Quién es el dueño del barco que permite la exploración marina del Conicet
La campaña tiene como objetivo estudiar el Cañón Submarino de Mar del Plata, una zona de alta biodiversidad ubicada a unos 300 km de la costa.
Desde fines de junio de 2025, el buque oceanográfico Falkor (too) -operado por el Schmidt Ocean Institute– lleva adelante una misión científica en aguas argentinas junto a más de 30 investigadores del CONICET. La campaña, titulada “Underwater Oases of Mar del Plata Canyon: Talud Continental IV”, tiene como objetivo estudiar el Cañón Submarino de Mar del Plata, una zona de alta biodiversidad ubicada a unos 300 km de la costa bonaerense.
Aunque la expedición comenzó en junio, las primeras transmisiones en vivo desde el fondo marino se iniciaron el 23 de julio y continuarán hasta el 10 de agosto. Es la primera vez que el instituto realiza una misión en esta región del Atlántico Sur y que se emplea en aguas argentinas el ROV SuBastian, un vehículo operado remotamente que permite observar el lecho marino en ultra alta definición y recolectar muestras sin alterar el entorno.
Ciencia colaborativa a más de 3.000 metros de profundidad
Las tareas científicas se centran en estaciones de muestreo ubicadas a profundidades de hasta 3.900 metros, donde se analiza la distribución de especies en relación con variables ambientales, geológicas y oceanográficas.
La participación argentina se concretó gracias a una convocatoria internacional del Schmidt Ocean Institute, a la cual el equipo liderado por el investigador del CONICET Daniel Lauretta presentó un proyecto que fue seleccionado entre propuestas de todo el mundo. La iniciativa cuenta con respaldo institucional de organismos como la Cancillería Argentina y el Consejo Federal Pesquero.
Participan científicos del Museo Argentino de Ciencias Naturales, IBIOMAR, IIMyC, IBBEA, CADIC, IDEA y universidades nacionales de Buenos Aires, Córdoba, La Plata y Mar del Plata.
Tecnología inédita y transmisión en tiempo real
Esta campaña da continuidad a las expediciones Talud Continental I, II y III realizadas en 2012 y 2013 a bordo del buque Puerto Deseado. A diferencia de aquellas misiones, la campaña actual incorpora por primera vez observación directa en alta resolución mediante el ROV SuBastian, equipado con cámaras, brazos robóticos y sensores que operan a más de 4.000 metros de profundidad.
Las inmersiones se transmiten en vivo a través del canal de YouTube del instituto, mostrando especies nunca antes registradas, paisajes submarinos y también residuos humanos como bolsas plásticas o redes de pesca. Además, se generan modelos 3D de organismos y materiales educativos para escuelas, museos y clubes de ciencia.
Un modelo de filantropía científica
El Schmidt Ocean Institute fue fundado en 2009 por Eric Schmidt y su esposa Wendy Schmidt. Con sede en Palo Alto, Estados Unidos, la organización promueve la investigación oceanográfica a través del desarrollo tecnológico y el acceso abierto a datos científicos. A diferencia de otras fundaciones, no otorga subsidios: provee directamente infraestructura de punta -el buque Falkor (too) y el ROV SuBastian- sin costo para los equipos seleccionados.
En 2021, el instituto adquirió el buque Polar Queen, lo reformó por completo en España y lo rebautizó como Falkor (too), que hoy opera como un laboratorio flotante de clase mundial. Todo el financiamiento proviene de los Schmidt, quienes ya han invertido más de 60 millones de dólares en la operación del instituto.
Según el último informe público, el instituto cuenta con activos por más de 83 millones de dólares destinados al sostenimiento de expediciones científicas, equipamiento, publicaciones, desarrollo de software y formación de investigadores. Todos los datos generados se publican en plataformas abiertas como OBIS, GenBank y el portal del propio instituto.
Un nuevo capítulo para la ciencia argentina
La colaboración entre el Schmidt Ocean Institute y el CONICET abre nuevas posibilidades para la investigación marina en la región. Las muestras recolectadas durante la campaña serán analizadas por investigadores argentinos en los próximos años, con el objetivo de seguir revelando la riqueza biológica de las profundidades del Atlántico Sur.
Además de fortalecer el conocimiento científico, la iniciativa promueve la educación ambiental, la cooperación internacional y el uso de tecnología de vanguardia para comprender mejor un ecosistema aún poco explorado, pero clave para el equilibrio del océano.