Así son los zapatos a base de algas, 100% biodegradables y compostables
Preocupado por la contaminación de playas y océanos, un hombre creó este diseño para frenar la acumulación de plásticos derivados del petróleo.
La inventiva del reciclaje no tiene fronteras: desde accesorios de moda confeccionados con envoltorios de snacks reciclados hasta tubos de PVC y cuero de bambú. Ahora, se suma un nuevo elemento al mundo de la moda sostenible: las algas.
¿Cómo es posible? De una manera bastante innovadora, utilizando las algas como materia prima para la creación de calzado biodegradable y compostable, con un propósito adicional crucial: ayudar a preservar la pureza de las aguas.
El concepto de estos zapatos biodegradables y compostables surgió ante la preocupación por la enorme cantidad de chanclas que se acumulan en playas y océanos, calzado que puede tardar siglos en descomponerse. Así fue como Stephen Mayfield fundó Algenesis, una empresa con la misión de combatir la contaminación mediante el desarrollo de calzado elaborado a base de algas.
Algenesis cultiva algas para producir un aceite que sustituye al derivado del petróleo tradicionalmente utilizado en la fabricación de chanclas. De esta manera, crean las zapatillas Blueview, de origen 100% vegetal y biodegradables, con el objetivo de reemplazar los plásticos derivados del petróleo con materia prima sostenible procedente de plantas.
Qué ocurre con los zapatos biodegradables una vez que dejan de ser utilizados
Como cualquier otra prenda de vestir, llega un momento en que estos zapatos se desgastan o se rompen. La mayoría de las personas los guardan en el fondo del armario o los desechan con el resto de los residuos. Sin embargo, estos zapatos tienen un propósito adicional después de su primera vida útil.
Cuando los zapatos de algas ya no se usan, en lugar de desecharlos, se pueden compostar para convertirse en abono para la tierra. Pero, ¿qué sucede si no se compostan y se arrojan al mar o se abandonan en la playa?
Aquí es donde la historia se vuelve aún más interesante: la empresa demostró que sus zapatos se biodegradan en menos de dos años. Mientras tanto, sirven como hogar para moluscos y otros organismos marinos.
