Cumulonimbus: el impresionante fenómeno que sorprendió a Buenos Aires, ¿de qué se trata?
Este fenómeno meteorológico impacta tanto por su enorme tamaño como por las fuertes tormentas que puede generar.
La ola de calor trajo consigo, además de lluvias, un fenómeno impresionante conocido como «cumulonimbus», que se pudo observar desde varios puntos de Buenos Aires. Se trata de una nube gigantesca, que impacta y asusta al mismo tiempo debido a su actividad eléctrica. ¿Qué es exactamente este fenómeno?
Un cumulonimbus es una nube enorme con un desarrollo vertical asombroso. Es la típica nube de tormenta, la que trae lluvias fuertes, truenos, relámpagos e incluso granizo o tornados. Se forma cuando el aire cálido y húmedo asciende rápidamente en la atmósfera, se enfría y el vapor de agua se condensa.
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Estas nubes se presentan como enormes torres de aspecto algodonoso, que pueden alcanzar entre 12 y 15 km de altura. Su parte superior suele expandirse debido a los intensos vientos en las capas altas de la atmósfera. Aunque el fenómeno es impresionante a la vista, es fundamental buscar refugio si ves que se acerca, ya que indica que una tormenta está en camino.
Cuando hace mucho calor, el aire cálido y húmedo tiende a elevarse con mayor fuerza. Si hay suficiente humedad y las condiciones atmosféricas son favorables (como la presencia de inestabilidad y vientos altos), las nubes cumulonimbus pueden formarse más fácilmente.
Por eso, en días muy calurosos, especialmente en verano, es frecuente que se desaten tormentas intensas por la tarde o la noche. Estas conocidas «tormentas de calor» ocurren porque el aire caliente asciende rápidamente, se enfría en las capas altas de la atmósfera y da lugar a enormes nubes de tormenta.
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Cuándo se forman los cumulonimbus
El cumulonimbus se forma con mayor frecuencia durante el verano debido a las altas temperaturas y la mayor humedad en el aire. En esta época, el calor hace que el aire cercano al suelo se eleve rápidamente, lo que favorece la formación de estas enormes nubes de tormenta.
Además, el aumento de la humedad por evaporación contribuye a la inestabilidad atmosférica, una condición clave para el desarrollo de los cumulonimbus. Estas nubes pueden generar tormentas intensas, con lluvias fuertes, rayos e incluso granizo, características típicas de las llamadas «tormentas de calor».
Aunque su formación es más común en verano, también pueden presentarse en otras estaciones cuando las condiciones atmosféricas son propicias, como en primavera u otoño.
