Cambio climático: así una fotógrafa argentina busca proteger los glaciares negros de Tierra del Fuego
La exploradora de National Geographic, Luján Agusti, investigó junto a un equipo local el valor de este ecosistema en la lucha contra el cambio climático. Cómo lo hizo.
En diferentes regiones de la Argentina ya se puede ver el impacto del cambio climático y las consecuencias que tiene en el medioambiente, la economía y las comunidades. Además del trabajo de las organizaciones sociales, diferentes fotógrafos argentinos se dedican a capturar lugares claves para dar cada vez más visibilidad a estos temas.
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En la provincia de Tierra de Fuego, la exploradora argentina de National Geographic, Luján Agusti, inició el proyecto fotográfico trasmedia “Agua Negra”, que busca ser “un puente” entre la ciencia y la sociedad, y “bajar a tierra” la información más académica. Así, retrató primero a los glaciares negros, nombre con el que se conoce a las turberas fueguinas e investigó el valor de estos ecosistemas en la lucha contra el cambio climático.
“Mi primer interés, de alguna manera, estuvo vinculado a cómo revalorizar, o ponerle imágenes a este ecosistema que siempre se había mantenido un poco por fuera de estos lugares maravillosos que uno viene a visitar, por ejemplo, como la Laguna Esmeralda, cuando uno va a Tierra del Fuego”, detalló Agusti, que hace varios años que se dedica a registrar la provincia, en diálogo con Economía Sustentable.
Pero admite que “el punto clave, en realidad, estuvo vinculado a una noticia en donde el gobierno de la provincia hace varios años había hecho un arreglo con una empresa china para exportar turba, como una manera de crecimiento económico”.
“La turba se extrae y se utiliza como fertilizante. De hecho, muchas veces si vas a un vivero por ahí encontrás una bolsa de turba que la gente usa para sus propias plantas. Entonces, la idea de extraerlo masivamente obviamente iba a generar un impacto enorme con consecuencias económicas muy chiquitas, porque al final no es que genera un cambio radical en la economía de la provincia, pero sí un cambio ambiental que podría traernos consecuencias o sumarse a los impactos que estamos teniendo hoy en día”, precisó.
“Algo de eso me despertó interés y decidí avanzar en ese proyecto”, sumó y explicó que fue realizado gracias a National Geographic Society, y que contó con el apoyo de Canelo Estudio, Panal Soft, y la comunidad fueguina.
Qué son los glaciares negros
Los “glaciares negros” es el nombre con el que se conoce a las turberas fueguinas. ¿Qué es la turbera? Se trata de un tipo de humedal con acumulación de materia orgánica en cuencas generalmente de origen glaciar, que surgen como consecuencia de procesos de desglaciación (disminución y desaparición de los glaciares) y que pueden tener hasta 18 mil años de antigüedad.
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“Se las considera los depósitos biológicos de carbono más grandes del mundo, incluso más que los bosques. La Isla de Tierra del Fuego alberga el 95% de las turberas de la Argentina“, precisaron desde National Geographic.
¿Por qué son muy importantes en la lucha contra el cambio climático? Porque sus ecosistemas proveen un hábitat para la vida silvestre y contienen enormes reservas de agua, como así también de carbono. Sin embargo, la importancia de las turberas está en su capacidad de retener dióxido de carbono, uno de los gases de efecto invernadero que causa el calentamiento global: según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, si bien ocupan solo el 3% de la superficie mundial, estas regiones almacenan más del 30% del carbono global.
“Además, las turberas funcionan como reguladores del drenaje. La ciudad de Ushuaia se beneficia de la función de las turberas porque aseguran agua potable en las temporadas secas, regulan el escurrimiento de agua proveniente de las montañas y amortiguan las crecidas de los ríos reduciendo la posibilidad de inundaciones”, agregaron.
Cómo se hizo el registro fotográfico
Sobre el proyecto, Agusti contó que lo viene llevando a cabo desde el 2016. “Fue transformándose mucho -confesó-. El primer gran paso estuvo acompañado por mi primera beca de National Geographic Society, en donde trabajé con las turberas de acá de Tierra del Fuego. Fue un proceso lento y la idea de trabajar con este ecosistema del que todavía no había tanta imagen en esos términos, lo fue potenciando”.
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Luego, recibió una segunda beca también de National Geographic Society y de The Climate Pledge que la ayudó a continuar con el proyecto no solo en Tierra del Fuego. “Nos dio a la posibilidad de visitar otros turbales de otras partes del mundo y entender de qué maneras las comunidades de esos lugares se vinculan con esas turberas”, añadió la exploradora.
Hoy “Agua Negra”, ya es un proyecto transmedia que navega múltiples plataformas para explorar los humedales ancestrales que yacen en los cuatro puntos cardinales: Norte (Laponia, Finlandia), Sur (Patagonia, Argentina), Este (Sumatra, Indonesia) y Oeste (Amazonas, Perú).
“¿Qué dificultades tuve que sortear en este proyecto? Por un lado, el hecho de que no haya imaginario en torno a la turbera, como sí lo hay con otros ecosistemas. Al principio fue un desafío porque tenía que ver con salir a documentar o crear imagen o narrativas sobre algo casi desconocido para mí. Y por otro lado, estamos hablando de territorios pantanosos, humedales. Hay algo de lo físico que también es un obstáculo a la hora de ingresar a estas áreas que todavía se consideran como bastante misteriosas y todavía hay mucho por descubrir. Hay algo del temor de adentrarse en esos espacios, de que no es fácil”, afirmó la fotógrafa que espera que, a través de su trabajo, la gente puede tomar conciencia de por qué hay que preservar estas áreas.
Por qué los glaciares negros se ven amenazados
A nivel turístico, la mayor parte de los centros invernales de Tierra del Fuego se encuentran asociados a las turberas. El esquí de fondo (o esquí nórdico), las expediciones con raquetas para nieve o paseos en trineos, son sólo algunas de las actividades turísticas que se realizan en invierno sobre las turberas fueguinas. En verano, allí se constituyen un componente característico del paisaje fueguino, que no se repite en otros lugares del país, ni del mundo.
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Además, comunidades indígenas como los Selknam, oriundos de la zona Centro y norte de Tierra del Fuego, las apreciaban y estas incluso forman parte de sus mitos fundacionales.
En problema radica en que a pesar de que en Tierra de Fuego muchos de estos territorios se mantienen vírgenes,” no dejan de estar expuestos a una serie de amenazas: potenciales caminos de gran concentración turística, animales invasores como los castores, que cavan hoyos en la turba, y pocas protecciones legales para garantizar que los humanos no alteren estos ecosistemas en el futuro”, explican National Geographic.
“Hay iniciativas en la provincia, pero me parece que se tendría que hacer un mejor trabajo. Hace algunos años se sancionó la ley que declara a la Península Mitre como reserva natural, área protegida y eso fue un avance. Es algo que se venía pidiendo desde la comunidad hace como 30 años más o menos”, contó.
Y sumó: “Creo que hay un montón de acciones que se podrían llevar a cabo para proteger esos ecosistemas y la isla en general ¿no? Tierra del Fuego es un lugar al que venís y podés hacer una caminata, y podés ir a cualquier lado y no hay problema. Más o menos encontrás un sendero y te mandás. Bueno, eso necesita regulación de alguna forma para proteger los valles, las montañas, los bosques, y por otro lado también para seguridad de los propios caminantes”.