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Video: mirá como este robot usa la inteligencia artificial para reciclar más y mejor

Bautizado como Max-AI, usa redes neuronales de múltiples capas y un sistema de visión que identifica los objetos reciclables y otros artículos.

Este robot utiliza la inteligencia artificial para ayudar a los humanos a reciclar de forma más eficiente y fiable.

Bautizado como Max-AI, diseñado por Bulk Handling Systems, usa redes neuronales de múltiples capas y un sistema de visión que identifica los objetos reciclables y otros artículos.

Emplea una tecnología de aprendizaje para clasificar, procesar y recuperar los residuos, lo que da como resultado una mejor recuperación de materiales y una mayor eficiencia operativa.

Max-AI procesa imágenes de vídeo a través de una linea de detección para ver e identificar objetos similares a la forma en que lo hace una persona.

Es capaz de aprender en el trabajo y puede adaptarse a los cambios. Es colaborativo, por lo que puede trabajar con seguridad junto a las personas y puede ser instalado rápidamente en las instalaciones existentes.

El clasificador robótico potenciado por IA ya está en uso en instalaciones en los EE.UU., incluyendo San Francisco, San José y York, Pensilvania.

El despliegue de la visión artificial para analizar y clasificar los flujos de materiales está ayudando a las ciudades a producir fardos aún más limpios – y a mejorar su programa de reciclaje.

Problemas por la pandemia

Greenpeace ha lanzado un llamamiento contra los tapabocas y guantes desechables para proteger al medioambiente de su contaminación y a la población, de la Covid-19, según un comunicado remitido hoy por la organización ecologista.

Apoyada en la opinión de “personalidades expertas en salud” y en un estudio de ‘Environmental Science and Technology’, Greenpeace alerta del “riesgo para la salud pública“, que supone la “avalancha de residuos” generados ya que cada mes, afirma, se usan hasta 129.000 millones de mascarillas y 65.000 millones de guantes de un solo uso, algo “innecesario para la seguridad personal y perjudicial para la salud planetaria”.

Estos residuos, afirma, “sirven como vector para el virus, que puede mantenerse latente y activo tres días en la superficie de estos materiales”.

En su lugar, Greenpeace pide utilizar mascarillas reutilizables, que fueran lavadas y desinfectadas “de forma rutinaria” en los hogares de la población.

“Los materiales plásticos de un solo uso están contaminando nuestro aire, agua y suelo y, por lo tanto, perjudicando nuestra salud“, ha insistido uno los expertos que apoyan a esta organización: Saulo Delfino Barboza, profesor asociado del Programa de Salud y educación de la Universidad brasileña de Ribeirao Preto.

Julio Barea, responsable de la campaña de residuos de Greenpeace, ha resumido la situación advirtiendo de que “no podemos proteger la salud humana sin un medioambiente saludable”,

Tan sólo en España, desde el comienzo de la crisis sanitaria, han sido adquiridos 659 millones de mascarillas quirúrgicas, lo que implica más 1.300 toneladas de plástico “depositadas en vertederos, quemados en incineradoras o arrojadas directamente al medioambiente” ha recordado Barea.

Nuevo enemigo

En febrero, cuando aún la Organización Mundial de la Salud (OMS) no había declarado la pandemia por la crisis sanitaria de la COVID-19, la ONG OceansAsia ya denunciaba que había encontrado un gran número de mascarillas quirúrgicas en las costas de las Islas de Soko, cerca de Hong Kong. 

“Cuando existe una población de siete millones de personas que usa una o dos mascarillas al día, la cantidad de basura generada será considerable”, explicaba la ONG sin saber que, tan solo tres meses después, el 40 % de la humanidad estaría confinada (2.900 millones de personas) y abocada a llevar esta protección de manera diaria y sin perspectivas de un final próximo. 

Solo España, durante los dos primeros meses del estado de alarma, compró más de 550 millones de unidades.

Los productos descartables son uno de los grandes problemas laterales de la pandemia.

Estas impresionantes cifras llevan a la conclusión de que la utilización masiva de mascarillas desechables, junto a otros sistemas de protección contra el coronavirus (guantes, batas impermeables, gafas y viseras o pantallas protectoras faciales), producidos todos en plástico, va a provocar una debacle medioambiental que hay que atenuar. 

Tal como explica el sitio Consumer.es, la Directiva del Parlamento Europeo aprobada hace un año, “relativa a la reducción del impacto de determinados productos de plástico en el medio ambiente” marcaba las pautas de los Estados miembros para eliminar, en la medida de lo posible, este material de nuestras vidas y nuestros mares. Pero hoy, existe una nueva amenaza.

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Fecha de publicación: 31/08, 2:42 pm