El «ambicioso» plan financiero de la mayor empresa de energías renovables
La compañía destinará millones para seguir aportando a la reducción la contaminación energética y reducir las emisiones de carbono durante los próximos años.
El Acuerdo de París, firmado en 2015, estableció la meta de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C, por encima de los niveles preindustriales para finales de este siglo.
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Para lograr este objetivo se deben reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) casi a la mitad y alcanzar emisiones netas cero para 2050, proceso que requiere una transformación completa en la forma en que las sociedades generan y consumen energía.
En línea con este objetivo global y a pesar de que en la actualidad las discusiones políticas pongan en riesgo la permanencia de la Argentina en esos foros internacionales, el país se comprometió a no exceder la emisión neta de 349 MtCO2e en 2030.
Para que esa meta sea posible, se debe analizar el desempeño del sector energético, considerado “fundamental”, y en la industria de las energías renovables, que emerge como uno de los principales actores para facilitar la transición hacia una matriz de generación más limpia.
A pesar de algunos avances, existen brechas significativas entre la implementación actual de tecnologías de transición energética y los niveles necesarios para alcanzar el objetivo del Acuerdo de París.
Escenarios posibles
Según un reporte de la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA, por sus siglas en inglés), se necesitan desplegar 1.000 GW de energía renovable por año para mantenerse en el camino de 1,5 °C.
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Si bien el 89% de la capacidad adicionada en 2022 correspondió a fuentes renovables, los 300 GW totales sumados en el año marcan una brecha aún importante respecto a los volúmenes ideales.
En el ámbito nacional, la Secretaría de Energía presentó tres posibles escenarios de descarbonización energética en Argentina hasta el 2050. Se trata de situaciones que permiten dimensionar la importancia de las energías renovables en la descarbonización de la economía y en la contribución a los esfuerzos de Argentina para mitigar el cambio climático.
Los escenarios son:
- Base. Toma en cuenta las acciones actuales previstas, incluyendo los objetivos de penetración de energías renovables, eficiencia energética, mitigación de emisiones de GEI y establece que la tasa de crecimiento de demanda es moderada y la electrificación de nuevos usos es baja. Se consideran medidas de eficiencia energética que actualmente se encuentran en implementación y futuras medidas que garanticen una menor tasa de crecimiento de la demanda y el impuesto a las emisiones de GEI alcanza los 25 US$/tCO2e a partir del 2040 en el contexto de un escenario que los expertos advierten que no debe ser catalogado como “Business as Usual” (BaU), ya que posee un mayor compromiso relativo a medidas de eficiencia energética y penetración de tecnologías ligadas a la transición energética.
- Escenario Optimista (E2). Suma nuevas acciones y tecnologías relacionadas con la descarbonización del sector energético. Cuenta con un mayor crecimiento de la demanda eléctrica, debido a una mayor electrificación de nuevos usos y al igual que el escenario base, el impuesto a las emisiones de GEI alcanza los 25 US$/tCO2e a partir del 2040.
- Ambicioso (E3). Es el más cercano a un escenario de emisiones netas cero (Net Zero) y considera la incorporación acelerada de las tecnologías relacionadas con la descarbonización del sector eléctrico. Por tal motivo, se cuenta con una mayor electrificación de nuevos usos. También contempla un mayor impuesto a las emisiones de GEI, alcanzando los 56 US$/tCO2e a partir del 2040.
Planificación incompleta
En este sentido, el sector empresario entiende que los tres escenarios comparten una evolución similar hasta 2030, comenzando a divergir a partir de ese año ya que el E3 alcanza la mayor participación de energías renovables en 2050 con un 87 %, seguido de E2 (84 %) y E1 (80 %).
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Se entiende también que la eólica será la tecnología con mayor capacidad nueva instalada en los tres escenarios, superando ampliamente a la solar fotovoltaica.
Sin embargo y aunque los escenarios muestran una tendencia hacia la descarbonización, ninguno logra emisiones netas cero de GEI en 2050, enfocándose exclusivamente en el sector energético.
La planificación hasta 2050 se basa en generación hidroeléctrica y nuclear centralizada, mientras que las energías solar y eólica añaden capacidad según el recurso disponible, la capacidad de transporte y los objetivos tecnológicos, con la generación térmica como remanente dependiendo de las necesidades de reserva.
