La petrolera de Paolo Rocca redobla la apuesta y va por el hidrógeno: la inversión millonaria detrás del proyecto

El ecosistema de empresas del Grupo Techint, que encabeza el industrial Paolo Rocca, acaba de mostrar su poderío con el lanzamiento del piloto para el desarrollo de un proyecto de producción de hidrógeno turquesa, la variedad que se logra a partir de la pirólisis del metano, que es el componente principal del gas natural como el que se produce en abundancia en Vaca Muerta.

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El anuncio reveló el desarrollo de la start up Tulum Energy, con el aporte de TechEnergy Ventures, el fondo de inversión de la petrolera Tecpetrol que busca invertir en tecnologías disruptivas que aceleren la descarbonización del Grupo en distintas ramas del sector energético, y con el apoyo de Tenova, otra empresa de Techint dedicada al diseño de tecnologías y servicios para las industrias mineras y metalúrgicas.

Tulum será la encargada de instalar durante los próximos dos años, con una inversión de u$s25 millones proveniente de una ronda de capital semilla, una planta piloto en México en colaboración con Ternium, otra de las empresas del Grupo Techint, para desarrollar y testear la tecnología de generación hidrógeno turquesa para avanzar luego en un planta industrial de escala comercial.

De tener los resultados esperados, el piloto que se llevará a cabo en México dará lugar a una planta que demandará una inversión de otros u$s50 millones, en una nueva locación a definir y que, de encontrar el contexto adecuado, podría ser en la Argentina para sumarse a la agregación de valor de la producción de gas de Vaca Muerta.

Max Pieri, cofundador y CEO de Tulum Energy, explicó que la historia del proyecto no comenzó en un laboratorio, sino en una planta siderúrgica: «Hace años, los ingenieros de Tenova probaban hornos de arco eléctrico para la producción de acero. Durante el proceso, observaron la formación de plasma de hidrógeno y la deposición de carbono sólido, señal de pirólisis de metano».

Unos años después, TechEnergy Ventures (TEV), la división de capital de riesgo de Tecpetrol, buscaba métodos innovadores para la producción de hidrógeno, y se reflotaron los experimentos anteriores en Tenova, y todo empezó a encajar para llevar adelante un proceso industrial escalable.

El ecosistema de Tecpetrol y su TechEnergy Ventures

La tecnología se desarrollará durante los próximos dos años en una planta piloto en Pesquería, México, en las instalaciones de Ternium considerada «el socio perfecto para albergar este trabajo inicial», afirmó Pieri al detallar un proceso que además del gas natural tiene versatilidad de fuentes ya que puede producirse a partir de metano de origen renovable, como el biogás, aumentando su sostenibilidad.

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La idea es utilizar el hidrógeno turquesa para la producción de hierro de reducción directa (DRI) emergiendo como una solución escalable, eficiente y rentable para satisfacer la demanda industrial. Como en lugar de producir CO2 en estado gaseoso, se extrae el carbono en estado sólido, eliminando la necesidad de captura y almacenamiento, es potencialmente útil para otras aplicaciones como la fabricación de neumáticos, materiales de construcción y usos industriales.

La expectativa es grande ya que se estima que la demanda de hidrógeno está a punto de experimentar un crecimiento exponencial. Actualmente, el mundo produce alrededor de 100 millones de toneladas de hidrógeno al año, que se utiliza principalmente como materia prima para refinerías, plantas de amoníaco (industria de fertilizantes) y diversos procesos químicos.

Sin embargo, la mayor parte es «hidrógeno gris», derivado de combustibles fósiles, que genera cantidades significativas de emisiones de CO₂. Según Pieri, se prevé que la demanda de hidrógeno se duplique al menos en las próximas tres décadas, con el surgimiento de nuevas aplicaciones en la siderurgia, los combustibles sostenibles para la aviación, la calefacción industrial y el transporte.

La idea del grupo es avanzar hacia procesos de producción de hidrógeno sostenible en el contexto más amplio de la transición energética. Sin embargo, la producción de hidrógeno debe ser eficiente, asequible y escalable para ser viable.

Techint de la innovación hidrógeno al litio y geotermia

Más allá del hidrógeno, la start up está explorando aplicaciones innovadoras con Tenova y el Politécnico de Milán para su producción de carbono sólido en hormigón neutro en carbono, materiales de electrodos de asfalto para baterías y pilas de combustible, producción de fibra de carbono, combustibles sintéticos y ciertos plásticos.

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«No se trata solo de hidrógeno eficiente», afirmó Pieri: «Se trata de transformar industrias enteras con una nueva cadena de valor del carbono». El mundo energético está atento. Con el respaldo del Grupo Techint, una creciente base de inversores y un mercado ávido de hidrógeno, la tecnología de Tulum Energy podría revolucionar la economía de la producción de hidrógeno», sumó.

Pero a su vez, TechEnergy es el Corporate Venture Capital de la División de Transición Energética de Tecpetrol, en 2024 cerró una primera inversión en Lithios, la empresa tecnológica de extracción directa de litio (DLE), una startup que está desarrollando una innovadora plataforma electroquímica para producir de manera sostenible y de bajo costo.

La experiencia que se lleva adelante en la planta piloto del Salar de Olacapato, en la provincia de Salta, permite la extracción electroquímica de más del 85% de fuentes de litio sin explotar con una reducción de diez veces en los requisitos de energía. Ese proyecto obtuvo un total de 10 millones de dólares en financiación inicial.

Lithios aprovechará la financiación para escalar sus actividades de I+D, fabricación y operaciones, y acelerar el desarrollo de proyectos comerciales para producir miles de toneladas de carbonato de litio al año. Lithios obtuvo, además, u$s2 millones en deuda de riesgo de Silicon Valley Bank.

También lleva adelante la investigación en torno al recurso geotérmico mediante dos start ups dedicadas a encontrar la tecnología necesaria para acceder a esta fuente de energía que aprovecha el calor que emana de rocas sedimentarias y volcánicas que se encuentran a profundidades de hasta 3 kilómetros debajo de la corteza terrestre, donde las temperaturas pueden alcanzar hasta 250 °C.

El desafío de hoy gira en torno al siguiente paso, al progreso hacia los teravatios, a un impacto masivo en la descarbonización mundial, para lo cual la geotermia 2.0 ofrece la oportunidad de alcanzar temperaturas más altas, reducir costos, entrar en modo de fábrica y ofrecer costos altamente competitivos. Si se desciende 10 kilómetros, el llamado vapor supercrítico de 500 °C está disponible en el 70 % de la Tierra, mientras que a 20 kilómetros está en todas partes.

Fuente: iProfesional