Nueva estructura económica: ¿cómo es el “modelo verde” para la reactivación post pandemia?
Lejos de implicar un freno al crecimiento económico y el bienestar, representa una oportunidad para el verdadero desarrollo con equidad
El mundo no será igual después del Coronavirus. Su irrupción no solo generó una crisis sanitaria global, sino también una recesión económica sin precedentes.
Pero la reactivación de la economía post pandemia “no debe lograrse a costa de aumentar las emisiones de gases de invernadero. O se correrá el riesgo de caer en una crisis climática y ecosistémica mucho más compleja que la provocada por un virus”, advierte Gabriela Ensinck en su libro “Economía Verde. Innovación y Sustentabilidad en América latina” (Editorial Almaluz).
La transformación del actual modelo lineal de extracción de recursos naturales, producción, consumo y descarte hacia un modelo de Economía Circular donde los materiales se reaprovechan y vuelven a insertarse en el sistema productivo, representa una oportunidad de desarrollo económico con beneficios ambientales e inclusión social.
Además, ayudaría a América Latina a dejar de depender de las industrias extractivas y las prácticas agrícolas que impulsan la deforestación, y en su lugar, crear valor reaprovechando materiales que hoy se desechan.
El cambio no solo es cuestión de “buena imagen”. Algunos mercados están imponiendo regulaciones ambientales y mecanismos de compensación para evitar que sus empresas importen bienes o trasladen su producción hacia países con normativas ambientales laxas.
Economía Verde
El libro aborda, en forma explicativa y documentada, los principales problemas ambientales con foco en Argentina y en la región, y propone soluciones y casos de éxito de alcance regional.
“Las tecnologías para lograr un desarrollo sostenible y con inclusión social ya están disponibles”, remarca la autora. Las energías renovables, por caso, son más costo-eficientes que las de origen fósil y además impulsan el crecimiento del empleo y las inversiones en la región.
Nuevos biomateriales, que utilizan insumos naturales y reciclables, reemplazan a materiales convencionales (como el plástico) que resultan contaminantes.
La revolución digital y las plataformas como Uber, Airbnb, los portales de comercio electrónico, las criptomonedas, las redes sociales y soluciones innovadoras como los “bancos de horas”, están empoderando a los ciudadanos y los convierten en pro-sumidores.
A su vez, las interacciones entre nanotecnología, inteligencia artificial, robótica y otras innovaciones están produciendo nuevos materiales inteligentes, sistemas de energía y remediación de la contaminación ambiental.
A lo largo del libro, hay un mensaje central: desarrollo económico, cuidado ambiental y bienestar social pueden -y deben- ir de la mano.
Desafíos futuros
De cara a lo que viene es preciso cambiar los modelos de producción y de negocios, y no queda mucho tiempo para hacerlo. Para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, los famosos ODS que las Naciones Unidas se planteó para 2030, gobiernos, sociedades y empresas deben reinventarse.
Esta transformación, lejos de implicar un freno al crecimiento económico y el bienestar, representa una oportunidad para el verdadero desarrollo con equidad y la generación de nuevos empleos verdes para América latina, la región más rica y diversa en recursos naturales y humanos, pero también la más desigual.
En este camino Argentina -al igual que otros países de la región- enfrenta desafíos que van desde el modelo de agronegocios basado en el monocultivo de la soja, a la megaminería, la deforestación y la necesidad de impulsar la economía circular para poner en marcha una industria del reciclado.
Es hora de cambiar los paradigmas económicos, y no queda mucho tiempo para hacerlo