En ese contexto, los analistas del sector entienden que la relevancia de las energías renovables en la transición hacia una matriz energética limpia y neutra en emisiones es innegable.
En el caso de la Argentina, se verifica un crecimiento significativo en la potencia instalada de energía renovable, pasando de 497 MW en 2012 a los actuales 5.747 MW que representan el 13 % de la matriz energética nacional.
Al respecto, el programa RenovAr incentivó la inversión y el desarrollo del sector al implementar rondas de licitaciones competitivas para proyectos de energía renovable a gran escala y, a su vez, al establecer un marco regulatorio sólido.
Con el avance de las licitaciones, los precios de la energía renovable disminuyeron, haciendo que estas fuentes sean cada vez más competitivas.
Además, el programa RenovAr sentó las bases para el Mercado a Término de Energía Renovable (MATER) en Argentina, donde los generadores de energía renovable suscriben contratos de compraventa (PPA – Power Purchase Agreements) con grandes usuarios industriales.
Sin embargo, el país aún está lejos de alcanzar el objetivo establecido por la Ley Nacional 27.191, que busca que, para este año, al menos el 20 % de la matriz energética nacional provenga de fuentes renovables.
Mantener el liderazgo
Con este marco de fondo, la empresa que lidera este mercado en la actualidad es Genneia, manteniendo una participación de mercado del 17% en términos de generación renovable.
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En la actualidad, la compañía alcanza el 24% de la capacidad instalada de energía eólica del país y el 8% de energía solar, siendo una de las 10 generadoras más importantes de Sudamérica.
Según datos propios, más del 90% de las ventas de Genneia está denominada en dólares bajo contratos de largo plazo (PPA, según sus siglas en inglés) y más del 70% proviene de activos de energía renovable. Asimismo, más del 50% de sus ingresos se encuentra respaldados por las garantías del FODER y Soberana y algunos de sus contratos cuentan con el respaldo del Banco Mundial.
Además de este proceso de inversiones, Gennia fue la primera compañía en emitir un bono corporativo con vencimiento en 2027 que ofrece como como canje de sus Obligaciones Negociables (ON) Clase XX.
Según sus ejecutivos, la empresa apuesta a que el 100 % de la energía que entrega al SADI provenga, en su totalidad, de generación de fuentes renovables para 2030.
En la actualidad, se encuentra encarando tres proyectos en curso de 162 MW (eólico) y 270 MW (solar) para cumplir con su objetivo alineado a los escenarios de descarbonización mediante el desarrollo, la construcción y la operación de sistemas de alta eficiencia energética y el reducido impacto ambiental.
Origen de los fondos
Lo hace a partir de una estrategia financiera que se centra en mantener un nivel de apalancamiento adecuado para la industria en la que opera. Esto implica manejar la deuda de manera equilibrada, considerando diversos factores como los riesgos y la capacidad de pago, para garantizar su utilidad y sostenibilidad a largo plazo.
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Para financiar sus inversiones, utiliza el flujo de efectivo generado por sus activos, el aporte de los accionistas y la emisión de ONs y/o préstamos bancarios.
También recurre a préstamos garantizados en subsidiarias sin recurso hacia Genneia S.A., a través de una modalidad conocida como Project Finance, que ofrece plazos de hasta 15 años y se obtiene con bancos de desarrollo, agencias de exportación y organismos multilaterales.
A partir de estos métodos, la empresa lleva ejecutado un plan de inversión de más de u$s1.100 millones que le permitió aumentar su capacidad instalada bruta en más de 700 MW e iniciar, a principios de 2022, una nueva fase de expansión con la construcción del Parque Solar Sierras de Ullum (78 MW), ya habilitado comercialmente.
Asimismo, obtuvo la prioridad de despacho para los proyectos renovables Tocota III (60 MW) y La Elbita (162 MW) y la construcción del Proyecto SolarTocota III y del Proyecto Eólico La Elbita, los dos también ya habilitados para operar en el marco de inversiones por u$s290 millones.
