El plan “creíble y realista” del mayor holding privado de energía para reducir su huella de carbono
El holding fundado por Marcelo Mindlin considera que la planificación de una estrategia de transición energética enfrenta desafíos. Los detalles.
De manera simultánea a la puesta en marcha de su plan para mejorar su perfil financiero tanto a nivel local como internacional y de haber rescatado deuda por u$s352 millones que había lanzado al mercado con forma de Obligaciones Negociables (ON), el mayor grupo energético y petrolero privado profundiza sus acciones para contribuir a reducir su huella de carbono y mejorar su perfil sustentable.
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Se trata de Pampa Energía, que administra empresas vinculadas al sector energético y de hidrocarburos con cotización en el mercado bursátil local y en Wall Street.
En esta empresa, Mindlin es su principal accionista al controlar el 50% del capital de Compañía de Inversiones de Energía (CIESA), a su vez dueña del 51% de TGS, licenciataria del transporte de gas natural, con 9.231 km de gasoductos en el centro, oeste y sur de Argentina, y dedicada al procesamiento y comercialización de líquidos de gas natural a través del Complejo Cerri, ubicado en Bahía Blanca.
En el segmento de generación, Pampa Energía, de manera directa y a través de sus subsidiarias y negocios conjuntos, opera una capacidad instalada de 4.970 MW, que equivale a aproximadamente el 12% de la capacidad instalada en Argentina, siendo considerada como una de las cuatro generadoras independientes más grandes del país. Adicionalmente, se encuentra en proceso de expansión por 361 MW.
Gigante energético
En petróleo y gas, desarrolla su actividad en exploración y producción de gas y petróleo en 13 áreas productivas y en cinco zonas exploratorias, alcanzando un nivel de producción en el período de tres meses finalizado el 31 de marzo pasado de 9 millones de m3/d de gas natural y 5,1 mil boe/d de petróleo en Argentina.
Los principales bloques productores de gas natural están ubicados en las provincias de Neuquén y Río Negro.
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En el sector petroquímico, opera tres plantas de alta complejidad que producen estireno, caucho sintético y poliestireno, con una participación de mercado local entre el 86% y 99%.
Adicionalmente, participa en transmisión de energía y transporte de gas. En el primer caso es accionista de Citelec, sociedad controladora de Transener, dedicada a la operación y mantenimiento de la red de transmisión en alta tensión de 21.426 kilómetros, con una participación de mercado del 86% de la electricidad transportada.
Por otro lado, posee una participación directa del 28,5% en Refinor, que cuenta con una refinería con capacidad instalada de 25,8 kb de petróleo por día y 93 estaciones de servicio.
En el 2023 fue la mayor operadora privada de generación eléctrica del país, con una capacidad instalada de 5.332 MW, que representa el 12% del parque argentino.
Esa capacidad total alcanzó los 5.472 MW en 2024, luego de inversiones por u$s286 millones para incrementar su posición en el mercado con la puesta en marcha de nuevos parques eólicos y participando en la la transmisión eléctrica en alta tensión, a través de su co-control de Transener, que transporta el 86% de la electricidad del país.
En el caso del segmento de petróleo y gas opera bloques en la Cuenca Neuquina, la más importante del país, y desde 2023 produce masivamente en la formación Vaca Muerta.
El segmento recibió inversiones por u$s556 millones al iniciar la campaña de gas shale, alcanzando una producción promedio de 65,4 kboe por día, con picos invernales que superaron los 100 kboe por día, mayormente de gas natural, ubicando a Pampa Energía como el quinto mayor productor de gas en Argentina.
“Remediar” los impactos negativos
Su producción está integrada verticalmente, desde petróleo y gas hasta plásticos, desarrollando estireno monómero, poliestireno y elastómeros, y con benceno propio generamos estireno y derivados como caucho sintético, solventes, bases octánicas y plásticos para el mercado local y de exportación.
En el mercado argentino, lidera con una participación del 100% en estireno, 96% en poliestireno y 91% en caucho.
En los últimos años, Pampa Energía viene llevando a cabo un proceso de remediación de impactos negativos adoptando medidas para mejorar la eficacia de su gestión medioambiental.
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Por lo menos así surge de un documento enviado por el grupo a la Comisión Nacional de Valores (CNV), en el cual informa sobre mejoras en la gestión de quema en antorchas y venteo en todas las liberaciones de gas, logrando reducir en un 13% interanual las emisiones de flaring.
Al respecto, Gustavo Mariani, CEO de Pampa Energía, resalta el valor de Vaca Muerta, el segundo reservorio de shale gas más grande del mundo, para su holding.
Para el ejecutivo, “es un motor clave de inversiones y no solo fortalece la productividad y competitividad energética con más oferta de gas a nivel local y global, sino también contribuye a la transición energética del país, reduciendo la huella de carbono por las características de su formación y por el reemplazo de combustibles fósiles más contaminantes en la generación eléctrica”.
