Verónica Rosales, de Nestlé: “Más del 70% de nuestras emisiones vienen de los ingredientes, por eso es clave la agricultura regenerativa”

A nivel global, más del 70% de las emisiones de Nestlé provienen de los ingredientes. Por eso, desde una de las compañías más grandes de alimentos y bebidas del mundo afirman que es central trabajar en conjunto con los agricultores para cambiar la forma en que se producen los alimentos. ¿La clave? Impulsar la agricultura regenerativa.

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“Es la aplicación de prácticas agrícolas que mejoran la salud y la fertilidad del suelo, que absorben carbono, que restauran los ciclos naturales de los recursos como el agua y que fomentan la biodiversidad. Eso hace que las tierras sean mejores, más productivas y más resilientes al cambio climático”, definió Verónica Rosales, directora de Comunicaciones y Asuntos Públicos y líder de Sustentabilidad de Nestlé para Argentina, Uruguay y Paraguay, en diálogo con Economía Sustentable.

Nestlé estuvo presente por segundo año consecutivo en la Exposición Rural para conectarse con la cadena de valor, clave para que la empresa logre su ambiciosa meta: cero emisiones netas para 2050 a nivel global.

Durante el encuentro en el stand en el predio de Palermo, Rosales destacó que el espacio les permitió estar en contacto con los consumidores, eje central de la multinacional, más aún en un contexto desafiante como tiene la Argentina, donde la caída del consumo impactó «entre 15% y 20%» en la empresa en lo que va del año.

-¿Por qué desde Nestlé apuestan por la agricultura regenerativa?
-Nestlé hace muchos años que viene trabajando con varios proyectos asociados a la sustentabilidad como eje central en nuestra estrategia. En este sentido, gran parte de las acciones que venimos llevando adelante tienen que ver con desarrollar y contribuir a lo que se llama agricultura regenerativa, y esto lo trabajamos en gran parte con los agricultores. A nivel global, trabajamos con más de 500.000 agricultores en generar cambios a la hora de ver cómo producir los ingredientes que a su vez son materia prima para nuestros alimentos. ¿Por qué esto? Porque cuando Nestlé analiza sus emisiones como compañía de punta a punta de toda la cadena de valor, vemos que a nivel global más del 70% de las emisiones provienen de los ingredientes. Entonces, desde ese ángulo, el tema de la agricultura regenerativa se vuelve súper importante. Es ahí donde entendemos que, como una de las compañías más grandes de alimentos y bebidas del mundo, podemos contribuir a cambiar la forma en que se producen los alimentos.

Tenemos compromisos de sustentabilidad muy desafiantes. Queremos tener cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para el 2050 y si queremos lograr eso, entendiendo que la mayor parte de nuestras emisiones vienen de los ingredientes, es central que trabajemos en conjunto con los agricultores en cambiar la forma en que se producen los alimentos. También hay hitos intermedios, como por ejemplo, queremos que el 50% de nuestros ingredientes claves provengan de campos que practican agricultura regenerativa para el 2030.

-¿Tienen algún ejemplo concreto para que la gente pueda entender cómo trabajan ustedes la agricultura regenerativa? Quizás a partir de un producto, por ejemplo.
-Tenemos un grupo, incluso en Argentina, de ingenieros agrónomos veterinarios que trabaja codo a codo, en nuestro caso con los tamberos, porque uno de los negocios más importantes que tenemos en el país es el negocio de lácteos, en cambiar la forma en que operan estos campos y ahí lo hacemos entendiendo mucho sus necesidades, sus realidades. Cada tambo es distinto, cada uno tiene su particularidad, entonces trabajamos mucho también con lo que se llama «tambos piloto», y ahí aprendemos junto con ellos, vemos qué prácticas son las que tienen mejores resultados, y después también este tambo piloto, sirve de inspiración y nos permite después escalar o traducir esto que se hace ahí en otros tambos. A nivel de producto, te puedo contar un lindo ejemplo que tenemos en Argentina: logramos desarrollar la primera leche orgánica certificada del país. Esto implicó el trabajo con un grupo de tamberos para poder transformar sus tambos y poder producir y tener esta leche con la certificación de OIA (Organización Internacional Agropecuaria). Fue un trabajo de más de 4 años, desde que iniciamos las conversaciones hasta que el producto llegó a la góndola.

