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En Córdoba

Esta Pyme argentina transforma basura en Bitcoins, ¿cómo lo hace?

Así funciona la “Bio-cryptogranja” que convierte los desechos de feedlots en combustible para minar criptomonedas.

El “minado” de Bitcoins –como se conoce al procesamiento de millones de datos para obtener criptomonedas-, es una de las actividades de mayor consumo energético y generación de emisiones de gases de invernadero.

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Para reducir esta enorme huella ambiental, muchas “granjas de bitcoin” (instalaciones donde funcionan centenares de computadoras bajo el sistema blockchain para el minado de criptomonedas), funcionan con energías renovables como eólica y solar.

Así es la “Bio-Cryptogranja”, que utiliza desechos de feedlots y los transforma en biogás.

Algunas de ellas van un paso más allá, buscando un impacto positivo en el ambiente al transformar desechos en combustible para alimentar las granjas de minado. Este es el concepto de “Bio-Cryptogranjas”, que utiliza desechos de feedlots y los transforma en biogás. “De este modo, a partir de la basura generamos riqueza, produciendo bitcoins y fertilizantes que vuelven al suelo”, apunta José Sarasola, especialista en minado de Bitcoins y fundador de CryptoGranjas.

José Sarasola, especialista en minado de Bitcoins y fundador de CryptoGranjas.

La firma inauguró a mediados de noviembre la primera bio-cryptogranja en Argentina, en un predio cercano a la ciudad de Río Cuarto, al Sur de la provincia de Córdoba. La planta tiene una capacidad de 24.000 KWH mensuales de biogás, con lo que alimenta la producción de bitcoins a partir de energía 100% renovable.

Cómo funciona

El proceso comienza cuando se retiran los desechos industriales de grandes fábricas, o de criaderos intensivos de animales, evitando que vayan a parar a un basural. Estos desechos se colocan en galpones redondos, llamados biodigestores, donde distintas bacterias transforman esa basura en gas metano. Luego, ese gas se convierte en energía eléctrica que alimenta súper computadoras para el minado de bitcoins. Como subproducto de este proceso, también se obtienen fertilizantes.

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El proceso de las crytogranjas.

“Nuestra empresa surgió para resolver el problema del impacto ambiental negativo que tiene el minado de bitcoins en nuestro planeta. Nosotros logramos dar vuelta la ecuación, porque evitamos que los desechos de feedlots y otras actividades agroindustriales vayan al ambiente. Este proceso además captura emisiones de carbono, responsables del Cambio Climático”, dice Sarasola, emprendedor argentino que vivió y trabajó varios años en Australia, donde estudió Economía y Negocios en la UNSW (University of New South Wales).

“Además -sostiene- sin quererlo resolvemos un gran problema a los productores, sobre todo ganaderos, que no saben qué hacer con los desechos”.

La compra fallida que originó un negocio

Todo comenzó en 2017, cuando Sarasola junto a su socio, el ingeniero Kevin Belcher, decidieron dedicarse a producir Bitcoins y compraron por E-Bay una máquina para minar criptomonedas que nunca funcionó. “Tuvimos que abrirla y desarmarla íntegra, pero no logramos ni siquiera prenderla. Fue asi como sin buscarlo terminamos inmersos en la fascinante industria del crypto-minado”, cuenta el fundador de Cryptogranjas.

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Así comenzaron a importar los equipos y armar granjas de minado para terceros, y lograron ser representantes oficiales de Avalon Miner, una de las principales proveedoras de equipos, en Argentina. “Esto nos permitió crecer mucho porque pudimos ofrecer a nuestros clientes no solo las máquinas sino también la instalación, configuración y mantenimiento de las granjas”.

La planta tiene una capacidad de 24.000 KWH mensuales de biogás, con lo que alimenta la producción de bitcoins a partir de energía 100% renovable.

Actualmente la firma tiene presencia en Argentina y Paraguay. En el país instaló y opera fábricas de Bitcoin en Salta, Buenos Aires, Tierra del Fuego, Corrientes y Córdoba. El proyecto es transformar estas granjas de minado en bio-cryptogranjas que funcionan con energías renovables y generan un impacto ambiental positivo.

El modelo de negocio se basa en un fideicomiso donde personas y empresas pueden invertir para formar parte de la cryptogranja. “La planta de biogás y la de crypto-minado se construyen en el mismo predio. Este tipo de fideicomisos son únicos, ya que brindan a los inversores todos los beneficios de invertir en energías renovables, con las ganancias de las cryptomonedas”, destaca Sarasola.

Una actividad en la mira de la Afip

El minado de bitcoin no solo resulta controvertido por su enorme impacto ambiental, sino por la presencia de “granjas clandestinas”, que operan sin autorización y evaden impuestos en un negocio varias veces millonario.

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Para tener una dimensión del mercado de cryptoactivos, un relevamiento de Chainalysis estima que tiene una capitalización total superior a los US$ 900.000 millones (el doble del PBI de la Argentina). Este mismo estudio ubicó a nuestro país en el puesto 13 del ranking mundial de naciones con mayor intensidad de minado y uso de cryptomonedas en 2021.

Un relevamiento de Chainalysis estima que tiene una capitalización total superior a los US$ 900.000 millones.

En los últimos meses, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) efectuó numerosos allanamientos y clausuras de cryptogranjas en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y San Juan, donde se secuestraron más de 3.000 placas de video, cuyo precio de compra implicó inversiones superiores a los u$d 3.2 millones y que, en varios casos, habían sido efectuadas por personas inscriptas como monotributistas.

Al respecto, el CEO de Cryptogranjas señala que “no se trata de una actividad ilegal, pero como toda actividad económica, hay que inscribirse y pagar impuestos de acuerdo al volumen de facturación. Si bien no existe una actividad estrictamente de cryptominado, se pueden seleccionar rubros afines como: Servicios de informática ;Procesamiento de datos; o Actividades conexas al procesamiento y hospedaje de datos, siempre consultando a un contador”, recomienda.

El minado y uso de cryptomonedas no paran de crecer en Argentina y en el mundo. Promover que la actividad contribuya al bienestar social mediante el pago de impuestos y genere impacto ambiental positivo a partir del uso de energías renovables es el próximo desafío.

Fecha de publicación: 22/11, 5:54 pm