Vieron en la cría de insectos un negocio «verde», millonario y van por más: ¿cuánto invirtieron?
Procens es un emprendimiento de economía circular que busca reducir los desperdicios alimenticios con la ayuda de larvas. Ya procesan unas 5 toneladas por día. La historia.
En el mundo se genera más un millón de toneladas de desperdicios alimentarios por año, según el informe sobre el Índice de Desperdicio de Alimentos 2024 del Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUMA).
//Mirá también: En fotos: Así es la tiny house sustentable que queda en un paraíso cordobés
En este contexto, se espera que la industria alimentaria busque nuevas estrategias para recuperar esos desperdicios, o mejor aún, para disminuir su generación. Y una empresa local pareciera tener la respuesta a través de la cría de insectos.
Necesidad de encontrar soluciones «sustentables»
De acuerdo al último informe del IPBES (Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas) que está conformado por 147 países, se pone en evidencia la necesidad de “encontrar soluciones complejas e interconectadas para dar respuesta al actual colapso ecológico”.
Se trata de una tarea difícil pero no imposible; entre las claves, la concientización y la determinación de abordar un cambio a gran escala, desde la propia industria, resulta crucial.
Al mismo tiempo, a lo largo de los últimos 50 años se registró una pérdida entre un 2 y un 6 por ciento de biodiversidad por década, algo que impacta en nuestro sistema económico y social de manera directa.
Cría de insectos un negocio «verde» y millonario
¿Cómo disminuir la emisión de gases contaminantes y aprovechar los residuos para potenciar un negocio sustentable? Esta fue una de las primera preguntas que inquietó a los fundadores de Procens –insect based solutions-, un emprendimiento que en tan solo 5 años se expandió más de 10 veces, recibió inversiones internacionales por casi 1 millón y medio de dólares, construyó la primera bioplanta de cría insectos del país, y ya tiene proyectado para el 2025 la construcción una planta que va a ser entre 10 y 14 veces más grande.
//Mirá también: Estas son las mejores fotos del 2024, según National Geographic
El emprendedor francés Julien Laurençon junto a su socio belga François Nolet iniciaron con Procens en el año 2019 en Colonia Caroya, Córdoba. El objetivo que persigue desde un primer momento es aportar una solución real y sustentable al problema de la contaminación por desperdicios a partir del uso de insectos y, al mismo tiempo, generar nuevos insumos más amigables con la tierra; una idea que importaron de Europa y adaptaron para Latinoamérica.
¿Cómo la implementan? A través de la actividad de las larvas de la mosca Soldado Negro -un insecto muy bien valorado por la enorme capacidad que tiene para convertir residuos orgánicos en proteínas-, recuperan y regeneran los desperdicios de la papa. Como resultado de ese proceso se genera un compost cargado de nutrientes.
Antes del primer año, Procens firmó un convenio con la multinacional McCain ubicada en la zona de Balcarce (Provincia de Buenos Aires) para recuperar sus desperdicios. Entonces decidieron mudarse e instalar allí la primera biofábrica con el objetivo de comprar los desperdicios, recuperarlos y, una vez transformados en bioinsumo (fertilizante natural), volver a venderlos a esa empresa, la cual los requiere para aplicarlos en los suelos y reemplazar a los agrotóxicos tradicionales. El ciclo de la agricultura regenerativa resulta perfecto.
Cómo aportar soluciones desde la industria
Maximiliano García, líder de RRII de Procens, cuenta a Economía Sustentable que existen tres propósitos principales: “Preservar, alentar y regenerar la vida en el planeta”.
//Mirá también: Investigadores del CONICET desarrollaron sensores con IA para monitorear la calidad del aire
Partiendo de las bases de la economía circular -un modelo productivo basado en la recuperación de residuos y en la disminución del impacto ambiental- Procens se posicionó en este corto tiempo como una de las industrias líderes en la producción de bioinsumos para la agricultura regenerativa.
