Menos del 30% de los bosques productivos tienen cobertura frente al cambio climático
De las 520 mil hectáreas de bosques implantados con fines comerciales en Argentina, solo 144 mil tienen cobertura, según el informe de Riesgos Globales de Marsh 2022.
En un escenario complejo para la producción agrícola-ganadera, los problemas asociados al medioambiente están en alza en Argentina, con más de una decena de provincias en emergencia hídrica y amenaza de incendios forestales.
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Tal como señala el Global Risk Report 2022, publicado por el Foro Económico Mundial junto a Marsh McLennan, SK Group y Zurich Insurance Group, las “condiciones climáticas extremas” y el “fracaso de la acción contra el cambio climático” se encuentran entre los cinco principales riesgos a corto plazo en el mundo.
El cambio climático se está manifestando en forma de sequías, incendios, inundaciones, escasez de recursos naturales y pérdida de especies, entre otros impactos con consecuencias graves para el sector agro-ganadero.
En este sentido, de las 520 mil hectáreas de bosques productivos en Argentina, solo 144 mil tienen cobertura frente a los efectos del cambio climático.
Es decir, solo un 27.7 % de los bosques implantados con fines comerciales están protegidos ante una situación de emergencia.
Pérdidas de patrimonio natural
“Lamentablemente, el mercado de seguros no cuenta con herramientas en lo concerniente a las pérdidas de patrimonio natural. Pero ante un contexto de extremos climáticos cada vez más complejos y frecuentes, deberemos aprender a vivir y a producir de una manera que minimice estas pérdidas lo más posible”, aseguró Carlos Carreras, líder en Seguros Agrícola de Marsh Argentina.
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Y agregó: “En ese escenario, la transferencia de riesgos al mercado de seguros se presenta como un estabilizador de ingresos sumamente necesario”.
A su vez, desde la empresa de seguros explican que “las coberturas existentes amparan desde la vida de los animales, pasando por las estructuras para la explotación ganadera, hasta los bosques cultivados, más allá del estadio en que se encuentren e incluso la madera apeada”.
“Los gobiernos, las empresas y las sociedades están enfrentando una presión creciente para evitar las peores consecuencias, pero las tragedias siguen sucediendo. Por ello, además de revisar las malas prácticas como la quema de pastizales, es esencial aprovechar las herramientas estandarizadas que ofrece el mercado de seguros para que los productores forestales, yerbateros, citricultores, arroceros y ganaderos puedan transferir sus riesgos”, concluyó Carreras.