Explica que la estrategia del holding que dirige “busca posicionar el gas natural como una de las principales fuentes de energía del país, disminuyendo subsidios, evitando costosas importaciones, y generando divisas a través de exportaciones”.
De igual modo, destaca el incremento en la producción de energía eléctrica eficiente, pese al complejo contexto macroeconómico y regulatorio del país.
“El creciente interés de nuestros clientes, la posibilidad de concertar contratos a largo plazo y el apoyo de los mercados para reducir costos financieros han impulsado nuestro desarrollo, reflejando nuestro compromiso con la energía eficiente y de bajo carbono”, destaca Mariani, quien además resalta que el grupo “está enfocado en la energía eólica”, operando 287 MW, incluyendo los 81 MW habilitados en PEPE 4, una inversión de aproximadamente u$s130 millones.
Esto le permitió reducir la intensidad energética y la huella de carbono por MWh de electricidad generada y boe de hidrocarburo producido, avanzando hacia una economía más eficiente y productiva.
Del mismo modo, logró bajar el volumen de gas de barrido; el control de pérdidas en corrientes de gas hacia la antorcha; la optimización operativa para evitar quema de gas innecesarias y la identificación de fugas en válvulas mediante ultrasonido.
Fuentes no renovables
Por ejemplo, en sus pozos ubicados en la zona de Sierra Chata, implementó un esquema de producción selectiva para priorizar pozos con bajo contenido de CO2 en el gas que le permitió cerrar temporalmente la planta de aminas, reduciendo emisiones en 65.000 tCO2e durante 2023.
En el sector de petroquímica, actualizó el sistema de antorcha mediante la sustitución de pilotos y quemadores, mejorando la cuantificación y eficiencia en la quema de gases.
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“Toda la energía de alcance 1 que consumimos proviene de fuentes no renovables, mientras que la energía eléctrica adquirida de la red nacional posee el porcentual de generación renovable del Parque de Generación Nacional, expresado en el coeficiente de emisión de CO2e proporcionado por CAMMESA, entidad responsable de definir el tipo de combustible que se debe utilizar para generar energía eléctrica en el SADI”, destaca el reporte de Pampa Energía.
El holding explica además que los cálculos de consumo energético se realizan mediante los calculadores diseñados específicamente para cada activo y se gestionan y actualizan regularmente, permitiendo personalizar reportes y analizar datos en un tablero dinámico.
Es más, durante la verificación de su inventario de emisiones, identificó mejoras en los factores de emisión de algunas fuentes, aunque no generaron cambios significativos en los totales reportados.
De todos modos, el 15% de la energía que genera proviene de fuentes limpias, al punto que en el 2023, su nivel de generación renovable aumentó un 36% interanual, gracias a la habilitación de PEPE 4, que aportó 81 MW al sistema, además de avanzar en el PEPE 6, que suma otros 140 MW eólicos.
Menor combustible fósil
Desde el 2023, a la fecha Pampa Energía siguió avanzando en la adopción de buenas prácticas para eficientizar su consumo energético, completando la construcción de PEPE 4, que aporta 81 MW de energía renovable, y comenzando las obras de PEPE 6, con una capacidad de 140 MW.
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También estuvo activa durante todo el ejercicio PEA, adquirido en diciembre de 2022, además de sustituir luminarias de sodio por LED en las naves de turbina; incorporar recuperadores de calor y turbinas de vapor, añadiendo 279 MW de generación sin aumentar el consumo de gas natural e instalar paneles solares y detectores de movimientos para luces viales y operativas, además de luminaria LED.
El plan contempla la reducción de consumo de combustible fósil y por ende, emisiones, con 257 paneles solares, mejorando también las condiciones de seguridad ambiental y del personal.
En ese sentido, el informe revela que la mejora del 2% en generación de energía se atribuye a las inversiones y acciones de eficiencia en sus plantas, en particular la puesta en marcha del CC de CTEB.
En el segmento de Energía y Petróleo, la intensidad energética disminuyó un 14%, gracias al aumento de producción, especialmente en el área de Sierra Chata.
En Petroquímica, el aumento interanual del 6% se debe a que la reducción del consumo energético no compensó la merma en el volumen producido en ambas plantas.
Importantes desafíos
En cuanto al inventario corporativo de Gases de Efecto Invernadero (GEI) incluye óxidos de azufre (SOx), óxidos de nitrógeno (NOx), sustancias agotadoras de la capa de ozono (SAO), como gases refrigerantes o aislantes, monóxido de carbono (CO), material particulado (PM) y consumo energético.
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Las emisiones GEI, tanto directas (alcance 1) como indirectas (alcance 2) se cuantifican utilizando calculadores diseñados específicamente para cada activo.
Según el reporte, “las intensidades de carbono de generación e E&P mostraron tendencias favorables, en línea con las intensidades energéticas, mientras la intensidad de carbono en nuestro parque de generación de energía eléctrica se redujo un 4%, principalmente por las inversiones y acciones de eficiencia en nuestras plantas, en particular la puesta en marcha del CC de CTEB, y ajustes en la medición de consumo energético de red en activos del negocio”.