Según detalla García, desde un primer momento se apuesta a dar respuesta a tres grandes problemas que existen a nivel mundial en términos de sostenibilidad: “Por un lado vemos que el aumento creciente de proteína animal en el mundo impulsa la siembra intensiva y el maltrato del suelo en todos aquellos casos que se mantienen los cultivos tradicionales; a su vez, observamos la pérdida de biodiversidad marítima a partir de prácticas como la pesca de arrastre la cual destruye la diversidad marina; y por último y para nada menor, se encuentra la tala de bosques y desmontes para producciones intensivas que afectan a todos los ecosistemas”.
¿El método? Procens basa su trabajo en el proceso natural de biodegradación y bioconversión que lleva adelante la larva de la mosca Soldado Negro. Una vez que logra recuperar esos desperdicios, obtienen tres productos principales que son la harina de insecto, el aceite de insecto y un biofertilizante para la regeneración del suelo.
“El biofertilizante por el momento solo lo vendemos a McCain ya que lo solicita en su totalidad. Esta empresa se encuentra en un momento de experimentación en campo buscando evaluar cómo funciona este biofertilizante en su suelo con las producciones de papas y cómo logra mejorarlo”, detalla y sigue: “La harina y aceite de insecto todavía no las vendemos a nivel comercial ya que estamos en la etapa de experimentación luego de haber conseguido una resolución nacional que permita la producción de alimentos a base de insectos, principalmente para la industria de alimento para mascotas. Cuando la obtuvimos firmamos un convenio con la firma Vital Can para investigar en conjunto”.
Por su parte, Julien Laurençon, cofundador y CEO de Procens, observa que los productores agrícolas de la zona ya se están dando cuenta de la importancia de transicionar hacia un modelo más amigable con los suelos ya que la degradación es cada vez mayor. “Hay que reducir los insumos químicos empleados en el campo y transicionar al uso de bioinsumos”, dice y remarca que es “una necesidad en aumento” no solo por una cuestión ambiental, sino porque “está en juego la cuestión económica”: con los suelos degradados se caen los rendimientos.
El poder de la larva de mosca Soldado Negro
La mosca Soldado Negro (Hermetia illucens) se utiliza principalmente en Europa desde hace algunas décadas para convertir desechos orgánicos en alimento para animales y abonos naturales.
//Mirá también: Es argentino y creó un emprendimiento inmobiliario paradisíaco y sustentable en Chapadmalal
De este lado del Atlántico, los fundadores de Procens visibilizaron la posibilidad de adaptar el esquema a América Latina y, en especial, a Argentina, con algunas particularidades que difieren del modelo europeo. “En Europa tienen un modelo donde lo que se recupera se procesa en plantas gigantes donde se obtienen unas 600 toneladas diarias de residuo, centralizando en un solo lugar los desperdicios de las industrias de distintas ciudades. Nosotros, en cambio, apuntamos a la utilización de plantas de procesamiento más pequeñas, las cuales esperamos que se repliquen y diversifiquen en distintas zonas industriales. Queremos acercarnos con las plantas a las zonas donde se generan los residuos por la industria en vez de concentrarlo en una mega planta a donde hay que acercar los residuos de otras producciones más lejanas”, precisa García.
Asimismo, cuenta que la decisión de Procens, a diferencia del modelo europeo, apuntó al “desarrollo horizontal con plantas termorreguladoras”, en vez de copiar el modelo de plantas verticales y de gran altura, ya que, observaron que generan “un gasto energético mayor en su termo regulación y una menor eficiencia a la hora de medir este consumo energético”.
Inversión inicial y el crecimiento exponencial
El capital inicial fue de unos 25 mil dólares, reunido gracias a ahorros y aportes familiares. Con ese dinero comenzaron el desarrollo del emprendimiento en Colonia Caroya, pero al poco tiempo, el proyecto escaló y tras recibir algunos premios locales e inversiones provinciales divisó nuevos horizontes. Antes del 2020 participó de una ronda de inversiones por 200 mil dólares y la ganaron: “Cuando logramos la inversión nos contactamos con la fábrica McCain, la cual tiene un desperdicio de cáscara de papa diario de entre 50 y 60 toneladas, algo que a su vez necesitábamos para poder escalar nuestro proyecto”.
