Vanesa Vázquez, de Cervecería y Maltería Quilmes: “Ser una compañía sustentable también te permite ser eficiente”

Desde 2018 Cervecería y Maltería Quilmes puso en marcha una nueva estrategia de sustentabilidad, basada en la plataforma 100+ Sustentabilidad, que vincula netamente al negocio desde el origen de sus productos hasta el consumidor, con distintas iniciativas de consumo responsable.

Los ejes están puestos en agricultura sustentable, agua, packaging circular, cambio climático y energía renovable, y cadena de valor y están alineados para contribuir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, con propuestas personalizadas al 2025.

En este sentido, uno de los mayores logros que consiguieron es ser la primera empresa de consumo masivo en utilizar 100% energía eléctrica renovable en 2020, tras generar un acuerdo de compra con Central Puerto a 20 años que permitió la construcción de un parque eólico en la provincia de Córdoba.

“Hablamos poco porque ya está cumplido, pero es clave porque representa una oportunidad de visibilizar la importancia de usar renovables en la acción por el clima. Eso viene unido a la reducción de un 25% de las emisiones de carbono que ya está cumplido también por este acuerdo de compra”, destaca Vanesa Vázquez, flamante y primera gerenta de Crecimiento Inclusivo de Cervecería y Maltería Quilmes a Economía Sustentable.

Con una mirada holística de la compañía, Vázquez puntualizó los avances de la empresa en materia de sustentabilidad, cómo llevan a cabo la articulación con otros sectores y la necesidad de tener una mirada a largo plazo para impulsar un desarrollo sostenible.

-¿Cómo vienen avanzando con los objetivos propuestos en materia de sustentabilidad?
-Todos los objetivos tienen que ver con una mirada y con un propósito que tiene la compañía, que es unir a las personas por una Argentina mejor. Alineado a eso es que surge la estrategia de sustentabilidad. Ver cómo podemos contribuir y alcanzar, como compañía, ese propósito que tenemos y, de esta manera, generar un triple impacto: crear valor económico pero generando un impacto positivo en las comunidades, impulsado su desarrollado, a través de la creación de valor económico, de la articulación con cadena de valor, de la articulación, por ejemplo, con los productores agropecuarios, con el ecosistema, con la logística, con los puntos de venta, distribuidores, con la comunidad y también con iniciativas de regeneración del ambiente.

Sobre este último punto, la empresa tiene un objetivo vinculado al agua, que no solamente tiene que ver con ser mucho más eficientes y trabajar en la reducción de los consumos de agua en nuestros procesos tanto cervecero, como para las plantas de gaseosas, como también para las malterías, sino también trabajar en dos aspectos: el origen de la semilla de cebada y cómo construir y armar iniciativas regenerativas como compañía en las cuencas hídricas de Argentina.

En el caso de nuestro país, el lugar más emblemático en cuanto a la cuenca es Mendoza, donde tenemos una cervecería y decidimos iniciar los pasos de la creación del fondo de agua de Mendoza, que es una iniciativa de articulación público-privada donde trabajamos junto a otras compañías, más el departamento de irrigación, el gobierno de Mendoza y Aguas Mendocinas en sentar las bases para la creación del fondo. Es una herramienta de gobernanza que busca encontrar soluciones basadas en la naturaleza para poder generar iniciativas de mejoras en la cuenca y, a partir de eso, comenzar la etapa de diseño, entender cuál es el plan estratégico y constituirlo legalmente.

–En este caso, ¿fue importante la articulación privado-pública?
-Sí, porque son desafíos que nos involucran a todos. Es fundamental poder articular, trabajar en conjunto, generar un ambiente colaborativo donde todos podamos aportar nuestra mirada y conocimiento. Cada uno tiene un rol fundamental: el Estado tiene el rol de generar la escalabilidad del impacto; el sector privado, tiene la posibilidad de poder aportar una mirada de gestión, innovadora, de proceso; las ONG, de especificidad, de poder traer la experiencia, la voz del ciudadano, y en este caso en especial, la academia, participando desde la universidad, el Conicet, aportando todo ese conocimiento científico tan importante en estos desafíos.

En el caso del agua, desde Cervecería y Maltería Quilmes explican que quieren generar una iniciativa de regeneración en la cuenca que abastece a 1.500.0000 de mendocinos.

-La estrategia de sustentabilidad, ¿es transversal a todas las áreas de la compañía?
-Sí, es absolutamente transversal porque es la única manera de alcanzar estos objetivos. De hecho, yo estoy en representación de todo un equipo que trabaja. Por ejemplo, la estrategia del agua, la trabajamos nosotros, desde el fondo de agua, en conjunto con el equipo de Mendoza, de la cervecería mendocina, tanto en cómo pensamos la iniciativa como en el seguimiento de los indicadores. En cada una de estas metas tenemos objetivos, indicadores de gestión y de impacto, entonces hacemos un seguimiento mensual para alcanzar los objetivos 2025.

