Pionero en Europa: tras la COP26, este país deja de usar carbón para generar electricidad
Cerraron una central gestionada por Endesa y Trustenergy. Qué porcentaje de emisiones de efecto invernadero aportaba.
La Cumbre de Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 (COP26) pasó de largo y pareciera que el anuncio que dejó donde se llamó a reducir “gradualmente” el uso del carbón como fuente de energía y los subsidios a los combustibles fósiles ineficientes empezó a dar sus frutos.
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Pionero en el continente europeo, Portugal anunció que dejó definitivamente de producir electricidad a partir de carbón tras el cierre de la central de Pego, donde se originan el 4% de las emisiones nacionales de gases de efecto invernadero.
El cierre de la central constituye una “fecha histórica” para dejar de usar “el combustible más contaminante en término de emisiones de gases de efecto invernadero” y dar un paso “crucial” en la descarbonización, afirmaron desde la organización ecologista ZERO en un comunicado en su web.
La planta de Pego emitió entre 2008 y 2019 una media de un 4% de las emisiones totales nacionales de gases de efecto invernadero, entre un 1,6 % y un 5,3 % en función de la producción.
En términos absolutos, la central ubicada a unos 150 kilómetros de la capital, Lisboa, registró una media anual de 4,7 millones de toneladas de dióxido de carbono.
Más verde
Cabe destacar que la planta de Pego entró en funcionamiento en 1993 y estaba gestionada por una empresa conjunta entre Endesa y Trustenergy.
Endesa ya había anunciado que planeaba parar la producción este mes y quería adaptar las instalaciones para producción fotovoltaica, almacenamiento de baterías y un electrolizador para generar hidrógeno verde.
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De hecho, la compañía afirmó que prevé inversiones de 29.000 millones de dólares entre 2021 y 2030 para aprovechar las oportunidades derivadas tanto del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), la ‘hoja de ruta’ del Gobierno de España para abordar la transición energética en la próxima década.
Sobre la posibilidad de quemar biomasa en las instalaciones, Zero aseguró que no es una solución sostenible, porque es “ineficiente y contradictoria con los objetivos de retención de carbono”.
Tampoco considera que haya suficiente biomasa forestal residual en la zona y recuerda que la Comisión Europea estableció que a comienzos de 2027 “los Estados miembro no pueden apoyar la producción de electricidad a partir de biomasa forestal en instalaciones exclusivamente eléctricas”.