación ilegal, el mayor vector del cambio climático en Brasil”, asegura.

Además de su compromiso con el Amazonia, el año pasado, Natura & Co lanzó su “Compromiso con la Vida”, un plan para abordar algunos de los problemas globales más apremiantes que se divide en cuatro pilares que el grupo considera fundamentales para establecer un modelo de desarrollo que conduzca a un mundo más próspero y justo.

El primero es alcanzar las emisiones cero, teniendo en cuenta que la emergencia climática y la pérdida de la biodiversidad causada por las actividades humanas representan una amenaza real y urgente para todas las formas de vida en la tierra.

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La empresa pide tener en cuenta la interdependencia, o las acciones de una persona o de una empresa que afectan a la otra, y viceversa. “Por ello, queremos ser agentes de movilización y cooperación, a través de alianzas que generen transformaciones positivas, a la vez que mejoren nuestras prácticas empresariales”, explica el documento.

En este marco, la compañía le pide a los gobiernos ser más ambiciosos en sus contribuciones determinadas a nivel nacional, para eliminar la deforestación, así como promover la regeneración de los ecosistemas, principales sumideros de carbono terrestres, a través de modelos que permitan la acción conjunta entre los sectores público y privado para lograr el objetivo de llevar las emisiones a cero.

“Buscamos promover un compromiso entre diversos grupos y actores de la política global, multisectorial y multilateral, para descarbonizar la economía, de manera que sea posible reducir a la mitad las emisiones para 2030, alcanzar el Cero Neto global en 2050 y limitar el aumento de la temperatura media mundial a un máximo de 1,5ºC”, detalla el informe.

Mercado de carbono inclusivo

El segundo objetivo de Natura es el de lograr un mercado de carbono con inclusión social que permita a los países transferir entre sí el resultado de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, evitar reducciones de doble conteo y garantizar la integridad climática global.

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La creación de este mercado global de carbono, con instrumentos económicos innovadores y mecanismos de financiación verdes e inclusivos, necesita fortalecer la conservación de los biomas y la protección de su socio biodiversidad en los términos del artículo 6 del Acuerdo de París.

Para la compañía, dichos mecanismos deben promover la generación de ingresos para las comunidades a través del pago de servicios ambientales esenciales para la vida que proporcionan, así como ayudar a la transición a sistemas agrícolas resilientes al cambio climático (agricultura y extractivismo sustentable y sistemas agroforestales) y regenerativos.

En cuanto al tercer objetivo, se refiere a la bioeconomía con soluciones basadas en la naturaleza. Es decir, al desarrollo de un mercado de servicios de descarbonización como una gran oportunidad para un país como Brasil, que tiene las condiciones y la vocación de promover la agricultura baja en carbono, la conservación forestal, la reforestación y la regeneración.

Las poblaciones más vulnerables a los problemas de género, raza e ingresos son las que menos han contribuido al panorama actual de emisiones de carbono.

“Un mercado global de carbono debe priorizar los modelos de compensación de las Soluciones Basadas en la Naturaleza (NBS, sigla en inglés), asegurando la regeneración y conservación de la biodiversidad, dado su potencial para la reducción y eliminación de carbono, y los beneficios que genera en términos de adaptación al cambio climático”, considera el documento de Natura.

El cuarto objetivo hace referencia a la justicia climática y los derechos humanos para que la regulación del mercado mundial del carbono reconozca el papel de las comunidades indígenas y los agricultores familiares en la conservación del medio ambiente.

La empresa pide promover los pagos de participación en los beneficios y los conocimientos tradicionales asociados, reduciendo las desigualdades que recaen sobre las poblaciones tradicionales y los pequeños productores, especialmente en los países de América Latina.

Según el informe, las poblaciones más vulnerables a los problemas de género, raza e ingresos son las que menos han contribuido al panorama actual de emisiones de carbono, pero son las que pagan el precio más alto, ya que se ven más afectadas por eventos extremos causados o intensificados por el calentamiento global.

“Por ello, abogamos por la creación de un Fondo Verde para el Clima, en el que los países desarrollados se comprometan a financiar y apoyar la adaptación de estas poblaciones a los efectos de esta crisis, posibilitando el acceso a tecnologías bajas en carbono y energías renovables, asegurándoles una vida digna y un desarrollo pleno”, reclama el paper.

Fecha de publicación: 19/11, 12:35 pm