El metano es más fuerte que el dióxido de carbono y está haciendo un desastre en el Ártico
Las emisiones de metano de los humedales en las latitudes más altas de los ecosistemas árticos y boreales aumentaron casi un 10 % en los últimos 20 años.
El metano, conocido por ser aproximadamente 30 veces más potente que el dióxido de carbono en su capacidad para calentar la atmósfera, experimentó un aumento del 9% en sus emisiones desde 2002, según una reciente investigación del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley (Berkeley Lab), enfocada en los humedales de la región boreal-ártica.
A pesar de que comúnmente se asocia la producción ganadera y de combustibles fósiles con las emisiones masivas de metano, la investigación subraya que los humedales constituyen la mayor fuente natural de este gas de efecto invernadero en la Tierra. La cuantificación precisa de las emisiones de metano provenientes de estos ecosistemas es crucial para una comprensión más precisa y anticipada del cambio climático.
Incremento en las emisiones
Los científicos sostienen que las emisiones de metano provenientes de los humedales están experimentando un aumento, atribuido al calentamiento de los ecosistemas boreales y árticos, donde las temperaturas aumentaron aproximadamente cuatro veces más rápido que la tasa promedio global. A pesar de esta tendencia, cuantificar el alcance exacto de este aumento ha sido un desafío debido a las dificultades para monitorear las emisiones en estos vastos entornos acuáticos.
«Los entornos boreales y árticos, ricos en carbono y sensibles al calentamiento, están experimentando un aumento en las temperaturas», explica Qing Zhu, científico investigador del Laboratorio de Berkeley y autor principal de un artículo en Nature Climate Change.
«Este aumento impulsa la actividad microbiana y el crecimiento de la vegetación, factores vinculados a las emisiones de gases como el metano. Comprender cómo evolucionan las fuentes naturales de metano nos permite monitorear de manera más precisa los gases de efecto invernadero, proporcionando a los científicos información detallada sobre el estado actual y futuro del cambio climático», agrega.
El equipo llevó a cabo un análisis exhaustivo de 307 años de datos de emisiones de metano en humedales de la región Ártico-Boreal utilizando dos enfoques. En primer lugar, capturaron los gases de efecto invernadero liberados del suelo en una ubicación fija dentro de una cámara, permitiendo su acumulación durante un período específico. En segundo lugar, emplearon torres de covarianza de remolinos autónomas para medir de manera continua el intercambio de gases de efecto invernadero entre el suelo, las plantas y la atmósfera.
Durante el período comprendido entre 2002 y 2021, los investigadores observaron que los humedales liberaron un promedio de 20 teragramos de metano al año, equivalente aproximadamente al peso de unos 55 edificios Empire State. La mitad de estas emisiones anuales, en promedio, se originaron en dos áreas de «puntos calientes», caracterizadas por tener emisiones significativamente más elevadas de metano por área en comparación con los entornos circundantes. El año 2016 se identificó como el de mayores emisiones de metano en humedales; coincidentemente, fue el año más cálido en las latitudes altas desde 1950.
Influencia de la temperatura en las emisiones de metano
Los científicos concluyeron que tanto la temperatura como la productividad de las plantas desencadenaron un aumento en las emisiones de metano. La temperatura se erigió como el factor determinante en las emisiones y su variabilidad en los ecosistemas boreales-árticos: las temperaturas más elevadas generaron un ciclo de retroalimentación climática, donde el aumento de la actividad microbiana de los organismos liberadores de metano en suelos saturados resultó en una mayor emisión de metano, elevando así las temperaturas y perpetuando el ciclo.
La mayor productividad de las plantas incrementa la cantidad de carbono en el suelo, nutriendo a los microbios generadores de metano. En momentos de mayor actividad y productividad vegetal, cuando las plantas liberan sustratos que favorecen la prosperidad microbiana, las emisiones de metano provenientes de los humedales experimentaron un aumento significativo.
«Debido a la relativamente corta vida del metano en la atmósfera, su reducción y eliminación pueden ocurrir con rapidez», señala Zhu. «Al proporcionar una comprensión más precisa del papel desempeñado por los humedales en el sistema climático global, y cómo y a qué ritmo están aumentando sus emisiones de metano, esta investigación puede establecer una base científica para comprender y abordar de manera efectiva el cambio climático».