A esto le suma la adjudicación de dos proyectos como son los parques solares Lincoln (20 MW) y Junín (20 MW), ambos ubicados en la provincia de Buenos Aires y que tienen como objetivo reducir el requerimiento de generación forzada para disminuir los costos del MEM y aumentar la confiabilidad en el SADI.
Crecimiento orgánico de Genneia
Para resumir estas actividades y anunciar su nuevo plan de expansión, Genneia acaba de publicar un reporte en el cual anticipa que continuará analizando oportunidades de crecimiento orgánico en el segmento de energías renovables, a través de la reinversión de los flujos de caja generada y financiamiento.
“Todos estos esfuerzos y logros siguen consolidándonos como la empresa líder en energías renovables de Argentina”, destaca el documento publicado en la web de la Comisión Nacional de Valores (CNV).
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Para llevar a cabo este proceso, a principios del 2023, la empresa creó la Comisión de Cambio Climático dentro del Comité de Sustentabilidad, con el fin de monitorear nuestros objetivos de mediano y largo plazo, incluyendo la elaboración de un road map para definir objetivos basados en la ciencia.
A esta comisión se suma el Comité de Finanzas Sostenibles, responsable de la evaluación y selección de los proyectos que contribuyen a objetivos ambientales y que se ajustan a su Marco de Bonos Verdes (MBV), desarrollado en línea con los Principios de Bonos Verdes de International Capital Market Association (ICMA).
Estos organismos se enmarcan con la estrategia de negocio de Genneia con la que procura profundizar su matriz renovable y continuar con un paulatino proceso de desconexión de sus activos térmicos.
En el mismo sentido, se ocupa de medir y llevar adelante una gestión sustentable y transparente del negocio mediante la verificación externa e independiente de su propia huella de carbono, de acuerdo con GHG Protocol, tanto administrativa como operacional.
Avidez por crecer
“Comprometidos con el esfuerzo global por descarbonizar la economía, nos propusimos proveer al SADI energía 100 % renovable para 2030 y, en la misma línea, planificamos que nuestras emisiones sigan disminuyendo y que la intensidad de carbono (alcances 1 y 2 con año base 2020) se reduzca a cero para 2030”, anticipa Genneia a partir de su reporte.
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También explica el trazado del plan de inversiones que le permitió aumentar una capacidad instalada de energía renovable de más de 1 GW y encarar una nueva fase de expansión que incluye el desarrollo de parques eólicos y solares destinados a abastecer de energía a grandes usuarios del MATER.
Actualmente, cuenta con tres centros renovables en construcción como son el Proyecto Eólico La Elbita; el Proyecto Solar Anchoris y un proyecto solar en Malargüe, Mendoza, que requerirán una inversión que supera los u$s490 millones y, además de impulsar la economía verde, contribuirán al desarrollo regional.
Al respecto, Bernardo Andrews, CEO de Genneia, destaca los planes y asegura que “muestran nuestra avidez por crecer en la provisión de energía renovable y evidencian que somos una empresa líder en el sector energético, comprometida con la generación renovable y la transición hacia una economía descarbonizada”.
El máximo ejecutivo de la empresa sostiene también que, con una capacidad instalada de 1.004 MW en energía renovable y 363 MW convencional, “logramos poner en valor la amplia disponibilidad de recursos naturales de nuestro país y contribuir a la transición energética, eje principal de la lucha contra el cambio climático”.
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Además hace mención a que Genneia ya posee el 91% de energía generada a partir de fuentes renovables, “lo que consolida nuestro liderazgo en el sector energético con una participación del 19% de la capacidad instalada eólica y solar del país”.
En cuanto al futuro, anticipa que la compañía seguirá creciendo y que e los próximos años invertirá en el desarrollo de nuevos proyectos renovables, para lo cual ya obtuvo financiamiento internacional por u$s85 millones y emitió cinco bonos verdes por u$s159 millones, los cuales ingresaron al Panel de Bonos SVS de ByMA.
En el mismo sentido, Gustavo Castagnino, director de Asuntos Corporativos, Regulatorios y Sustentabilidad de Genneia, califica a la empresa como “líder en la generación de energía renovable, un rol que nos compromete a profundizar la transición energética hacia un desarrollo más sostenible”. Agrega que “nuestra misión es mantener este liderazgo, expandirnos y continuar invirtiendo en el sector”.