Para los autores del paper, los datos revelan que la planificación de una estrategia de transición energética continúa enfrentando importantes desafíos debido a la incertidumbre macroeconómica, regulatoria y del sector energético del país.
“Estas condiciones también limitan el acceso al capital y las posibilidades de financiación teniendo en cuenta que no hubo avances significativos en el marco regulatorio y las políticas públicas relacionadas con la fijación de metas de reducción de emisiones Science-based”, agrega la investigación.
Para Pampa Energía, dicho contexto influye a que el compromiso de reducción sea “realista y sostenible”, aunque el grupo mantiene su rumbo vinculado a la inversión en energías renovables y el fomento de la eficiencia energética en sus procesos productivos para reducir la intensidad de carbono.
Producción selectiva
De hecho, el informe admite que el segmento de generación eléctrica de Pampa Energía representa el 88% de sus emisiones totales y el 90% del consumo de fuentes no renovables.
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Por eso y para mitigar y reducir las emisiones cuenta con indicadores que miden la captura y eliminación neta de CO2 de la atmósfera, lo que le permitió evaluar proyectos en energía y petróleo, como la reducción del venteo de CO2 generado por el endulzamiento del tight gas en la planta de aminas.
Asimismo, la migración hacia el shale gas permite la producción selectiva de pozos con bajo contenido de CO2 y el cierre temporal de la planta de aminas en períodos de baja demanda, lo cual implica el apagado del horno que provee calor al proceso, generando un ahorro adicional en el consumo de gas combustible.
En línea con la misma estrategia ambiental, emitió Certificados Internacionales de Energías Renovables (IRECs) para grandes clientes que consumen la energía producida por sus parques eólicos y buscan mitigar sus emisiones de carbono.
A esto le suma la llamada Política de Gestión de Riesgos del Negocio que incluye la detección y evaluación de los principales riesgos ambientales como los desastres naturales, interrupción de operaciones que deriven en reclamos por contaminación ambiental, reclamos ambientales y riesgos hídricos que afecten a sus hidroeléctricas.
Como parte de la revisión de escenarios asociados al cambio climático, Pampa Energía inició una evaluación de riesgos hídricos locales y acciones para aumentar la resiliencia.
Mirada futura
Para los próximos años. prevé seguir trabajando en escenarios climáticos de corto y mediano plazo, identificando riesgos y oportunidades adicionales.
Uno de esos planes es el desarrollo de una estructura de gestión integral para abordar los riesgos y oportunidades y fomentar el compromiso ambiental con incentivos alineados a los objetivos que impulsa la compañía.
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Como ejemplo, el grupo lleva a cabo varias iniciativas para reducir o reciclar los residuos que generan sus actividades y que son gestionados según los procedimientos corporativos y propios de cada activo.
Bajo esas premisas, promueve la reducción, reutilización y reciclado de los residuos, en particular, el reciclado de plásticos tiene un impacto significativo en la cadena de valor aguas abajo.
En este contexto, prioriza:
- Minimizar la generación desde la fuente.
- Favorecer la reutilización y el reciclado.
- Utilizar tecnologías de tratamiento avanzadas, técnica y económicamente viables.
- Adoptar precauciones para prevenir daños ambientales, garantizar seguridad y salud, y evitar responsabilidades futuras para la compañía.
- Incluir cláusulas de responsabilidad posconsumo en contratos de provisión de materiales, promoviendo la devolución al fabricante y/o proveedor, conforme a la legislación vigente.
En el mismo sentido, el reporte de Pampa Energía explica que, a medida que la producción de gas shale crece y declina la convencional y tight, sus emisiones absolutas de CO2 continuarán disminuyendo, impactando positivamente en la huella de carbono de su negocio.
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En ese sentido, el grupo optimizó el sistema de antorchas para tratar el gas producido, logrando reducciones significativas las emisiones.
Asimismo, implementó un sistema de compresión de reciclo para capturar gas residual de estabilización en baja presión, redirigiéndolo al sistema de gas combustible.
Esto le permite aumentar la venta de gas en aproximadamente 20.000 m3 por día, equivalentes al 0,2% de nuestra producción operada.
Otra arista importante de su plan ambiental es la reducción de la huella de carbono en la producción de caucho. “A diferencia de los negocios de generación y petróleo y gas, los procesos petroquímicos son más complejos debido a las diversas fuentes de consumo energético. Por ello, trabajamos en identificar cada paso de la cadena productiva, la energía consumida y las distintas fuentes de emisión de GEI”, señala el reporte.
Se agrega que “la medición de la huella de carbono nos da información valiosa para mejorar nuestros procesos y reducir el impacto ambiental, guiándonos hacia una producción más eficiente y un futuro más sostenible para nuestra producción de caucho”.