Qué es la huella de carbono corporativa y cómo se puede medir
Para llevar a cabo una buena estrategia de sustentabilidad es importante medir la huella de carbono en una organización. Qué es y cómo hacerlo.
Cada vez son más las empresas a nivel mundial que buscan incorporar estrategias de sustentabilidad como parte del negocio. En este sentido, uno de los índices que se suele medir es la huella de carbono corporativa, fundamental para luchar contra la crisis climática.
Pero, ¿qué se entiende por huella de carbono corporativa? Primero vale la pena aclarar de qué se habla cuando mencionamos el término huella de carbono.
La huella de carbono es un indicador ambiental que busca reflejar la totalidad de gases de efecto invernadero (GEI) -dióxido de carbono (CO2), el metano, el óxido de nitrógeno y el ozono- emitidos por efecto directo o indirecto de un individuo, organización, evento o producto.
Actividades diarias como el consumo de energía para la electricidad o el transporte, hace que usemos, en la mayoría de los casos, combustibles fósiles. Al hacerlo, emitimos gases como el dióxido de carbono y aumentamos la concentración en la atmósfera por encima de lo que serían sus niveles habituales, lo que hace aumentar la temperatura media de la tierra.
De ahí que uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por Naciones Unidas ponga el foco en la adopción de medidas urgentes contra el cambio climático por parte de los países en desarrollo para que avancen hacia una economía baja en carbono.
¿Cómo se mide el impacto ambiental?
Se puede realizar un inventario de emisiones de GEI o un análisis de ciclo de vida según el tipo de huella, siguiendo normativas internacionales reconocidas, como ISO 2007. La huella de carbono se mide en masa de CO2 equivalente.
Una vez que dentro de una organización se conozca el tamaño y la huella, es posible implementar una estrategia de reducción o compensación.
Huella de carbono corporativa
La huella de carbono corporativa es un indicador ambiental que mide los GEI. Así, las empresas tiene la posibilidad de cuantificar las emisiones de GEI derivadas de todos sus procesos, brindándoles la oportunidad de identificar los procesos más críticos y aplicar estrategias para reducir la huella de carbono corporativa.
La huella de carbono va más allá de la medición de las emisiones de dióxido de carbono (CO2), ya que se tienen en cuenta todos los GEI.
¿Cómo se calcula? El cálculo de la huella de carbono corporativa consiste en recopilar los datos referentes a consumos directos e indirectos de materiales y energía de la empresa y traducirlos a emisiones de CO2 equivalente.
Existen varias metodologías o estándares para calcular y comunicar la huella de carbono corporativa, como el GHG Protocol o la Norma ISO 14064.
¿Para qué le sirve a una empresa medir su huella de carbono?
Ayuda a mejorar la rentabilidad y la competitividad, fortalecer la confianza y credibilidad de los inversionistas y reduce la incertidumbre regulatoria.
En Argentina, la Red Argentina de Muncipios frente al Cambio Climático (RAMCC) cuenta con un sello que distingue y valora el compromiso empresarial, donde la mitad de los fondos abonados por este servicio se reinvierten para implementar proyectos locales de mitigación y/o adaptación al cambio climático que generen un triple impacto ambiental, social y económico.
“Este modelo es único en el país y permite potenciar tanto la articulación público-privada como las acciones en materia de Responsabilidad Social Empresarial”, explican en la página.
Si tenés una empresa más pequeña, existen calculadoras online que pueden ayudarte a sacar tu huella de carbono o tiendas de medición y compensación de carbono, con opciones para compensarla con proyectos de captura de carbono certificados, por ejemplo, en Latinoamérica.
Una empresa, ¿puede convertirse en carbono neutral?
Sí, la neutralidad de carbono o huella de carbono cero, que implica alcanzar un resultado neto de cero emisiones de gases de efecto invernadero, se puede alcanzar.
Implica alcanzar un resultado neto de cero emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), esto es, emitir a la atmósfera la misma cantidad de gases que se absorbe por otras vías.
Una alternativa, por ejemplo, es utilizar energías renovables o limpias, que no producen dióxido de carbono.
Otra, a través de compensaciones de carbono pagando a otros para capturar y almacenar el 100% del dióxido de carbono emitido a la atmósfera, por ejemplo plantando árboles, o financiando proyectos de carbono que previenen futuras emisiones, o comprando créditos de carbono.