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Hace una semana que sale agua salada de los grifos, ¿qué pasa en Uruguay?

La insuficiencia del líquido ha obligado a las autoridades a usar agua de una zona del Santa Lucía cercana al Río de la Plata.

Hace una semana que en Uruguay casi dos millones de ciudadanos deben elegir entre comprar agua embotellada o consumir una solución salina que se torna imposible de tragar. “El agua no es potable (pero) es bebible”, dijo el ministro de Ambiente, Robert Bouvier, en diálogo con la prensa.

La razón detrás de la mayor salinidad en el agua que sale del grifo es la escasez en dos embalses del río Santa Lucía, que abastece al 60% de la población.

La insuficiencia del líquido ha obligado a las autoridades a usar agua de una zona del Santa Lucía cercana al Río de la Plata, que registra una salinidad mayor, con lo cual los niveles de sodio se han elevado.

Con respecto a este tema, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no superar los 200 miligramos de sodio por litro de agua para que sea potable, sin embargo, las autoridades uruguayas han remarcado que los valores actuales son de 440 miligramos.

La crisis es herencia de “una desidia que viene de lejos” y que provocó que el caudal y la calidad del Santa Lucía no llegue a dar agua potable, explicó Daniel Panario, director del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales, en diálogo con The Associated Press.

“En este punto, sin haber tomado ninguna medida previa, no había otra opción que depurar agua salina”, agregó.

//Mirá también: La dura advertencia de la OMS sobre las consecuencias del cambio climático en la sociedad

El Ministerio de Salud Pública de Uruguay recomendó que embarazadas y personas con enfermedad renal o problemas cardíacos se abstengan de tomar agua del grifo. 

“No sabemos si mañana o en una semana vamos a seguir con los mismos valores de sodio o no”, dijo la ministra de Salud, Karina Rando, en una conferencia de prensa.

“Estamos ante una sequía bastante más severa que de costumbre. Pero la crisis en el Santa Lucía es una acumulación de mala gestión: forestación en las nacientes, degradación de los recursos, intensificación agraria, zonas de amortiguación y humedales degradados, más consumo excesivo y no planificado”, explicó Marcel Achkar, investigador del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República.

“Las sierras almacenan agua. Cuando deja de llover el agua sigue saliendo a través de la grieta por muchísimo tiempo, pero los eucaliptus consumen buena parte de esa agua”, remarcó Panario.

La calidad de los cursos de agua ha sido impactada fundamentalmente por la invasión de la soja. En la cantidad y la calidad del agua también impacta la forestación, que al disminuir drásticamente la cantidad de agua en los ríos disminuye su capacidad de autodepuración”, advirtió Panario.

En los próximos días el gobierno confirmará a las empresas constructoras del proyecto Neptuno, una planta potabilizadora en el Río de la Plata con un costo de 210 millones de dólares. También estudia hacer pozos en la cuenca del Santa Lucía y anunció la construcción de una nueva represa provisoria.

Fuente: con información de AP

Fecha de publicación: 18/05, 3:17 pm