Así es la “cara oculta” de la Luna, según la comunidad científica
El interés por conocer el lado menos explorado de la Luna impulsa a nuevas misiones enfocadas en estudiar su composición.
La Luna, ese cuerpo celeste que ha cautivado a la humanidad desde tiempos remotos, alberga secretos que aún el día de hoy desconciertan a científicos y astrónomos. A pesar de los numerosos estudios y misiones realizadas, la cara oculta de la Luna, con sus misterios y peculiaridades, sigue siendo objeto de gran interés en la comunidad científica internacional.
El 3 de enero de 2019, la misión Chang’e-4 marcó un hito al aterrizar en el cráter Von Karman, convirtiendo a China en el primer y único país en alcanzar la cara oculta de la Luna, el lado que permanece oculto a la Tierra.
En la actualidad, China lanzó otra misión con el objetivo de traer de vuelta a la Tierra las primeras muestras del “lado oculto” de la Luna. La misión Chang’e-6, lanzada recientemente, se embarcará en una exploración de 53 días en la cuenca del Polo Sur-Aitken para estudiar su geología y topografía, y recolectar muestras de diversos puntos del cráter.
La cuenca del Polo Sur-Aitken se cree que es el cráter más grande y antiguo de la Luna, abarcando casi una cuarta parte de su superficie con un diámetro de aproximadamente 2.500 kilómetros y una profundidad de más de 8 kilómetros.
Los científicos esperan que el retorno de estas muestras a la Tierra arroje luz sobre preguntas persistentes acerca del enigmático lado oculto, el cual no ha sido estudiado con la misma profundidad que el lado visible desde la Tierra. También se espera que este estudio confirme el origen de la Luna y aclare si esta región difiere significativamente de la parte visible, proporcionando pistas valiosas para futuras misiones que buscan desentrañar los secretos de su composición y formación. Esto, a su vez, contribuirá a resolver algunas de las interrogantes más fundamentales sobre nuestro compañero celestial.
No hay un verdadero “lado oscuro”
Durante una audiencia presupuestaria de la NASA el 17 de abril, el congresista David Trone cuestionó al administrador de la NASA, Bill Nelson, sobre el motivo de la misión china a la “parte trasera” de la Luna.
“Van a establecer un módulo de aterrizaje en la cara oculta de la Luna, el lado que permanece en la oscuridad. No tenemos planes de ir allí”, respondió Nelson.
El término “lado oscuro de la Luna”, a menudo asociado con el álbum de Pink Floyd de 1973 del mismo nombre, es considerado inapropiado por expertos por varias razones.
Aunque la cara oculta de la Luna pueda parecer oscura desde nuestra perspectiva, experimenta ciclos de día y noche lunar al igual que la cara visible, recibiendo una cantidad significativa de luz. Un día lunar tiene una duración de poco más de 29 días, mientras que la noche lunar se extiende por unas dos semanas, según la NASA.
El lado visible de la Luna siempre está orientado hacia la Tierra debido a que la Luna tarda aproximadamente el mismo tiempo en dar una vuelta completa alrededor de la Tierra y en rotar sobre su propio eje, lo que equivale a unos 27 días. Esta sincronización ha hecho que el estudio de la cara oculta de la Luna sea más desafiante, lo que generó su apodo de “lado oscuro” y ha envuelto este sector en un aura de misterio.
Diversas sondas espaciales, como el Lunar Reconnaissance Orbiter de la NASA, que orbita constantemente la Luna y captura imágenes de su superficie, han contribuido a iluminar este enigma lunar.
El rover lunar Yutu-2, desplegado por la misión Chang’e-4 en 2019, ha explorado los depósitos de roca pulverizada y polvo que cubren el suelo del cráter Von Karman, ubicado dentro de la cuenca más extensa del Polo Sur-Aitken.
Sin embargo, la recuperación de muestras lunares permitiría utilizar la tecnología más avanzada y sensible para analizar las rocas y el polvo lunar, lo que podría revelar los procesos que dieron origen a la Luna y las razones por las cuales su cara oculta difiere tanto de la cara visible.
Misterios del otro lado
A pesar de años de datos orbitales y muestras recolectadas durante seis de las misiones Apolo, los científicos todavía están tratando de responder preguntas clave sobre la Luna.
“La razón por la que el lado oculto es tan convincente es porque es muy diferente al lado de la luna que vemos, el lado cercano”, dijo Noah Petro, científico del proyecto de la NASA tanto para el Lunar Reconnaissance Orbiter como para Artemis III, una misión que tiene como objetivo llevar humanos a la Luna por primera vez desde 1972. “Durante toda la historia de la humanidad, los humanos han sido capaces de mirar hacia arriba y ver la misma superficie, el mismo lado de la Luna”.
Pero en 1959 la Unión Soviética envió una sonda para sobrevolar la cara oculta de la Luna y capturó las primeras imágenes de la misma para la humanidad.
“Vimos este hemisferio completamente diferente: no cubierto de grandes flujos de lava volcánica, lleno de cráteres, una corteza más gruesa. Simplemente cuenta una historia diferente a la del lado cercano”, dijo Petro.
El retorno de muestras con misiones robóticas y el aterrizaje de humanos cerca de la transición entre las dos regiones lunares en el polo sur a través del programa Artemis, “ayudará a contar esta historia más completa de la historia lunar que nos falta en este momento”, dijo.
Aunque los científicos entienden por qué un lado de la luna siempre mira hacia la Tierra, no saben por qué ese lado en particular mira permanentemente hacia nuestro planeta. Pero podría tener algo que ver con que la luna sea asimétrica, dijo Malhotra.
“Hay cierta asimetría entre el lado que está frente a nosotros y el otro lado”, agregó. “¿Qué causó exactamente esas asimetrías? ¿Cuáles son realmente estas asimetrías? Tenemos poca comprensión de eso. Esa es una gran pregunta científica”.
Chang’e-6 es solo una misión que se dirige a la cara oculta de la Luna, ya que la NASA también tiene planes de enviar misiones robóticas allí.
El geólogo planetario del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkin, Josh Denevi, ayudó a diseñar un concepto de misión para un rover lunar llamado Endurance, que emprenderá un largo viaje a través de la cuenca del Polo Sur-Aitken para recopilar datos y muestras antes de entregarlos a los sitios de aterrizaje de Artemisa cerca del polo sur lunar. Luego, los astronautas pueden estudiar las muestras y determinar cuáles deben regresar a la Tierra.