El plan “made in Italia” que el mayor productor de cigarrillos del mundo quiere replicar en Argentina
La multinacional pretende desarrollar la producción de cigarrillos libre de humo a nivel global, pero hay trabas locales. De qué se trata
La identificación de Philip Morris International (PMI), como la tabacalera dueña de tradicionales marcas del estilo de Marlboro, Chesterfield o L&M dejó de ser estrictamente cierta desde hace, por lo menos, 20 años.
Ocurre que el grupo, cuya sede se encuentra en Stamford, Connecticut, Estados Unidos, comenzó en el 2001 a desarrollar alternativas al cigarrillo común para implementar e instalar entre los millones de consumidores de tabaco productos sin humo.
El primero salió a la luz en el 2014, cuando el holding lanzó al mercado el dispositivo para tabaco calentado: IQOS, que fue pionero en el mundo, y que actualmente lidera este mercado y ha sido replicado por el resto de marcas.
La investigación y desarrollo unciales de este producto se llevaron a cabo en la localidad suiza de Neuchatel, donde PMI opera un importante centro de investigación conocido como “El Cubo”, cuyos investigadores se encargan de desarrollar alternativas libres de humo, que además del tabaco calentado, incluyen al cigarrillo electrónico y las bolsas de nicotina, que se encuentran en fase inicial.
En ese sentido, en la actualidad, la alternativa más famosa de PMI son los IQOS, siglas que no se asocian a «I Quit Ordinary Smoking» (dejo de fumar tabaco común), sino que fueron creadas para representar innovación y tecnología, combinada con ciencia avanzada, y para que fuera fácilmente protegible y utilizable en diversos mercados.
El producto se desarrolla en la ciudad italiana de Bolonia, pero la presencia actual del grupo en toda Italia es considerada muy notable, teniendo en cuenta que lleva ya más de 60 años en ese país europeo, desde 1963, cuando adquirieron la planta de Zola Predosa, que antes era proveedora del monopolio estatal, pero desde la década de 1990 se ha especializado en la producción de filtros de alta tecnología.
La razón por la cual el holding tabacalero eligió Italia se debe a que es el primer productor de hoja de tabaco de Europa.
Exportar más que las scooter
Como parte del proceso de cambio de core business, en el 2014, la multinacional tomó la decisión de incrementar su presencia en la región de Emilia Romagna con la inauguración de la planta de producción en la ciudad de Crespellano.
Luego, en el 2016, sumó un centro de formación y se creó Philip Morris Manufacturing & Technology, un complejo industrial que da trabajo a más de 2.000 personas y en donde la tabacalera lleva invertidos 1.500 millones de euros.
A partir de este proceso, en PMI suelen decir que exportan más tabaco calentado que queso o que las tradicionales motos Scooter, ya que las ventas al exterior de su producto libre de humo superan los 2.000 millones de euros desde esa localidad italiana.
Es más, hoy la industria tabacalera libre de humo representa el 0,5% del PBI de Italia gracias a la inversión y desarrollo de la compañía que, en dicha fábrica produce tanto el tabaco calentado como otras alternativas libres de humo desarrolladas por los científicos de PMI que, en conjunto, ya generan el 40% de los ingresos netos del holding y el 42% del beneficio al satisfacer la demanda de más de 50 países en los que actualmente se comercializan, alcanzando a 39 millones de usuarios.
Pero es indudable que los IQOS lideran las preferencias y hoy se posicionan como la segunda gran marca de productos de nicotina por detrás del tradicional cigarrillo, con 32,2 millones de usuarios en el mundo.
Semejante demanda obliga a que la planta de Crespellano no deje de operar nunca, que tenga tres turnos distintos al día y que elabore hasta 450 paquetes por minuto y en total.
El éxito de Crespellano llevó a PMI a abrir una segunda fábrica de productos sin humo en Grecia cuatro años después, en 2018 haciendo que su filial en ese país dejó de producir cigarrillos tradicionales después de 87 años, invirtiendo 300 millones de euros en la reconversión de la planta.
Liderar el cambio
Todo este proceso de reconversión que el mayor productor de cigarrillos del mundo viene llevando a cabo muestra una estrategia comercial orientada a cambiar su core business de manera radical que se encuentra vinculado tanto a factores de salud como de cuidado del medio ambiente.
La decisión forma parte del proceso que encara la casa matriz del holding dueño en Argentina de Massalin Particulares para liderar la transformación de la industria a nivel global a partir de todos los desarrollos que se generan en sus plantas de Italia.