-¿Con cuántos tamberos están trabajando en Argentina?
-En prácticas de agricultura regenerativa estamos trabajando con 60 tamberos obviamente en diferente grado de avance, ¿no? Algunos que son los más avanzados como estos que te contaba de los tambos que que hoy produce leche orgánica, y en otro iniciando conversaciones, pero lo bueno es que este camino va. Es un recorrido, lleva tiempo, estamos todos aprendiendo y es parte de de lo que creemos que es la forma de trabajo.

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-¿Qué pide el sector? ¿En qué le cuesta más aplicar todo esto?
-Cada tambo tiene su realidad, con lo cual no es que hay una única receta. Mucho de nuestro trabajo es compartir buenas prácticas, cosas que funcionaron en un tambo llevarlas a otro, conversar con las necesidades y con las expectativas que el tambero en particular tiene, y tratar de acomodar esas prácticas a la realidad de cada uno en particular. Por ejemplo, desarrollamos con Universidad Austral con CREA y con FUNPEL, un programa de gestión sustentable del negocio de lechero, sobre todo para también inspirar a las nuevas generaciones, que también son las que están más ávidas de este tipo de información y conocimiento, y poder apoyar a las nuevas generaciones de tamberos en cómo producir de una manera más sustentable.

-Hablaste justo de la cadena de valor y son varias las empresas que están poniendo este tema en agenda. ¿Es difícil lograr que esa cadena de valor realmente sea sustentable y que reúna los principios de la empresa? ¿Es un desafío?
-Obviamente todo lo que está fuera de tu control directo es más complejo porque implica trabajar con otros, pero también creemos que es la única forma. Esto no es algo que una persona, una empresa pueda hacer solo. Por eso, nosotros trabajamos codo a codo respetando las necesidades y las expectativas de cada agricultor a nivel global. Es todo un aprendizaje de un recorrido que en la medida que nos sumemos, potenciemos y encontremos sinergias, ganamos todos y gana el planeta.

-Sobre la meta central que tienen, de cero emisiones para el 2050, ¿cómo está avanzando? ¿Cuánto está portando Argentina?
-Básicamente estas metas son globales y todos los países de todo el mundo trabajamos en pos de esto localizando las cosas que son relevantes en cada país. En Argentina con los tambos, porque tenemos dos fábricas que producen leche en polvo, entonces cada país lo adapta y va manejando en función de su realidad, de su contexto, de la producción que haya en ese país. Tenemos metas también intermedias.

-Como la de reducir al 20% las emisiones de gases de efecto invernadero para el 2025.
-Sí, claro. Nos permiten ir monitoreando cómo a nivel global avanzamos y vamos haciendo ese recorrido y, no solamente lo que hacemos a nivel del trabajo con los agricultores, sino también tenemos cosas, que manejamos y que mejoramos en nuestra operación. Por ejemplo, en el caso de Argentina, el 100% de nuestra fábricas tiene energía eléctrica proveniente de fuentes renovables, entonces eso también son logros que nosotros vamos haciendo en este camino. Otro de los compromisos que tenemos es que más del 95% de nuestros embalajes de plástico sean diseñados para ser reciclados y trabajamos en proyectos de usar menos plástico o menos material de embalaje en nuestros productos. Obviamente el embalaje tiene un rol fundamental que es contener, proteger, y asegurar la calidad de alimentos, pero dentro de eso tratamos de ir encontrando prácticas que nos permitan que eso tenga el menor impacto posible. Tenemos, por ejemplo, que el 30% del plástico de las botellas es plástico reciclado. Trabajamos también en en buscar envases alternativos, en buscar formas en que el material sea más fácilmente reciclado, por ejemplo, hace unos años y no sé si alguno se acuerda, pero la tapa del café Dolca era roja y si bien era diseñada para ser reciclada, el que sea transparente, iba a favorecer esa reciclabilidad entonces cambiamos esa tapa que para nosotros era icónica el color rojo a color transparente. También reemplazamos todos los sorbetes de plástico de los envases listos para tomar por sorbetes de papel. Son todos acciones que se van haciendo en pos de alcanzar estas metas que son tan desafiantes.

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¿Y es un desafío también explicarle al consumidor qué hay detrás de todo?
-Sí, la verdad es que es un desafío. Son todas cosas nuevas y a veces difíciles de traducir a un lenguaje habitual pero también sabemos que tenemos una marca fuerte que pueden acercar mensajes e inspirar también al consumidor a hacer cambios, porque como decíamos, esto no es algo que alguien pueda hacer solo y también tenemos como consumidores cada uno de nosotros responsabilidades si queremos ayudar y hacer pasos en pos de cuidar el planeta.

