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Opinión | “Lo que el fuego se llevó”: la política escasea en esfuerzos por prevenir la destrucción de ecosistemas

En noviembre, el fuego arrasó con -al menos- 40 hectáreas de la localidad de Pinamar y 600 hectáreas del Parque Nacional Ciervo de los Pantanos, en Campana, tiñó los cielos de un rojo ardiente en tres kilómetros a la redonda en la Villa Giardino, Córdoba, y permanece incontrolable hace más de 10 días en el límite entre La Rioja y Catamarca. Aún así, la ocurrencia de los incendios no es comparable a la segunda quincena del mes de octubre, cuando una ola de calor propició focos activos en al menos ocho provincias en simultáneo. 

De acuerdo con el Servicio Nacional del Manejo del Fuego (SNMF), el 95% de los incendios son provocados por seres humanos, en forma intencional o por negligencia. Las condiciones climáticas pueden luego favorecer la propagación incontrolada de los siniestros, con consecuencias alarmantes para la vegetación y biodiversidad argentina. En otras palabras, una descuidada colilla de cigarrillo sin apagar en un día caluroso, seco y ventoso podría darle un giro catastrófico a lo que de otra forma sería una agradable tarde de verano.

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El año 2020 fue el más desgarrador para nuestras tierras argentinas, con un máximo histórico de 74.111 focos de incendio detectados y más de 1.15 millones de hectáreas quemadas. Los datos para lo que transcurre del año 2021 son más próximos a la media, con un total de 31.201 focos de incendio y alrededor de 287 mil hectáreas quemadas reportadas hasta el 12 de noviembre. La baja en la propagación de incendios para 2021 coincide con un aumento del presupuesto del SNMF, la entidad encargada de la coordinación de recursos para el combate de incendios, que supera en siete veces al presupuesto de 2020. 

El Director Ejecutivo del Centro de Desarrollo Sustentable GEO, Marcelo Corti, destaca la falta de acción política e inclusive las políticas contrarias a la protección de los ecosistemas: “Estamos en un momento donde se discute la ley de envases, que tiene una incidencia en el uso de los recursos naturales, la ley de humedales para la protección de uno de los ecosistemas más importantes de nuestro país está perdiendo estado parlamentario, e incluso donde la ciudad de Buenos Aires está considerando la posibilidad de avanzar sobre ecosistemas con construcciones y emprendimientos inmobiliarios”.

Los esfuerzos en el combate no son suficientes para garantizar la conservación de los recursos naturales y la fauna argentina. Los daños a la tierra provocados por incendios suelen ser de regeneración lenta y dificultosa, y los riesgos resultan en algunas localidades cada vez mayores. La política debe acompañar esa regeneración y asentar las prácticas y condiciones para lograr la restauración de nuestro patrimonio natural. Como remarca Marcelo Corti, “es momento que el sistema político reconozca la importancia de la problemática y comprenda que si continuamos en el camino que nos trajo hasta acá, no podemos esperar un final feliz”.

Fecha de publicación: 03/12, 12:57 pm