Lobby agrotóxico: aunque el Ministerio destaca que atenta contra la salud y el ambiente, fumigan pueblos y ciudades con aviones
Nucleados en la federación FEARCA, los empresarios de la pulverización aérea promueven una lluvia con insecticidas con la excusa del dengue. En el Gobierno señalan que el método es ineficaz y perjudicial para la salud y el ambiente.
Ocurrió en Mendoza, hace apenas un par de fines de semana. Antes y luego, en puntos distribuidos entre las provincias de Buenos Aires -Bahía Blanca, Rivadavia, Lincoln-, Santa Fe -San Jorge-, La Rioja -capital-, Salta -Las Lajitas-.
A contramano de todas las indicaciones del Ministerio de Salud de la Nación, que exponen al mecanismo como un franco atentado a la salud y el ambiente, la pulverización aérea con formulaciones de insecticidas bajo la excusa del combate al dengue se multiplica en el interior de la Argentina.
La expansión de la práctica, impulsada en desmedro de las recomendaciones médicas e incluso violatorias de los disposiciones fijadas para la aviación doméstica, surge como resultado de una fuerte campaña promovida por los popes de la Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (FEARCA), entidad que agrupa al grueso de los aplicadores de agrotóxicos con avioneta locales.
Atenta a una preocupación social creciente en torno a la proliferación de la enfermedad, FEARCA activó hace semanas una campaña de promoción de sus actividades con vistas a desarticular la condena social que hoy, a partir de la evidencia científica vigente, pesa sobre las fumigaciones con agrotóxicos en gran parte de la geografía argentina.
Los empresarios de la pulverización aérea, a través de distintos órganos de difusión afines -propios y ajenos-, comenzaron a promover la falacia de que la aplicación de insecticidas sobre pueblos y ciudades erradica al aedes aegypti, el mosquito vector de la enfermedad del dengue.
En la web oficial de FEARCA proliferan los mensajes en esa dirección. “La Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (FeArCA) advierte que la reproducción del mosquito vector podría ser totalmente erradicada con la labor del aeroaplicador y para dar curso a esto como solución a la problemática, solicita el trabajo interdisciplinario de los organismos del Estado. Con un solo avión se podría hacer el trabajo de una ciudad como Rosario en un día”, afirma un comunicado de la entidad en cuestión.
En las gacetillas de la organización sólo se incluyen como testimonios válidos y garantía de la efectividad de dichas fumigaciones a voceros de la misma federación. Y se omite toda cita a documentos y recomendaciones emitidas por el Ministerio de Salud de la Nación.
Este gesto no es antojadizo: la cartera sanitaria oficial descarta por completo propuestas como la promovida por FEARCA. Con este ocultamiento la federación vulnera derechos y no se descarta que en el corto plazo deba responder de forma legal por esta intromisión en problemáticas graves de salud pública.
En informes oficiales a los que accedió Economía Sustentable -divulgados durante la segunda parte del mes de marzo-, el Ministerio de Salud resulta contundente a la hora de condenar cualquier tipo de aplicación aérea de insecticidas con la excusa del combate al aedes aegypti.
“Por ningún motivo se recomienda la aplicación de adulticidas para control de Aedes aegypti mediante el uso de aeronaves. Se recuerda que según normativa de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), las aeronaves no volarán sobre aglomeraciones de edificios en ciudades, pueblos o lugares habitados, o sobre una reunión de personas al aire libre; excepto, cuando sea necesario para despegar o aterrizar”, aclara el documento titulado “Control Vectorial de Aedes Aegypti: acciones recomendadas ante emergencia por arbovirus y sugerencias en contexto de pandemia de COVID-19”.
La dependencia de Gobierno señala que llevar a cabo fumigaciones aéreas “implicaría una deriva muy amplia de la nube de dispersión, lo que podría ocasionar que termine nebulizando zonas aledañas que no se encuentren afectadas por el brote“.
“Por otro lado, la máquina debe tener las boquillas adecuadas para respetar el tamaño de gota necesario que impacte sobre mosquitos. Esto si bien puede adecuarse en la aeronave, debido a la altura de vuelo la gotas no llegan a caer en sitios necesarios, muchas veces por evaporación, otras caen sobre la copa del arbolado público o bien caen en los techos de las viviendas, sitios que no son considerados de refugio para Aedes aegypti”, precisa el texto emitido por la cartera.
Para luego concluir de manera categórica: “Además, se debe considerar que la nube de plaguicida puede caer por deriva en espejos de agua o en almacenamientos de agua potable, ocasionando graves consecuencias a la salud y el ambiente. Por todo lo expuesto, la aplicación de adulticidas mediante aeronaves resulta ineficaz para el control de Aedes aegypti, resultando además perjudicial para la salud pública y el ambiente.”
Ineficaz y perjudicial: el Ministerio de Salud es contundente al momento de evaluar los efectos de la pulverización de insecticidas mediante aeronaves. El documento en cuestión, carente de cualquier eufemismo, está a disposición incluso de los integrantes de FEARCA, que pregonan lo contrario sobre todo en medios de comunicación afines.
Una vez más, la conveniencia corporativa y la difusión de recomendaciones falsas -esto como instrumento para legitimar actividades que desde hace décadas profundizan flagelos como el cáncer, las malformaciones y los abortos espontáneos en el interior de la Argentina– amenaza complicar todavía más un escenario sanitario grave y, hay que reconocerlo, de solución todavía incierta en gran parte de nuestros pueblos y ciudades.