//Mirá también: Así es el primer hotel carbono neutral del Caribe, que combina diseño sostenible y playas paradisíacas
Con la perspectiva de crecimiento en Balcarce y con un contrato firmado con esa multinacional, Procens decidió mudarse a la zona e iniciar allí la construcción del primer módulo de la biofábrica, inaugurada en marzo del 2024, con la que se encuentran procesando unas 5 toneladas de desperdicios por día.
“En la zona de Balcarce hay mucho potencial para el desarrollo y la investigación, ya que se encuentra próxima a la ciudad de Mar del Plata, donde está la sede experimental del INTA más grande del país, y al mismo tiempo, está la Universidad Nacional de Mar del Plata y la UTN, dos instituciones que podrían facilitarnos desarrollo futuro”.
A fines de 2021 tuvieron una segunda ronda de inversión con la que levantaron más de 1 millón 400 mil dólares: “Con este dinero se planificó la construcción de lo que hoy es nuestra primera parte de la biofábrica, la cual es en escala piloto. Tiene más de 800 metros cuadrados y nos permite procesar entre 4 y 5 toneladas diarias de desperdicio”, especifica García, y repasa que mensualmente se encuentran recuperando “unas 100 toneladas de residuos”.
¿Cómo es la biofábrica? Con la colaboración del municipio de Balcarce trabajaron a nivel territorial, compraron tres lotes de 2 mil metros cuadrados en el Parque Industrial de la zona y reservaron 16 más anticipando la expansión de la planta que ya tiene fecha de inicio de obra para 2025. “El año próximo tenemos previsto la construcción de una planta que va a ser entre 10 y 14 veces más grande de la planta que tenemos en funcionamiento hoy y esperamos terminarla para fines del 2026. Estamos apuntando a procesar entre 50 y 60 toneladas diarias de subproducto con el desperdicio”, adelanta.
Sobre la velocidad de expansión de este ambicioso proyecto, el experto considera que fue “en tiempo récord, sobre todo si tenemos en cuenta que tuvimos que obtener reglamentaciones que no existían a nivel nacional, como por ejemplo la resolución emitida por SENASA en octubre de este año, y luego de más de cuatro años de trabajo y negociaciones, con la que incorpora la alimentación para animales a base de insectos”.
“La escalabilidad del proyecto casi no tiene techo”, agrega y enseguida proyecta para un futuro, quizás no tan lejano, convertirse en “una solución replicable en lo que involucra el procesamiento de residuos sólidos urbanos”. Lo explica así: “Sabemos que tenemos entre manos una solución muy poderosa que podría resolver en este aspecto un montón de problemáticas en municipios, en principio, de no más de 100 mil habitantes, como puede ser el caso de Tandil, Lobería, por supuesto Balcarce, donde los residuos sólidos urbanos tienen un alto grado de contenido orgánico. Si se logra organizar la recuperación en origen, desde Procens podríamos convertirnos en una solución para evitar que tengan por destino contaminar en vertederos a cielo abierto”.
Impacto social
A fines de 2021, Procens firmó un convenio con el Banco de Alimentos local para entregar lo que se rescata de los desperdicios a instituciones, y de esta manera acompañar distintas organizaciones que asisten, entre comedores y merenderos.
//Mirá también: Contaminación por plásticos: más del 30% de las aves marinas están en riesgo
En paralelo, trabajan en conjunto con la Fundación Sembrando Futuro de McCain, en donde se encargan de analizar y colaborar en la selección de personal joven para la adquisición de su primer empleo.
Por otro lado, colaboran con la Colectiva Julieta Lanteri, una organización de la zona de Balcarce que busca la igualdad de derechos para mujeres y disidencias en estado de vulnerabilidad, brindando la posibilidad de trabajar con ellos.
A su vez, para concientizar y educar sobre la importancia de la recuperación de desperdicios, brindan charlas, participan de encuentros regionales, visitan escuelas y participan de conversatorios en grandes empresas. “Creemos que hay que poder brindar soluciones a gran escala para apoyar el verdadero cambio hacia un horizonte realmente más sustentable en la industria”, sintetiza Laurençon, uno de los fundadores.