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Alimentación saludable

Semana de la No Dulzura: por qué es clave prestar atención al consumo de azúcar y edulcorantes artificiales

"Aclarar la dulce confusión" es el lema de la campaña de este año que busca brindar información sobre el azúcar y los edulcorantes químicos.

Con el propósito de generar conciencia sobre la importancia de moderar el consumo de azúcar y promover una mejor educación alimenticia arrancó la quinta edición de la “Semana de la NO dulzura”. Este año, el lema de la campaña es “Aclarar la dulce confusión” brindando información de calidad sobre el azúcar y los edulcorantes químicos.

Según estudios recientes en Argentina lideramos el consumo de azúcar de la región cuadruplicando los gramos de azúcar diarios por habitante recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Disminuir éste consumo excesivo es clave para luchar contra el crecimiento de la obesidad y las enfermedades crónicas no transmisibles asociadas (como la diabetes, el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y enfermedades cerebrovasculares) que son la primera causa de muerte en el país.

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En este contexto, el objetivo de la campaña de este año será brindar información sobre el azúcar y los edulcorantes químicos desde el lunes 24 y hasta el lunes 31 de julio. “La semana de la NO dulzura” surgió como un contrapeso de la famosa semana de la dulzura, que desde 1989 promueve el consumo de golosinas y coincide con la última semana de las vacaciones de invierno, cuando la población tiene más tiempo de cocinar, informarse y reeducar el paladar en familia.

Se trata de una iniciativa que reúne a todos los ciudadanos que exigen vivir en un entorno más saludable y se preocupan por mejorar la alimentación. Diferentes hombres y mujeres y organizaciones participantes y cada uno difunde los mensajes que cree prioritarios con ese único fin.

Ley de etiquetado frontal

Algunos acontecimientos actualizaron la confusión de la ciudadanía sobre qué tipo de endulzante elegir, cuánto agregar y que tan perjudiciales son para la salud.

Primero, la aparición masiva en góndolas de los octógonos negros que en los envases advierten del exceso de ingredientes críticos, entre estos el azúcar. Esto sucedió a partir de la implementación de la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable Nº 27.642, más conocida como Ley de Etiquetado Frontal. Tal como interpretan la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Fundación Interamericana del Corazón (FIC) o UNICEF este sistema de etiquetado sirve para reducir la ingesta de ingredientes críticos en América Latina con advertencias visibles y fáciles.

Sin embargo, como indican las experiencias previas en Chile, Perú, Uruguay y México y está contemplado en la propia ley, es fundamental que se acompañe las advertencias con una campaña educativa e información complementaria clara para la ciudadanía.

El sistema de etiquetado sirve para reducir la ingesta de ingredientes críticos en América Latina con advertencias visibles y fáciles.

Segundo, el sello que advierte sobre la presencia de edulcorantes no recomendables para niños y niñas. Y tercero, que en mayo de éste año la OMS desaconsejó el consumo de muchos de los edulcorantes químicos sintetizados en base a estudios que suman evidencias sobre su impacto negativo en la salud.

“Hace poco la Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconsejó el uso de edulcorantes basado en estudios que suman evidencia de lo que veníamos alertando muchos colegas. Repasando, no sirven para bajar de peso, ni reducir la grasa; no ayudan a reducir las enfermedades no transmisibles como el cáncer o diabetes, incluso hay estudios que incluso sostienen que las aumentan, y aumentan los riesgos de padecer diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. La solución no es sustituir azúcares por otra cosa peor como una síntesis química, que eleva el registro de dulzor del paladar, promueve la alimentación empaquetada, daña la salud en formas insospechadas y no aportan ningún nutriente. Tampoco es la supresión total o demonización del azúcar sino quitarle protagonismo, bajar sustancialmente el registro de dulzor, volver a las dosis naturales”, explica Lic. en Nutrición Antonella Robledo Irigoyen (?? 2151).