La intención es evitar que quienes quieren continuar fumando no lo puedan hacer ofreciéndoles un portfolio de productos multicategoría que, en algunos casos, mantienen contenidos del cigarrillo habitual, como la nicotina, pero que son libres de humo y no no son considerados por la ciencia como tóxicos.
El proceso de investigación, producción y lanzamiento de estos productos le insumió a Philips Morris años de desarrollo y millonarias inversiones que superaron los u$s14.000 millones.
Sin embargo, la Argentina no ha recibido ni un sólo dólar de ese monto y se encuentra en ese mapa, a pesar de que en el holding consideran al país como el más indicado para liderar la transformación en América latina.
Con ese objetivo, el board de Philips Morris acaba de designar a Marco Hannapel como quien tendrá la tarea de encabezar este proceso que le permitiría a Massalin Particulares recibir una mega inversión que, de acuerdo a la dimensión del proyecto, podría llegar a los u$s1.000 millones en un plazo de entre dos a cinco años.
Italiano de nacimiento, el ejecutivo acaba de desembarcar en la presidencia de Philips Morris International para Latinoamérica y Canadá y estuvo de visita en Buenos Aires para analizar el mercado; cuestionar las regulaciones que prohíben el uso de las alternativas sin humo al cigarrillo tradicional y asegurar que si el gobierno del presidente Javier Milei termina con esos impedimentos, el grupo está dispuesto a hacer de la planta de Massalin ubicada en la localidad bonaerense de Merlo su base de producción regional.
Convencer a Milei
El ejecutivo estuvo por pocos días en Buenos Aires donde se reunió con un selecto grupo de periodistas invitados entre los que se encontraba Economía Sustentable, y en la que repasó el del grupo en Italia y para admitir que la Argentina tiene la posibilidad de convertirse en la nueva Italia por la capacidad industrial, el potencial del campo y el valor de su capital humano.
Sin embargo, las normas y reglamentaciones locales son el principal impedimento actual para que ese plan se pueda concretar. Se trata de leyes que prohíben la importación, distribución, comercialización, publicidad y promoción de los llamados cigarrillos electrónicos (vapeadores) y sus accesorios, incluyendo los cartuchos con nicotina.
La prohibición fue establecida por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), y se fundamenta en la falta de evidencia científica sobre su seguridad y eficacia como ayuda para dejar de fumar, y en la preocupación por sus posibles efectos adversos.
Sin embargo, la circulación de estas variantes al cigarrillo normal es común y su uso está sujeto a regulaciones específicas, especialmente en espacios cerrados públicos o laborales.
La intención de PMI es solicitar una audiencia con el propio Milei o con las autoridades nacionales para explicar los fundamentos científicos y económicos que respaldan la millonaria inversión que podría recibir la Argentina si se modifican las regulaciones y se permite iniciar la producción local de algunas partes de estos cigarrillos electrónicos, tal como ya ocurre en otros países tanto latinoamericanos como europeos e incluso en los Estados Unidos.
Sin plan B
El grupo considera a la Argentina como el “plan A” para instalar una o varias plantas productoras de cigarrillos libres de humo en América latina, debido a las condiciones que ofrece el país a partir del agro, la industrial y la calidad de sus recursos humanos y científicos que permitirían replicar el exitoso modelo implementado en Italia donde se llevan invertidos más de u$s14.000 millones en investigación y desarrollo de alternativas libres de humo.
“No hay evidencias científicas que permitan prohibir el uso de estos productos. La compañía está lista para invertir en el país al punto que le saca ventaja a otros mercados de la región donde no hay regulaciones para estos productos, por su agro, su industria, sus servicios y sus talentos”, detalla el ejecutivo.
De hecho, considera como “un bloqueo político” y no de salud a las normas que no permiten el desarrollo de esta industria en el mercado local, “aprovechando todas las ventajas de semejante proyecto, no sólo por la inversión, sino por todo lo que generaría a la economía local y al mercado laboral”.
Hannapel admite que la tarea de convencer al gobierno argentino se la otorgó directamente el CEO global de Philips Morris International teniendo en cuenta además que ya no tiene sentido seguir fabricando cigarrillos en el 2025 y que la empresa “es la solución al problema, porque estamos innovando con alternativas saludables y que además permitirían al país que su recaudación crezca, que se combata el contrabando porque las otras tabacaleras no van en la misma dirección”.
Igualmente reconoce que el grupo no pretende desarrollar este proyecto localmente sin ninguna clase de controles o normas. “Hay que regular bien, controlar de manera lógica y responsable”, aclara durante la conversación.