-Como multinacional que son, me imagino que escuchan a los consumidores, ¿que están pidiendo?
-Para Nestlé el consumidor está siempre en el centro de todo lo que hacemos y la verdad es que es nuestra inspiración a la hora de definir cualquier producto actividad, y obviamente en estos temas también hay mucho que el consumidor está aprendiendo, pero cada vez más vemos un consumidor, a las familias, y a los chicos, más preocupados por este por estos temas. Lo escuchamos acá (por el stand en La Rural), pero lo vemos también en los estudios de mercado. El otro día veíamos un estudio de Kantar con información de Argentina, que al 30% de consumidores les preocupan los temas de sustentabilidad y además toman decisiones de consumo relacionadas con estos temas. Y es un número que además crece año a año, que empieza a ser relevante.

-La tendencia entonces está, ¿pero todavía falta trabajar más en la educación?
-Nos falta muchísimo a todos, pero como te decía creo, es un camino. Lo importante es que empecemos a accionar desde hoy y esto que hacemos, tiene también ese propósito: inspirar a los consumidores a generar cambios y darle información. En este mismo estudio que te mencionaba, se analizaron cuáles eran las barreras, ¿no? para que se tomen acción, y una es lo económico y obviamente, digo muchas veces el consumidor no puede, no está dispuesto a pagar más por algo que tal vez tiene un precio más caro porque el costo es más caro, pero otras de las barreras es la disponibilidad. A veces no encuentra opciones, y la tercera es la falta conocimiento, que no sabe de qué se trata o dónde están esas opciones. Entonces es responsabilidad de las empresas trabajar en estos puntos para contribuir a que esto realmente sea un cambio y pueda hacerse progresivamente, pero sin descanso, ¿no?

-¿Es un desafío sostener este tipo de acciones de sustentabilidad en un contexto como el de Argentina con una caída de consumo en 2024?
-Es un desafío, pero también tiene que ver con cómo cada empresa lo tome. Para nosotros la sustentabilidad es parte central de la estrategia. Entonces es la forma en la que queremos trabajar y en la que trabajamos día a día. Hay que encontrar la forma de ir avanzando en estos temas porque el negocio también lo necesita. Si el planeta no está mejor, si las tierras no son productivas y si no logramos hacer estos cambios también el negocio va a sufrir. Entonces tiene estas estas dos caras, ¿no? Por un lado, es cómo trabajamos en pos del planeta, las comunidades, pero como también eso acompaña a que un negocio sea sostenible en el largo plazo.

-Y en el plano local, ¿cuáles son los principales desafíos?
-Bueno, este que mencionabas es uno. Obviamente un contexto más complejo como el que estamos viviendo hoy, con consumo más deprimido realmente es un desafío.

-¿De qué porcentaje hablamos?
-Y digamos que estamos viendo entre 15% y 20% de caída de consumo en lo que va del año, dependiendo la categoría. Son porcentajes importantes, pero no por eso dejamos de hacer estas cosas que son centrales en nuestra estrategia y que creemos que es la forma en que hay que hacer el trabajo. Entonces este es uno de los desafíos. Otro también es comunicar, porque no todos los que por ahí nos enfrentamos a un producto en la góndola, tenemos todo el conocimiento.

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-¿Son distintos los mercados de Argentina, Paraguay y Uruguay?
-Son diferentes, pero las tendencias están en el mismo sentido. Algunos están un poco más desarrollados, también nosotros como empresa tenemos diferente portafolios. Por ejemplo, en Argentina tenemos siete fábricas, en Paraguay no tenemos y en Uruguay tenemos una sola, entonces tiene sus diferencias, pero todos estamos avanzando en los mismos temas, con el ritmo y el contexto de cada país.

-En el Congreso de Argentina hay varios proyectos que están impulsando la Ley de Envases que habla de una responsabilidad extendida del productor , ¿qué posición tienen al respecto? ¿Piensan que sería positivo que salga?
-Sí, nosotros creemos que una ley con responsabilidad extendida al productor es el camino. Lo vemos en otros lugares. Creo que ahí lo importante es que trabajemos todos en conjunto para poner las voces y que realmente sea una ley que cumpla el propósito, ¿no? Entonces eso me parece que son los desafíos y que tenemos por delante para contribuir también desde la industria con nuestra mirada con todo lo que venimos trabajando también que sea reconocido, de alguna manera, para en pos de que logre lo que lo que se pretenda. A través de las cámaras estamos trabajando muchísimo en estos temas y desde siempre somos proactivos en tratar de aportar nuestro expertise.