“Una cosa que se debe hablar es que tanto con respecto a los octógonos que indican exceso de azúcar como los demás; es que debemos sumar educación alimentaria en los 3 niveles educativos: jardín, primaria y secundaria, buscando que se vea con naturalidad, la información que brindan las etiquetas en los envases, entre otras cosas. Además, la aplicación de la ley en la cotidianeidad escolar, incluye que no se publiciten alimentos que tienen etiquetas tanto en kioscos como en cantinas bares y comedores, y eso se está cumpliendo “en algunos colegios” yo confío en que esto paulatinamente irá aumentando porque los mismo niños comienzan a exigir al aprenderlo desde más chicos y si esto se ve acompañado de las preparaciones que propone el comedor escolar es aún más fuerte la propuesta de cambio. Por supuesto que se entiende que los recursos de cada colegio pondrán a prueba dicha implementación, es por esto que digo que tardará el tiempo que sea necesario para que sean más y más los colegios que logren este propósito”, destaca la nutricionista Elizabeth Rigada (MN 4621).

Alerta de la OMS por los edulcorantes

La OMS sugirió en mayo que los edulcorantes acalóricos o bajos en calorías no se usen para controlar el peso ni reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles. Esta recomendación condicional es resultado de estudios observacionales que apuntan una asociación clara y significativa, en adultos, entre el consumo de edulcorantes y el incremento del peso y ciertas enfermedades no transmisibles como la diabetes tipo 2, la enfermedad cardiovascular, la hipertensión y la mortalidad por cualquier causa. Los edulcorantes implicados en esta guía, son: acesulfamo K, aspartamo, advantamo, ciclamato, neotamo, sacarina, sucralosa, stevia y derivados de stevia (glucósidos de esteviol).

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La OMS sugirió que los edulcorantes acalóricos o bajos en calorías no se usen para controlar el peso ni reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles.

El contexto internacional de publicación de éstas nuevas recomendaciones está signado por el aumento de la obesidad. Un informe publicado en 2022 por la OMS alertó que el ya elevado impacto negativo de la obesidad sobre la población se recrudeció durante los años de la pandemia. “Ningún país está en camino de alcanzar el objetivo de detener el aumento de la obesidad fijado para 2025″, explicó en la presentación del informe uno de los responsables de esta organización Kremlin Wickramasinghe.

A principios de este mes, la OMS volvió al asunto catalogando al aspartamo como “posiblemente cancerígeno para los seres humanos”. Dado que consideró que existe alguna evidencia de que puede causar cáncer en los seres humanos, pero en la actualidad no es concluyente. Con respecto a los edulcorantes, cuando se habla a la comunidad lo que se evita es sembrar pánico; siempre se buscó que los niños estuvieran lejos de los mismos por tratarse de una sustancia química y artificial pero a medida que fue incorporándose a productos descremados o bebidas en reemplazo de las azúcares se hizo elástica la aceptación del consumo a edades cada vez más tempranas. En lugar de disminuir el consumo de azúcares o reemplazar el azúcar en preparaciones, por otras opciones menos concentradas en hidratos, adaptando los paladares a los nuevos umbrales de poder endulzante.

Rigada sostiene que “estamos en un nuevo cambio frente a la crisis de consumo, a partir de la llegada de los octógonos, que llevará el tiempo que deba llevar hacia un modo de comer que nos acerque a disminuir las ECNT que fue el origen del proyecto de la ley 27642. En este momento los productos deben informar su presencia es decir “Contiene Edulcorante” y el impacto visual que genera, resulta de una respuesta de advertencia que antes no estaba.”

Por su parte, Nito Anello, cofundador de zafranito, hábitos honestos, agregó: “El registro de dulzor en el paladar se forma desde muy temprana edad y de formas insospechadas, por eso es tan importante tratar de inculcar buenos hábitos en la primera infancia. Como padre no creo en andar contando calorías, ni midiendo cuántos miligramos de químicos no nos hacen tan mal, sino que creo más en la naturaleza. Creamos zafranito, una marca integral y orgánica, para combatir la obesidad infantil y uno de los grandes desafíos es evitar el azúcar, no reemplazarla”.

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Fecha de publicación: 26/07, 5:03 pm