Una reconocida aerolínea internacional apuesta por un costoso combustible de aviación ecológica
La compañía logró casi 11 mil millones de litros de SAF, a través de acuerdos de compra e inversiones.
El combustible verde para aviones, conocido como SAF (combustible de aviación sostenible), tiene un precio que oscila entre dos y tres veces más alto que el del combustible convencional. A pesar de esto, las aerolíneas están tomando la iniciativa de adquirirlo para reducir su huella de carbono, y United Airlines se posicionó como líder en esta transición hacia un combustible más limpio.
La compañía aseguró un volumen considerable de SAF, alcanzando los 2.900 millones de galones (casi 11.000 millones de litros), a través de acuerdos de compra e inversiones. De acuerdo con datos de BloombergNEF, esto la coloca muy por delante de sus competidores en la industria aérea. Este suministro se realizará en etapas programadas.
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United Airlines se comprometió a alcanzar emisiones netas de gases de efecto invernadero cero para el año 2050. Su CEO, Scott Kirby, rechazó los gestos meramente simbólicos y optó por un enfoque más riguroso y efectivo para reducir verdaderamente las emisiones generadas por los vuelos.
Además de su compromiso directo con la compra de SAF, la aerolínea está impulsando la innovación en el sector. A través de su brazo inversor, United Airlines Ventures, está colaborando con proveedores para desarrollar nuevas fuentes de materias primas y métodos de producción.
Recientemente, United anunció un acuerdo a largo plazo con Cemvita, una empresa de biotecnología, para la adquisición de 1.000 millones de galones de SAF. Cemvita se especializa en el desarrollo de microorganismos capaces de convertir el dióxido de carbono en lípidos, que pueden ser utilizados para producir combustible sostenible. Además, United realizó inversiones en Alder Fuels, una empresa que planea producir SAF a partir de biomasa, como subproductos agrícolas y residuos de madera, utilizando tecnología de pirólisis.
Expansión de la capacidad
Se proyecta que la capacidad global de producción de SAF se incrementará drásticamente hacia el final de esta década, siempre y cuando los proyectos se desarrollen según lo previsto y los productores obtengan cantidades adecuadas de materias primas. Según el informe SAF Outlook 2024 de BNEF, se espera que para 2030 supere los 6.000 millones de galones anuales, lo que representaría aproximadamente el 5% de la demanda total de combustible para aviones. Empresas como Neste, P66 y Shell, tanto nuevas promotoras como refinerías existentes, están actualmente en proceso de construcción de varios proyectos que entrarán en funcionamiento en los próximos dos años.
Aunque el impulso hacia el SAF es evidente, las limitaciones en el suministro de materias primas y los costos elevados continúan siendo desafíos significativos.
Las aerolíneas dejaron claro que no están dispuestas a pagar un precio superior por el SAF en comparación con el combustible convencional, dado los márgenes estrechos y el temor a perder competitividad frente a sus rivales. Se requieren medidas políticas para compensar la brecha de costos entre el SAF y el combustible convencional para aviones.
La producción a gran escala de SAF presenta dificultades, ya que la mayoría de las instalaciones se basan en un proceso que utiliza aceites residuales y grasas animales, cuya disponibilidad es limitada. La ruta más común, la de ésteres y ácidos grasos hidroprocesados (HEFA), solo puede satisfacer aproximadamente el 4% de la demanda total de combustible para aviones a partir de las materias primas existentes. Las compañías están trabajando en el desarrollo de nuevas materias primas o alternativas de producción, aunque se necesita una mayor inversión en investigación y desarrollo para comercializar tecnologías menos establecidas.