Una obra arquitectónica marplatense fue premiada en Dinamarca por su enfoque sustentable
La casa “San Benito”, ubicada en Chapadmalal, fue reconocida por su innovador uso de recursos locales y su compromiso con la sustentabilidad.
En una charla con Gustavo Schweitzer y Eduardo Zanoli en el programa Sonido de Radio Brisas, el arquitecto Eduardo Agüero compartió sus reflexiones sobre el reciente reconocimiento de su obra arquitectónica en un renombrado certamen internacional realizado en Copenhague, Dinamarca. La obra, ubicada en Chapadmalal, se destacó por su enfoque en la sustentabilidad y el aprovechamiento eficiente de recursos locales, en un evento donde se abordaron temas como el cambio climático y las energías renovables.
La vivienda, llamada «San Benito», recibió una mención especial en la categoría de Vivienda Individual en los prestigiosos World Architecture Technal Awards (WATA).
“El premio incluyó un viaje a Copenhague, una ciudad maravillosa y única, que me dejó una gran enseñanza sobre sustentabilidad y energías renovables. Todo el proceso fue asombroso, no estábamos preparados para este logro”, reconoció Agüero.
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El proyecto compitió con obras de alta tecnología, en su mayoría provenientes de Europa, así como de Medio Oriente y África, siendo el único representante de Sudamérica. Según el arquitecto, el jurado internacional, conformado por figuras prominentes de la arquitectura mundial, valoró aspectos como el aprovechamiento del clima local, la luz natural, la ventilación cruzada, y una construcción funcional que pone en primer plano el entorno.
«No se trata de una casa de alta tecnología, sino de una construcción tradicional con detalles más avanzados. Lo que realmente destacó fue el uso de materiales locales y mano de obra marplatense, lo que minimiza los traslados y refuerza el criterio de sustentabilidad», comentó.
La obra presenta una disposición innovadora: una galería en forma de «L» invertida que rodea un patio central de 7×7 metros, con un jacarandá como protagonista, y cierres móviles que conectan el interior con el exterior. Para Agüero, esta simplicidad artesanal contrastó con la avanzada tecnología de las demás obras en competencia, pero precisamente ese enfoque fue lo que permitió que se destacara.
Una experiencia de aprendizaje en Copenhague
El arquitecto también compartió sus impresiones sobre Dinamarca, un país que lidera la agenda de sustentabilidad global. “Allí casi no hay autos que no sean eléctricos. La ciudad está diseñada para las bicicletas, con puentes exclusivos y una escala pensada para ellas. Es una experiencia muy distinta a lo que vivimos día a día en Mar del Plata”.
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Además, señaló cómo en Europa temas como el cambio climático y la educación infantil son prioritarios, mientras que en Argentina se enfrentan desafíos económicos que limitan el desarrollo sostenible.
Reconocimiento al talento marplatense
Agüero subrayó que Mar del Plata posee un nivel arquitectónico de gran calidad, que no tiene nada que envidiar a otras ciudades del mundo. “No es una casa extravagante ni convencional, pero alguien ajeno vino a confirmar lo que nosotros consideramos buenas prácticas de la arquitectura», comentó.
La obra premiada fue concebida durante el aislamiento por la pandemia, lo que le otorga un significado especial al proyecto. «Fue un trabajo intelectual en soledad, algo a lo que no estamos acostumbrados. Sin embargo, el resultado ha sido una gran satisfacción para todo el estudio», expresó Agüero.