Si bien Philips Morris tiene en México “un plan B” si el gobierno libertario deciden mantener las prohibiciones, Hannapel insiste en intentar convencer a las autoridades de las bondades del plan porque, sostiene, “no hay duda científica de que fabricar estas alternativas sin humo es mejor que seguir con los cigarrillos”.
De hecho, advierte que con las actuales regulaciones e impedimentos que pesan sobre este negocio, “el pais se esta perdiendo una inversión extranjera directa de grandes proporciones y peso hasta en el propio producto bruto interno y en la recaudación impositiva que, como en el caso de Italia, nunca dejaría de crecer”.
¿Italia o Japón?
A modo de conclusión, Hannapel se pregunta si la Argentina quiere adoptar como identidad el modelo que utilizan Francia o Brasil, donde estos productos están prohibidos, pero su uso crece de manera ilegal, la recaudación tributaria cae por el contrabando y no se generan inversiones genuinas.
“O quiere ser Italia o Japón, dos economías en donde ya se desenvuelve esta industria de manera exitosa con un comprobado efecto derrame en las economías de ambos países y sin que se ponga en riesgo la salud de los fumadores?”, agrega.
En este contexto, el grupo estima factible que el país albergue un centro de excelencia como los que ya opera en Italia, al estilo de “El Cubo”, donde trabajan más de 1.400 científicos que todos los días desarrollan ciencia y tecnología aplicada a crear alternativas que eliminen la combustión y el humo de la vida de los fumadores adultos que, de otra manera, continuarían fumando.
“Se trata de un equipo especializado en investigar y comprobar científicamente nuestros productos, esto incluye análisis de química y toxicología, estudios clínicos y preclínicos, análisis de aire y los aerosoles de los productos, entre muchas otras áreas” detalla Hannapel.
A modo de ejemplo de los beneficios que obtendría la economía argentina con el proyecto, detalla que en los últimos cinco años, el 99% de las inversiones de investigación y desarrollo de PMI han estado focalizadas en los productos libres de humo y el 78% de la inversión comercial también está focalizada en los mismos productos.
“Estos niveles de inversión nos permiten ser la compañía líder en el desarrollo de un futuro libre de humo, y tener más del 75% del volumen comercializado globalmente de productos de la categoría Heat-not- Burn; es decir que calientan en lugar de quemar”, agrega.
Desarrollar la cadena de valor
Hannapel también explica que, en caso de Italia, el agregado para la economía de ese país es de alrededor de 10.000 millones de euros, y ha generado una gran cadena de valor a partir de la firma de memorandos de entendimiento con sindicatos y actores de la industria y el campo italianos con una inversión de más de 2000 millones de euros.
Parte de esos fondos se utilizaron para armar el Instituto de Competencias Industriales, IMC por sus siglas en inglés (Insitute for Manufacturing Competences), un centro de entrenamiento de competencias industriales emblemático en el país.
A esto, le suma iniciativas emblemáticas como Beleaf y Digital Farmer, gracias a las cuales la compañía ha invertido en el desarrollo de la cadena de valor.
En el caso de Beleaf, se trata de un programa para financiar startups de base tecnológica que apliquen soluciones a la cadena de producción de Philip Morris Italia.
Con respecto a Digital Farmer, es un programa de inversión de agricultores para que incorporen ciencia y tecnología en su trabajo día a día.
“Todo esto se puede replicar en Philip Morris Argentina, una compañía con más de 120 años de historia, que emplea más de 2.000 personas en dos plantas, una de procesamiento de tabaco en Salta y otra de fabricación de cigarrillos en Merlo, provincia de Buenos Aires”, asegura Hannapel.
En el mercado, actualmente solo comercializa cigarrillos convencionales, liderando la industria del tabaco pero no puede ofrecer sus IQOS que calientan el tabaco en lugar de quemarlo, permitiendo que los fumadores adultos puedan consumir tabaco y nicotina de una forma más segura, con menos exposición al daño en comparación con los cigarrillos convencionales.
Hannapel explica que se utiliza con unidades de tabaco que no generan combustión, de marcas como TEREA ya fue autorizado en dos oportunidades por la autoridad FDA de los Estados Unidos donde está categorizado como un producto de riesgo modificado permitiendo que se comercialice con información relacionada al impacto sanitario.
“Esto reduce significativamente la producción de químicos nocivos y potencialmente nocivos. Estudios científicos han demostrado que cambiar completamente de los cigarrillos convencionales al sistema IQOS reduce la exposición del cuerpo del consumidor a sustancias químicas nocivas o potencialmente nocivas”, agrega.