Es argentino e inventó un robot solar que limpia océanos con inteligencia artificial, ¿cómo funciona?
Alan D'Alfonso es rugbier y emprendedor. Creó un dispositivo que recoge desechos y mide la contaminación con inteligencia artificial. Su historia.
Hace más de 15 años Alan D’Alfonso dejó su ciudad natal de La Plata, donde estudiaba Medicina y jugaba al rugby en el Club Universitario, para ir a probar suerte en el exterior. Así viajó por varios países y fue contratado para jugar en un club francés. Se instaló en París y montó un bar de tapas con un socio.
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A partir de su afición por los deportes y por la navegación, empezó a tomar contacto con el grave problema de la contaminación en los océanos y decidió hacer algo. “En 2016 fundé la Asociación Recyclamer con colegas y amigos. Salíamos a navegar y a juntar plásticos; y también a dar charlas en escuelas y otros espacios, para concientizar a las personas sobre la necesidad de dejar de tirar basura, que siempre termina en el mar”, cuenta D’Alfonso.
Es platense y creó un robot solar que limpia el mar con inteligencia artificial
“Los plásticos tardan más de 250 años en desintegrarse en el medio marino. Y cuando lo hacen forman conglomerados de microplásticos, que son ingeridos por peces, algas y cambian todo el ecosistema, aumentando la temperatura y reduciendo el oxígeno”, explica. “Nos dimos cuenta que hacía falta un sistema más eficiente para retirar estos desechos del mar. Y empecé a investigar opciones disponibles con la idea de comprar una para la Asociación”, comenta el emprendedor.
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Pero al no encontrar un dispositivo que se adaptara a sus requerimientos, D’Alfonso se puso a diseñar uno propio. Ese fue el inicio de Geneseas, un robot limpiador de mares y puertos, que fue perfeccionando y adicionando con otras funciones, como la medición y alertas de contaminación del agua.
Así convocó a un diseñador naval francés y a Alejandro Scaglia, ingeniero y excompañero de rugby en La Plata, quien se hizo cargo de la dirección técnica del proyecto.
El primer prototipo del Geneseas, totalmente autónomo y funcionando a energía solar, recibió un premio en Vivatech, una de las exposiciones más importantes de innovación para el cuidado del planeta. Y también fue presentado ante líderes mundiales durante la reunión del G7 que se hizo en Francia en 2019.
El robot, cuyo tamaño es algo más grande que una heladera portátil de telgopor, contiene en su techo paneles solares, y en la parte que va sumergida un motor y un sistema de filtros y redes que aspiran y retienen los residuos hasta 30 centímetros de profundidad, como envases, bolsas, fluidos y colillas de cigarrillo. También hay un modelo que puede absorber hidrocarburos. Es silencioso y su accionar no afecta a la fauna marina.
Inteligencia artificial para frenar la contaminación
A partir de la difusión que tuvo este dispositivo, comenzaron a llegar pedidos desde puertos comerciales y privados. Entonces, pensando en su producción en serie y comercialización, D’Alfonso fundó la empresa Recyclamer en Francia, y luego vendió el 15% de las acciones para capitalizarse y obtener 120 mil euros.
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El siguiente paso fue desarrollar, junto a un equipo de investigadores de la Facultad de Ingeniería de La Plata, un sistema de Inteligencia Artificial que permite medir y procesar parámetros de contaminación como temperatura del agua, nivel de PH y de oxígeno, y emitir alertas.
“En un puerto de Palma de Mallorca, logramos detectar el vertido de aceite al mar por parte de un vehículo particular, y limpiarlo antes de que se expandiera aguas adentro”, ilustra el inventor.
El sistema de IA, creado por investigadores del Instituto de Electrónica, Control y Procesamiento de Señales (LEICI, CONICET-UNLP) también genera alertas y permite dar aviso en forma temprana de derrames y presencia de contaminación en las aguas.
Actualmente trabajan en la compañía 15 personas, y el costo de cada uno de estos dispositivos es de alrededor de u$s 35.000. “La idea es comenzar a producir los robots en Argentina, con un 60% de componentes locales, para abastecer al mercado interno y exportar a países de la región. Nuestros clientes son administradores de puertos públicos y privados, y también criaderos de peces, que necesitan conservar el agua limpia para su actividad”, comenta D’Alfonso.
Además, el emprendedor se encuentraAlan D’Alfonso es rugbier y emprendedor. Creó un dispositivo que recoge desechos y mide la contaminación con inteligencia artificial. Esta es su historia que permita absorber y retirar microplásticos, además de la basura y fluidos en la superficie.
“Hay en el mundo cinco islas de plástico, y se están formando nuevas. Estas sopas de micropartículas tienen graves efectos porque tapan la luz solar, hacen que los océanos se calienten más rápido y al ser ingeridas por algas y peces, llegan a nuestro organismo también. Este es hoy el mayor desafío que enfrentamos”, concluye.
Fuente: iProfesional