Estos son los países con más pérdida de alimentos per cápita: en qué puesto está Argentina
Las políticas gubernamentales destinadas a bajar los números de este fenómeno podrían reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
En medio de la pandemia y la crisis económica mundial que esto genera, las sociedades adquirieron algunos nuevos hábitos de consumo que no estaban tan marcados antes del coronavirus, y por tal motivo, los gobiernos repensaron algunas estrategias para evitar el desperdicio de alimentos, ya que, según el Fondo Mundial para la Naturaleza, se pierden 1.200 millones de toneladas al año. Este último número equivale al 15 por ciento de la producción alimenticia en el mundo.
A partir de estos datos, las Naciones Unidas y su programa de medioambiente publicó un informe que retrata la situación del desperdicio en distintos países del mundo, entre los que se encuentran territorios pertenecientes a la región.
El estudio de la entidad asegura que solamente en el año previo a la pandemia se desperdiciaron más de 900 toneladas, entre servicios de comida y hogares familiares, y esto significó 121 kilogramos de alimento no utilizados por cada habitante del mundo.
Cuál es el país que registra la cifra más alta
India es quien registra la cifra más alta, con cerca de 60 millones de toneladas tiradas a la basura cada año, pero aunque el monto es elevada. Sin embargo, este número se puede contrastar con el número de habitantes que son más de 1.300 millones. Por lo tanto, la cifra de desperdicio per cápita es la menor de todos los países estudiados, con 50 kilos de desperdicios por persona.
En base a estos números, la cifra per cápita, con mayores kilogramos de alimento desperdiciado en la región es México, que con 11 millones de toneladas desperdiciadas, el valor per cápita asciende a 94 kilos de alimentos, un hecho similar a la cifra de Brasil, que tiene 12 millones de toneladas desperdiciadas y cerca de 60 kilogramos de desechos, por persona.
El informe demuestra que Colombia tiene un desperdicio de 3,5 millones de toneladas por año y de 70 kilos de comida per cápita, situación parecida a la que viven países como Argentina con 3,2 millones de toneladas desperdiciadas y una cifra por habitante de desechos de alimentos de 72 kilos.
Más allá de los datos brindados por los estudios, la ONU muestra en su informe que las políticas gubernamentales destinadas a reducir los números de este fenómeno reducirían las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto último se traduciría en el decrecimiento de los niveles de contaminación, además, mejoraría la disponibilidad de alimentos y también se frenarían o retrasarían las cifras de hambruna y pobreza.