-Como empresa que está hace 130 años en el país, ¿sintieron que tenían la responsabilidad de empezar a aplicar estrategias de sustentabilidad?
-La verdad, cuando mirás la historia de la compañía y ves cómo fue construida, empezó a hablar de sustentabilidad cuando el término no era conocido. Con lo cual, esa mirada siempre estuvo acompañando todo el desarrollo de la Argentina. Sin duda, hubo una evolución de la mirada y entendemos que, como sector privado, tenemos una responsabilidad muy fuerte y es importante impulsar esta mirada de desarrollo sostenible, de triple impacto, e ir un poco más allá, porque cuando hablamos de sustentabilidad se piensa en cómo podemos cuidar los recursos naturales para las próximas generaciones. Con iniciativas como las que mencioné, tienen que ver con la regeneración, con este de cómo empezamos a cuidar y a restaurar el ahora, para esta generación que, por supuesto va ser mucho mejor para la que viene, no. Es muy importante poder dar ese paso.

-¿Cómo hacen para transmitirles, en algún punto, este valor agregado que tienen los productos al incluir una mirada sustentable? En la decisión de compra del consumidor, ¿se ve reflejado esto?
-Creemos que el rol de las marcas es esencial en acompañar la transformación cultural que estamos viviendo como consumidores, sin duda. Por ejemplo, Budweiser es la abanderada de la acción por el clima y recientemente hizo una comunicación en redes en el parque eólico que la verdad fue muy valorado por los consumidores. Hay muchas variables de decisión de compra, pero que esto forme parte, nos parece que es muy importante y de ahí ese rol de llevarlo al frente de las marcas y que ellos sean los amplificadores.

-Pero, ¿hay una demanda de este tipo de productos más sustentables por parte de los consumidores?
-La verdad que no tengo la información reciente de un estudio hecho pero si ves nuestras marcas todas tienen esta comunicación, todas tienen un propósito. No sé si es por un pedido de los consumidores pero sí te puedo decir que es por una convicción de la compañía que es el camino a seguir.

-¿Ya ven el impacto en el negocio tras haber aplicado una estrategia de sustentabilidad?
-Sí, a ver, creo que el impacto tiene que ver con una mirada a largo plazo. Creo que ser una compañía sustentable también te permite ser eficiente, porque tenés una mirada sistémica. La base fundamental y la esencia de la mirada regenerativa de sustentabilidad está puesta en la mirada a largo plazo. Pondría el acento ahí, en tener esa posibilidad de poder pensar, de estar orgulloso del pasado, con unos pies firmes en el presente, y la convicción de que es el camino a recorrer pero siempre con la mirada a largo plazo de poder construir una compañía saludable e integrada donde las personas y el planeta estén en el centro es como la respuesta.

-A lo largo de estos años, ¿qué desafío les costó más cumplir?
-Creo que todos los desafíos tienen sus dificultades y su trabajo, y por más que cumplas los objetivos me parece que nunca los cumplís, porque siempre se renueva la mirada. Las innovaciones nos permiten repensar permanentemente lo que estamos haciendo y ponernos una nueva meta de mejora. Cumplimos el objetivo de utilizar 100% energía pero ahora estamos repensando en usar biogás, biomasa, paneles solares.

-Un tema clave, que presenta un desafío en varias empresas, es el packaging sustentable, ¿cómo están trabajando esto?
-Nos propusimos como meta utilizar 100% envases retornables y/o mayoritariamente material reciclado. En este sentido, trabajamos muy fuerte la retornabilidad: el 60% de nuestro volumen de venta es en envases retornables, que van y vuelven al consumidor 29 veces, lo que permite reducir el consumo de energía, de agua, y obviamente los residuos. Una vez que cumple ese ciclo, el envase se recicla al 100% en la fábrica de vidrio. Es el mejor ejemplo de la economía circular. También estamos desarrollando distintas herramientas para los consumidores en este sentido y, por otra parte, también en (el programa) Ciudades Circulares, para poder trabajar junto a los distintos actores en las ciudades para alcanzar el material post consumo a la industria del reciclaje para poder generar ese puente de unión.

-En materia de huella de carbono corporativa, ¿se plantearon algún objetivo?
-La meta que planteamos en 2018 fue reducir un 25% de las emisiones de carbono y ya está cumplida a partir de energías renovables. Estamos trabajando en mediciones de los niveles uno, dos y tres, pero todavía no tenemos ningún compromiso para reforzar esto.

-¿Qué desafío tiene para este año en materia de sustentabilidad?
-Tuvimos uno muy fuerte que fue Suma Nativa, la verdad que fue un súper desafío de poder hacer público a los ciudadanos una iniciativa de regeneración que no se escucha tanto. Estamos muy conformes, muy contentos y hoy por delante tenemos el desafío de Valor, que nuestro objetivo es llegar a 17 mil ONG de toda la Argentina. Después tenemos una gran meta: estamos trabajando en una ciudad piloto, respecto al consumo responsable en Quilmes, donde estamos generando un montón de iniciativas de transformación cultural para poner en foco en cero al volante, cero menores y cero en exceso.
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